18 de marzo de 2021.
Finalmente llegó el oficio con la autorización para ir el 23 de abril a la unidad de oftalmología de la zona 11. Del rechazo a la aceptación contra su voluntad, de parte de la juez Eva Marina Recinos Vázquez. Quizá ya no quede tuerto, y aun si quedara sin visión en un ojo, le desearía a ella que nunca le ocurra a ella ni a nadie de su familia. El proceso legal sobre Semuy 2 sigue su curso sin pruebas. El Ministerio Público presenta como pruebas que en una llamada me dicen: “Comandante”. Jajá. ¡Gran prueba! Todos me dicen así, en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Sur América y Europa. Hacen el ridículo.
Otra gran prueba: “Jefe”, que me dijeron en otra llamada.
Son pueriles, considerar que es prueba de un orden jerárquico que alguien use la muletilla del trato muy usual de “jefe” en el mercado, la terminal de autobuses o la Central de Mayoreo (CENMA). Se ve claro que no se puede aceptar como prueba incriminatoria una futilidad como esa. A menos que… no la creo capaz de una irregularidad, que le haga peligrar su carrera de Magistrada de Sala. Si se entiende que mi caso es político, que soy un preso político, se comprenderá mi preocupación y dudas. Cuando se politiza la justicia, esta se prostituye frente al mejor postor.Sin embargo, hay jueces que poco les importa la opinión con tal de escalar. Los hay que sí se preocupan de tener una carrera limpia y sin tacha.
¿De cuáles será la juez enemiga mía? Lo veremos pronto.
19 de marzo de 2021
Comparto las ideas de la columnista Carolina Escobar Sarti: “Arrodillar a los jueces y a los políticos a favor de un pacto corrupto, secuestrar a las instituciones del Estado para que atiendan a sus patrones, robarse los ríos y los territorios, dejar en el abandono a millones de familias guatemaltecas, permitir que el narcotráfico coopte las estructuras del Estado, todo junto conforma un territorio fértil para incubar lo corrupto, lo oscuro, lo criminal, lo perverso”. (Fin de la cita)
En otro tema, pero relacionado con mujeres valiosas. Comparto el saludo de Anne Arévalo. De las insustituibles, de las heroínas anónimas, de las que dieron todo sin pedir nada a cambio, ni buscar protagonismos, de las sobrevivientes de la guerra, de las que como la cigarra canta al sol después de un año bajo tierra. Las que vivieron como topo. Las que vivieron una época heroica y siguen manteniendo la esperanza después de tanta derrota. Anne no ha venido a visitarme, si hoy viniera no la dejarían entrar por ser de la tercera edad.
Honor a las mujeres como ella, que a pesar de sus años mantienen la juventud de espíritu.
Ellas: Martha Aurora de la Roca, Carmen Luin, Mirna Paiz y otras que aún no quieren que las mencione.
Precursoras con su ejemplo para que se incorporaran otras generaciones de mujeres; porque aquellas lo hicieron cuando la sociedad las discriminaba y en las FAR rompimos con eso y se ganaron su espacio. Sin odio a los hombres, sin odio de clase. Respondió Anne: “Sepa que admiro su tenacidad. Y mi máximo deseo porque se dé su libertad física de ese lugar porque se dé su libertad física de ese lugar. Porque nosotros aún ahí somos libres” (fin de la cita). Respondí: me conmueve hasta hacerme un nudo en la garganta.
“Sentimientos y emociones del pasado y presente surgen de relaciones de amistad inmersas en las luchas revolucionarias … hermoso …”
20 de marzo de 2021
Llegar a los 80 años es un honor, una virtud. Siento el orgullo de lo vivido. No ha sido en vano. Sufrí derrotas, traiciones, desaires, muchos problemas superé. Me levanté sólo inicialmente, después de haber fundado las Fuerzas Armadas Rebeldes. Más adelante, viudo y con una niña huérfana de madre que para nuestro dolor murió combatiendo heroicamente. Nos levantamos ella y yo con nombres supuestos, con documentos falsos. Esto después de haber fundado el EGP con 15 heroicos combatientes. Al llegar a México levanté otro nombre y éxitos en una corta carrera burocrática.
Nacieron mis dos hijos varones.
Fui a finales del 81 a fundar el Heroico Frente Guerrillero de Guazapa en El Salvador, donde me jugué la vida sin recato, sin pedir nada a cambio; sólo recibiendo el grado de Comandante, salí rumbo a Nicaragua para enfrentar la guerra de Ronald Regan, desde las Tropas Especiales Pablo Ubeda. Estar ahí cuando los acuerdos de Paz de Sapoa fue mi mejor batalla. Apoyar en la pacificación, mayor orgullo. Estar en México cuando se firmaron los Acuerdos de Paz de El Salvador en el Castillo de Chapultepec.
Se inició la etapa de constructor de la paz en Centro América. Contribuí al proceso de paz firme y duradera durante 24 años en Guatemala, en una democracia balbuceante hasta que la simbiosis de odio y corrupción me secuestró en México y cumplo años en la cárcel. Pero nada puede la represión donde sobra el corazón. Aún en el proceso de autodestrucción de las instituciones, que las élites corruptas impulsan para enriquecerse descarada y desmedidamente, aunque eso signifique la destrucción del país que se ha tornado inviable.
