Con Nuestra América se une al clamor nacional e internacional por un proceso debido al Comandante César Montes, por el respeto a sus derechos humanos y constitucionales y por su seguridad sanitaria; por eso, semanalmente compartiremos páginas de su diario “Con la mochila al hombro. Cartas desde la cárcel”.
En la cárcel de Matamoros llaman “rusos” a los presos que no reciben visitas. En esta entrega el Comandante César Montes de manera dramática cuenta por qué a menudo se convierte en el penal en un “ruso”. Una trágica historia familiar llena de sangre y dolor causada por la dictadura militar explica la ausencia de visitas para él. Relata además las peripecias de su proceso judicial.
13 de marzo de 2021
“¿No viene visita de sus hermanos Comandante?”
Respondo: A toda mi familia me la mató el ejército por medio de escuadrones de la muerte.
A Carlos Humberto, el más grande lo mataron simulando un accidente de auto. A Jorge Víctor, segundo varón, lo sacaron en calzoncillos frente a su esposa e hijos pequeños en Jardines de Asunción en zona 5 y apareció muerto, con uniforme verde olivo en Zacapa en la zona guerrillera, con múltiples fracturas óseas y dos disparos que no sangraron. Al tercer hermano lo torturaron, lo mataron, descuartizaron y tiraron al mar junto con 28 desaparecidos más. A Ennio Arnó López, un abogado prestigioso lo asesinaron a balazos por la espalda al salir de un bar después que contó que era primo mío.
A mi esposa la mataron en un combate en Mazatenango, cuando cubrió heroicamente la retirada de sus compañeros.
Mis hermanas huyeron a Utah en Estados Unidos, mis hijas viven en Moscú, Chile, El Salvador y México. Sólo una vive en el país. Por eso no tengo familia que me visite. Sólo sobrinas adoptadas que han venido.
Por otro lado, han obstaculizado varias visitas con diferentes pretextos. Otras personas no quieren vincularse con un detenido. Están en su derecho. No me molesta no recibir visitas, sé que no estoy solo. Mi imagen ha crecido nacional e internacionalmente y seguirá creciendo mientras más tiempo pase como preso político.
Mientras tanto, transcurre el día de visita y me quedé como “ruso” (así le dicen al que no visitan nunca).
15 de marzo de 2021
La audiencia del caso Cubilhüitz no se realizó porque el representante de la empresa Agro Palmito no se presentó excusando “quebrantos de salud”. A mi entender es un retraso malicioso, una güisachada[1] para retrasar el fin del proceso que ahora está limitado a la acusación de “instigación a delinquir”. Y eso es una bagatela comparado con sus pretensiones iniciales. Se pospuso para el 7 de abril a las 13:30. Probablemente se retiren del juicio. Ya vieron que no es rentable. Pretendían pedirme varios millones de quetzales.
Piensan que me financia Nicolás Maduro de Venezuela (no saben que le tienen congeladas las cuentas y que económicamente está en crisis). Piensan que me financia Putin de Rusia (no saben que ya no existe la URSS y que Putin está desarrollando una economía capitalista y que no está impulsando el socialismo). Piensan que me financia Daniel Ortega con quien no tengo ningún vínculo ni con su gobierno, ni con su esposa.
Al desestimar la posibilidad de obtener algún millón de quetzales, aparentemente se retiran del proceso en mi contra. CREO QUE CONTEMPLAN RENDIRSE.
Lo de hoy es una victoria desde varios ángulos.
Mi abogado exigió que los médicos de INACIF comprueben la veracidad de la enfermedad del representante de la empresa Agro Palmito. El juez ordenó que en breve tiempo se compruebe el estado de salud del evasivo Señor Coy, a quien nadie le creyó su enfermedad.[2]
¡Venceremos!
[1] En Guatemala se le dice güisache al abogado que litiga sin tener el título universitario. Generalmente trabajan en asuntos jurídicos y un abogado titulado les firma los documentos judiciales para que tengan validez. Aquí César Montes usa el término güisachada como sinónimo de una argucia legal de bajo nivel.
[2] El representante de la empresa que acusa a César Montes de invasión de tierras no se presentó a la comparecencia alegando motivos de salud.
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