De la mano de las
narrativas mediáticas sobre la crisis, la convivencia y el diálogo, la
ciudadanía se encuentra a merced de una construcción social de la realidad y
del sentido de lo que acontece en Venezuela.
Aram Aharonian / Rebelion
El primer día de diciembre,
la oposición amenazó nuevamente con abandonar la mesa de diálogo con el
gobierno y puso plazos perentorios a la misma, en un documento dirigido a los
facilitadores de Unasur y del Vaticano: “… el proceso de búsqueda de soluciones
a través del diálogo se encuentra detenido por el incumplimiento del gobierno
de los acuerdos logrados en las reuniones plenarias de la Mesa de Diálogo
Nacional realizadas los días 30 de octubre, 11 y 12 de noviembre”, señaló en un
comunicado.
En Venezuela cada vez más
se consolida una intención fatalista destinada a construir un clima negativo de
desaliento, desesperanza y desmoralización que pretende, por una parte, minar
la confianza en mediadores y, por la otra, socavar la credibilidad en los
actores políticos que se sientan en la mesa, señala la socióloga Maryclén
Stelling.
Y con ello colabora la
persistente guerra de micrófonos, el discurso de ambas partes que no hace caso
de la recomendación vaticana de bajar el tono agresivo y descalificador del
“otro”: dudas, predicciones, pronósticos, presentimientos y apuestas invaden el
clima político, incierto en cuanto la posibilidad de un final feliz.
El padre general de la
Compañía de Jesús, el venezolano Arturo Sosa, indicó desde El Vaticano, que el
punto de partida para cualquier reconciliación es el reconocimiento de la
situación en la que se está. “Nadie puede seriamente reconstruir las relaciones
sociales si no reconoce que estas se encuentran fragmentadas”, expuso.
Mientras, algunos creen que el alza de los precios del petróleo es buena
noticia…
El fracaso del diálogo,
añade, gradualmente ha devenido en una profecía autocumplida, predicción que,
una vez formulada, directa o indirectamente lleva a su propio cumplimiento.
Clima fatalista, sustentado en la creencia del determinismo de los
acontecimientos, dirigido por causas independientes de la voluntad de una
mayoría (79%), quien, de acuerdo a reciente sondeo, apoya el diálogo por la
paz.
La oposición en su
laberinto
En el seno de la
oposición siempre han convivido varias estrategias y no es sencillo percibir
cuál es la que predomina en cada momento. Desde enero venía trabajando en un
esquema –que puede sintetizarse en el desalojo del Presidente en 2016-, posible
de materializarse si se produjera una insurgencia de calle con importantes
componentes de violencia y acompañada de una acción de la Fuerza Armada. Sin
ello, no se alcanzaría la meta propuesta.
Sin dudas, el equipo
dirigente opositor y sus analistas internacionales interpretaron el descontento
real que existe en la calle de manera errada, en cuanto a su naturaleza y
alcance. Y de manera ingenua fallaron al descifrar las señales y opiniones
provenientes de oficiales del estamento militar. La aceptación del diálogo, más
allá de la fuerza de las presiones de los facilitadores, parecía estar
enmarcada dentro del concepto de larga marcha a través de las instituciones.
Esta vez, la oposición
contó nuevamente con aliados externos. El gobierno denunció como un “golpe de
Estado” en el Mercosur, la decisión de sus socios de suspenderlo como estado
miembro, lo que representa la más dura sanción de un ente internacional en
medio de la crisis del bloque regional, haciendo caso omiso a la resolución del
Parlasur del primero de diciembre, refrendada incluso por los diputados de la
oposición venezolana. “Constituye una agresión a Venezuela de dimensiones
realmente muy graves”, dijo la canciller Delcy Rodríguez.
“Lo que se busca con esta
medida impulsada por las oligarquías regionales es generar las condiciones para
una desestabilización de la democracia venezolana, amenazada desde el triunfo
electoral de Hugo Chávez por el imperialismo norteamericano y la oligarquía
venezolana, que se niega a perder sus privilegios”, señaló la central unitaria
de trabajadores uruguayos PIT-CNT.
Para el politólogo
Leopoldo Puchi, la nueva estrategia emprendida desde octubre apunta hacia los
próximos procesos electorales: gobernadores y alcaldes en 2017 y presidenciales
en 2018, un camino no sólo electoral sino también institucional, que se desarrolla
dentro del sistema vigente y apunta a una alternancia en el poder en un mediano
plazo, a la cohabitación. El trabajo más importante de negociación debería
entablarse en la mesa de diálogo, con la ventaja de ser refrendado por los
observadores internacionales.
Hay quienes lo consideran
sólo un movimiento táctico y no una estrategia. ¿En los próximos meses, se
proseguirá con ella o se realizará de nuevo un viraje hacia la línea de
“primavera”?
El alcalde Caracas y
líder del PSUV, Jorge Rodríguez, destacó que dentro de la oposición hay una
condición disfuncional que no permite que entre ellos exista un acuerdo en las
mesas de diálogo de asuntos políticos, económicos y sociales en paz. Señaló que
para abandonar el diálogo, dirigentes opositores esgrimen una serie de
elementos que no tienen nada que ver con los acuerdos que se llegara con la
llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en la pasada sesión plenaria el 12
de noviembre.