A mis 80 años “Confieso que he vivido” —como diría el poeta Neruda—Tengo el propósito de vivir 20 años más, hasta que llegue la hora de partir, lúcido y satisfecho de haber vivido una vida azarosa, alegre y productiva.
Y si muero en la cárcel, toma en tus manos mi bandera de constructor de paz, persistencia de valores y lucha revolucionarios.
22 de marzo de 2021
Audiencia por teleconferencia. La Juez NO acepta tres de cuatro testigos presentados por mi defesa. Tampoco acepta como consultor técnico a la persona que propuso mi defensa.
Se niega a escuchar al testigo Chat Coy que es de Semuy 2, clave para mi defensa. Me deja en total indefensión. Mi abogado presenta recursos de reposición para modificar ese estado. La juez lo niega y tampoco acepta la propuesta.
El Ministerio Público presenta testigos A, B, C, D, E, F, G, X, Y, Z. Todos aceptados; enlistó a ocho peritos, también aceptados y una cantidad grosera de policías, a pesar de que la ley no permite tantos. La juez acepta a todos. Clara parcialidad. No puede ni disfrazar su hostilidad y animadversión a mi persona. Es una clara venganza. Es un linchamiento político despiadado. Ahora dilatarán el proceso lo más que puedan, meses y años. Tal y como, al inicio de estos relatos, había advertido.
No hay juicio justo para mí. Es injusto que me enjuicien cuando fui secuestrado y expulsado por empleados corruptos del Instituto Nacional de Migración de México. Mientras que las autoridades de ese país guarden silencio, seguiré sin consideración a que soy persona de la tercera edad; seguirán apostando a mi deterioro de salud por la edad.
A mis 80 años, es una crueldad a lo que me someten.
Seguiré firme y luchando porque no soy manso cordero que pone el cuello en la guillotina. Soy un luchador social con 24 años de constructor de la paz y no me arrodillo.
¡Exijo mi inmediata libertad!
¡O salgo o me muero este año! ¡Lo juro!
23 de marzo de 2021.
Hoy aniversario del asesinato, previas torturas crueles, de Otto René Castillo y Nora Paiz Cárcamo, mi cuñada, hermana de Clemencia Paiz Cárcamo (Cecilia). Nora subió junto con su esposo chileno. Nora dejó sus estudios en la Universidad para integrarse a la lucha guerrillera. Otto, brillante estudiante en Leipzig, decidió caminar con su patria y murió firme y valiente ante oficiales del ejército de Guatemala que le cortaron los ojos y lo asesinaron. Llevaban prisioneros algunos días.
Su poema “Vamos patria a caminar” recitada o musicalizada es ampliamente conocida en el mundo.
Por ellos dos, por los otros 13 campesinos asesinados a la par, por los doscientos mil muertos que sufrimos en los 36 años de enfrentamiento armando, no nos rendimos ni flaqueamos. Antes me haré morir con honor como el último samurái, que arrodillarme ante unas cortes de justicia corruptas o ante una cleptocracia gobernante que presiona para mantenerme preso.
Por más que lo intentan no me he dejado, ni me dejaré humillar.
Hoy fui al oftalmólogo (Unidad Nacional de Oftalmología) con excelente atención. Cataratas iniciales en ambos ojos, síndrome de ojo seco; se presume glaucoma. Deterioro por mi edad, fueron años combativos y llenos de firmeza.
Cuando se dé el debate condenaran a un casi ciego de 80 años, deteriorado de la memoria y motrizmente. Nada que pueda enorgullecerlos. En cambio, moriré orgulloso de lo vivido. Mis hijos sentirán orgullo de su padre que quizá muera en huelga de hambre.
24 de marzo de 2021
Vino el embajador de México. No lo dejaron entrar, argumentaron que mencionó, además de mi nombre, el del rector Murphy Paiz, quien tenía visita, pero yo no. Cuando me enteré de que no lo dejaban entrar porque sólo puede realizarse una visita por preso al día y que yo podía recibirlo, argumentaron que no estaba en mi lista de visitantes. Tal justificación era inaceptable ya que por su calidad de diplomático ha entrado en ocasiones anteriores. Hablé con el “alguacil” para protestar. Ni espero respuesta, a lo sumo dirán: “estamos viendo su caso”. Es la frasecita resobada que significa: “no hacemos, ni haremos nada”.
Muchas visitas, ergo, comidas caseras abundantes y deliciosas. Al medio día comí carne asada, guacamole, tortillas palmeadas, mucho de todo y como siempre las conversaciones son lamentos, alientos por una pronta orden de libertad. Pero alguien con experiencia me orienta. Fue empleado del organismo de justicia. Sabe y dice: “Mire Comandante, el Ministerio Público, lo acusa de un delito. Arma el caso con pruebas inventadas. Si su abogado es bueno y va demostrando la debilidad del MP, te aumentan otra acusación, otro delito. Y así, alargan los procesos para mantenerte preso mucho tiempo. Años, no sólo meses. En su caso, si al principio no se desbaratan las mentiras o falsas pruebas, ya está jodido. La práctica es mantenerlo preso como venganza por lo que le hicieron a Ríos Mont, el genocida”.
Me quedé casi toda la noche pensando y no pude dormir a pesar de la rutina de ejercicios y pesas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario