II) A su vez, la jueza federal a cargo de esclarecer el atentado parece identificarse con los simpáticos quelonios en lo que a celeridad se refiere, bien que no precisamente con aquella tortuga que le gana la carrera a Aquiles en la aporía de Zenón de Elea. Mientras tanto, Cristina se tuvo que mudar de casa para satisfacción de su vecindario oligárquico y posiblemente revelador a los subversivos -“batidor” en lunfardo- de sus movimientos, poner a su pesar distancia con los militantes que la rodeaban masivamente hasta aquel 1 de septiembre de 2022, aparecer poco, etcétera. Todos aspectos que en el “cálculo egoísta” (Marx dixit) de los auto percibidos presidenciables Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales o Javier Milei, podrían hacerle perder liderazgo y votos. Se darán con una piedra en los dientes lo mismo que el bolsonarismo en Brasil que creyó ayer aniquilado políticamente al hoy presiente Lula Da Silva.
III) La Selección Argentina ganó el Mundial de Katar, el más corrupto y sanguinolento en la historia de los mundiales de fútbol, solo a parangonar con el celebrado en la Argentina en 1978, evento jugado sobre campos de exterminio y frivolizando el hambre de gran parte de la población de entonces como producto del plan neoliberal del ministro de Economía del dictador genocida Videla, el inefable Martínez de Hoz y sus “yuppies” con los sofismas monetaristas de Milton Friedman a flor de labios.
No quiero ser aguafiestas de esta tercera copa mundial, ni desconozco el notable desempeño de Lionel Messi y de buena parte de sus compañeros durante los partidos. Ahora bien, qué mal que están las cosas y cuánto odio acumulado y amenazante hay que a su regreso triunfal los futbolistas no quisieron arrimarse a la Casa de Gobierno a saludar como es tradición al presidente de la República, para el caso el doctor Fernández que con sus contradicciones y debilidades trata de hacer lo mejor que puede sobre el terreno minado por la pandemia y la deuda externa colosal que dejó el anterior gobierno.
El gesto de los multimillonarios deportistas sea de desplante o sea por no contradecir a los poderes internacionales como la FIFA, dio letra para masturbarse a los carroñeros opositores panelistas de los medios concentrados que se callan la otra parte de la historia: los campeones, quizá en ejercicio inconsciente de la posmoderna despolitización antisistema, tampoco quisieron saber nada con Macri, el derechista ex presidente amigo del Emir de Katar y de su familia dada a invertir en grandes extensiones de territorios patagónicos próximos a Chile, que de pertenecer a alguien es a los pueblos originarios.
Y a propósito: más temprano que tarde se pedirá cuenta a los responsables de permitir enclaves extranjeros en las zonas más ricas y menos controladas del país. El diario digital Río Negro.com.ar de la provincia sureña, acaba de revelar datos sobre el complejo turístico cerrado Baguales existente en la zona del Río Villegas al norte de El Bolsón, viejo reducto hippie en los gloriosos años sesenta. Uno de los principales accionistas de Acquisitions SA, propietaria de Baguales, es el catarí Abdulhadi Mana A Sh Al-Hajri, uno de los hermanos de la segunda esposa del emir de Qatar. Continúa la nota denunciando que “Este paraíso de la nieve, que es desconocido para el común de los amantes del invierno, es vecino de otra joya igual de inexpugnable, la estancia Lago Escondido, en manos de la sociedad Hidden Lake, del multimillonario británico Joseph Lewis.” Y finaliza el artículo poniendo al descubierto que “la presencia de capital extranjero en estas tierras de frontera fue cuestionada por la Procuraduría de Investigaciones Administrativas de la Nación, que hace tres años logró que se reactivara la investigación federal. La causa está ahora en la Corte Suprema e tiene como acusados a ex funcionarios rionegrinos y al hijo de Lewis.”
¿Funcionará la justicia en esto y en lo demás? La pregunta encierra un oxímoron porque si algo no funciona por aquí es el Poder Judicial, salgo honrosas excepciones. Se han usado fiscales, jueces y camaristas federales y provinciales para hacer parodias de juicios contra militantes populares y contra Cristina Kirchner hasta condenarla semanas atrás a seis años de prisión.
Más vale tarde que nunca, el presidente Fernández ha decidido enviar al Congreso un pedido de juicio político a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tribunal sospechado de parcialidad cuando menos. La republicanísima oposición en manada se reveló contra ese pedido –no imposición- totalmente en consonancia con lo establecido por la Constitución Nacional. Cacarean sus líderes que no van a legislar más hasta que se retire el proyecto de juicio político, eso sí sus dietas intocables pese al abandono de trabajo que esa suerte de huelga de ricos representa.
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