Los fuegos artificiales de la derecha zonza, sorda y muda, celebran con bombos y platillos la condena apócrifa de la apócrifa justicia – así, con minúscula de minúscula que es – siempre subalterna a los dueños del poder, que ha efectuado con la vicepresidenta Cristina Fernández.
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina
Frente a la pantomima, ella salió al cruce y declaró que no será candidata en 2023, descolocando – como siempre lo hizo – a propios y ajenos. A propios porque no están a la altura de los tiempos y no han producido los cambios necesarios para que la gente esté mejor a pesar del repunte económico. A los otros, porque apenas les mueven el tablero se enloquecen y no saben para dónde ir; se pelan, disputan candidaturas, cuando lo único que saben defender es un modelo excluyente y perverso, apto para unos pocos. Seguidores conspicuos de Ayn Rand, aunque descreo que se hayan tomado el trabajo de leer las chinquicientas páginas de La rebelión de Atlas, practican el egoísmo más extremo y condenan el altruismo; consecuentemente para ellos, una necesidad no genera un derecho, como enarbolaba el libertario diputado Javier Milei, apotegma básico del peronismo. Pero bueno, no vamos a insistir con algo archisabido.
De espaldas al país, como el ex presidente y titular de la Fundación FIFA, miran o esperan mirar la final Argentina Francia desde la platea de los jeques, ese mundillo exclusivo y parásito que corroe el mundo. ¿Será por eso que elogia Qatar como modelo de crecimiento y libertad? La impunidad de la que disfruta expone como siempre su ignorancia y grita sus macabras intenciones.
Cultor como ninguno del grotesco italiano sesentista del estilo de Dino Risi, Maurizio podría hacer trilogía con Antonio Gassman y Ugo Tognazzi, como en Los monstruos de 1963. Pero… mientras ellos componen esos personajes irónicos y groseros de crítica social de una Italia de posguerra que se ha comparado con la Argentina, de allí el merecido premio a ese film en el Festival de Mar del Plata, él no es actor, se manifiesta como es, asombrando al mundo cuando lo entrevistan. Cuestión previamente advertida en dos artículos previos.[1]
En ese clima oscuro, la única que ilumina con hechos y palabras, es Cristina Fernández. No sólo en este contradictorio país, (un raro país que tuvo un ídolo como Maradona y ahora a Messi, al borde del ataque de nervios si sale nuevamente campeón mundial de fútbol), sino en toda la región, como iba a plantearlo en la reunión de Puebla el lunes pasado y que ha tenido que suspenderse hasta marzo de 2023, por el Covid que contrajo, esperando contar con la presencia de Inácio Lula Da Silva como presidente de Brasil y varios líderes más que ahora no podían concurrir. Allí seguramente estarán los españoles, el ex presidente Rodríguez Zapatero y el juez Baltazar Garzón.
En la emergencia, la vicepresidenta publicó un video en su cuenta de Twitter y escribió: “Proscripción: el Presidente Luis Arce y una muy correcta lectura de la realidad. En 2 minutos y 51 segundos imperdibles explica sin eufemismos el objetivo de la mafia Judicial en tu país, la República Argentina: ‘se busca lograr lo que las balas no pudieron: la aniquilación política de Cristina y también un duro golpe al peronismo’… ‘se busca lograr lo que las balas no pudieron: la aniquilación política de Cristina y también un duro golpe al peronismo.’ ”[2]
El mensaje de Arce es contundente y lo ha sufrido en carne propia. Todos sabemos la persecución que sufrió Evo, su asilo en Argentina y el rol de Alberto Fernández en su escape aéreo hacia México. Una patraña en la que estaba complicada la derecha regional de esos años, hasta la denuncia que hizo él del gobierno anterior en el envío de armas a los golpistas. Sabe cómo actúan y cómo lo seguirán haciendo si no hay una respuesta contundente de la sociedad organizada para ganar espacios de poder, ganar la calle y consolidarse en los estrados. Para él como para muchos – desde la perspectiva que da la distancia – sea más evidente el rol de la Suprema Corte de Justicia Argentina, donde dos de sus cuatro jueces fueron nombrados por DNU por el Ex presidente Macri apenas asumió.
Quien más lo ha venido explicando, por conocerlo desde adentro, es Raúl Zafaroni, ex miembro de la Corte. Cuando se lo consultó hace más de un mes por los fallos de la Corte, advirtió sobre el manejo político-partidario de los supremos, en su intento por hegemonizar el poder y, desde luego, debilitar el Estado de derecho. … “Considero que la Corte no tiene competencia para decidir lo que se haga en otro poder. De cualquier manera, si es cierto que no hay actos de Gobierno que sean absolutamente controlables por la Justicia”. Concluyendo sobre la intensidad democrática, “Está debilitando el Estado de derecho. La democracia es otra cosa. Porque se está afectando la separación de poderes. No la división, los poderes no están divididos, el poder del Estado es uno. Lo que se está afectando es la separación en el sistema de pesos y contrapesos en el ejercicio del poder estatal. Una Constitución es básicamente, independientemente de las declaraciones de derecho y todo eso, la esencia de la Constitución es distribuir poder para que nadie hegemonice. Cuando una va sobre otro, invade la competencia y trata de hegemonizar.”[3]
Dentro de esta atmósfera contaminada, el presidente Fernández en su balance de sus tres años de gobierno, realizado este miércoles en el Parque Colón, contiguo a la Casa de Gobierno, expresó: “Les garantizo a todos que me voy a poner al frente de todos nosotros sin exclusión para que, en diciembre de 2023, el Presidente o Presidenta que asuma sea uno de nosotros. No voy a permitir que, otra vez, los que han entregado el país y lo han puesto de rodillas, vuelvan a hacerse cargo de una Argentina que le sirva a pocos” concluyendo … “Compañeros empezamos el cuarto año, transitémoslo con mucha fuerza. Vamos a ganar unidos y por el bien de la Argentina.”[4]
Ninguna más que ella es consciente de lo que puede hacer la oposición, como también, nadie es consciente como ella del poder de convocatoria de su persona y el valor de su palabra para movilizar multitudes. Sabe mejor que nadie explicar y desbaratar las mentiras de esa masa odiadora que repite como loro lo que el poder real decide.
Ella fue quien armó esta estrategia de gobierno en los primeros meses de 2019, cuando todavía no se sabía el flagelo de la pandemia que iba a azotar al mundo. Ella más que nadie sabe de su tremendo poder. De allí el miedo de la oposición.
[1] Página 12, Antología del cretino medio, 6 de diciembre de 2008 y, Los monstruos y Los nuevos monstruos: dos comedias italianas que parecen estar hechas a la medida de Argentina, Santiago García, INFOBAE, 15 de julio de 2021.
[2] Página 12, 16 de diciembre de 2022.
[3] Miguel Jorquera, Raúl Eugenio Zafaroni, “El fallo de la Corte Suprema es un acto partidista”, Página 12, 10 de noviembre de 2022.
[4] TELAM Digital, 14 de diciembre de 2022.
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