Aseveró que el poder
público fue desmantelado por las ansias del poder de quien en este momento
encabeza el poder Legislativo, Henry Ramos Allup, quien no quiere que el
dirigente de primero Justicia –miembro del MUD- Julio Borges, reciba el día 5
de enero al Parlamento con una situación de normalidad y por ello insiste en
mantener esa posición de desmantelamiento de ese Poder Público.
El diálogo fue rechazado
sistemáticamente por los líderes de la oposición hasta que Francisco le dio la
bendición, aunque apenas instalado, varios de sus dirigentes anunciaron que si
en 12 días no había resultados concretos se retirarían para “calentar la calle”
que para ellos significa transvestir el derecho constitucional a manifestar en
instrumento para atentar contra el orden democrático y constitucional. Pero
cada día es más escuálida la concurrencia, muestra de la frustración de sus
seguidores.
El dirigente de la MUD,
Ramón Guillermo Aveledo, indicó que los líderes de la oposición deben dejar de
lado sus aspiraciones políticas personales y el oportunismo para fortalecer la
verdadera unidad. Denunció que la única estrategia del gobierno en los últimos
tres años, fue la de ganar tiempo “para que la gente creyera que Chávez aún
estaba vivo”. La advertencia llega en momentos en que Julio Borges y Carlos
Ocariz, dirigentes con mayor peso dentro del partido Primero Justicia, se
deslindan de Henrique Capriles por su línea individualista.
Los acuerdos
Como se sabe, no hay
acuerdo sobre la celebración de un referendo revocatorio o sobre un adelanto de
elecciones, pero si hay entendimientos sobre otras aspectos, en pleno debate
sobre el ritmo de aplicación de los convenios ya alcanzados.
El acuerdo redactado bajo
el título “En el campo económico-social” ambas partes acordaron trabajar de
manera conjunta para combatir toda forma de sabotaje, boicot o agresión a la
economía venezolana, priorizar en el corto plazo la adopción de medidas
orientadas al abastecimiento de medicamentos y alimentos sobre la base de
contribuir a promover su producción e importación.
Asimismo, acordaron
promover el diseño y aplicación de políticas de cooperación entre los sectores
público y privado para monitorear, fiscalizar y controlar los mecanismos de
adquisición y distribución de insumos y mercancías” Pero lo cierto es que, en
lugar de pronunciarse abiertamente contra las manipulaciones en torno al
llamado “dólar paralelo”, la oposición ha omitido toda mención a esta forma de
sabotaje y al abierto ataque contra el bolívar, dirigido desde laboratorios de
guerra.
El ex ministro de
Economía Productiva Luis Salas señala que la derecha económica y los grupos
concentrados tienen clara voluntad de arreciar en el boicot, lo que se
manifiesta por ejemplo en la acción de las calificadoras de riesgo, en el tema
de la agudización del desabastecimiento y la especulación de algunos rubros, en
esos casos donde el problema no es la escasez sino el no acceso por los costos
elevadísimos.
Sobre el ataque al signo
monetario, Salas recuerda que la tendencia creciente se retomó desde el 27 de
noviembre, después de que se anunciara el cronograma electoral y que el
gobierno y la oposición irían a una mesa de diálogo. “A medida en que el
discurso de la oposición se radicaliza en esa mesa, el tipo de cambio paralelo
tiende a subir. Es un marcador arbitrario, que corresponde más a intereses
políticos, que a un indicador de tipo económico”, señaló.
Sin dudas, éste es el
acuerdo más importante, aunque prácticamente desconocido por la ciudadanía,
porque establece el marco ideal, el clima, la atmósfera que haría posible la
continuación del diálogo y evitaría la eclosión de la violencia. El
oficialismo, por su lado, tiene la paz como una de sus principales consignas,
pero no ha convocado suficientemente a todo el pueblo a movilizarse para su
defensa específica y para respaldar masivamente el diálogo.
El dos veces vencido
candidato presidencial Henrique Capriles, dijo que “la destrucción de nuestro
signo monetario no se debe a una página web ¡eso es mentira! El gobierno es el
único culpable de la devaluación de nuestra moneda”. Mientras, desde sectores
oficialistas se recuerda que la oposición no se ha pronunciado contra el
acaparamiento de productos, la especulación comercial o la simplificación de la
producción.
En otro acuerdo (En lo
político) hubo compromiso en avanzar en la superación de la situación de desacato
de la Asamblea Nacional dictada por el Tribunal Supremo de Justicia y se instó
a los poderes públicos a actuar en la resolución perentoria de la situación del
caso de los tres diputados (suspendidos) del estado Amazonas. Ya el Consejo
Nacional Electoral anunció que habrá nuevas elecciones en Amazonas.
También las partes
consensuaron en “trabajar conjuntamente, en el marco de lo establecido en la
Constitución, para el nombramiento de los dos rectores del CNE, que culminan su
mandato en diciembre 2016”.
En la mesa “Convivir en
paz” las partes se comprometieron a reforzar de manera conjunta la defensa de
la soberanía y rechazar cualquier injerencia externa, del signo político que
sea. Pero sectores de la oposición continúan convocando la injerencia extranjera
y solicitando la aplicación de la Carta Democrática de la OEA en Venezuela, y
persiste en dar vueltas por el mundo para convocar a toda la derecha
internacional para que intervengan Venezuela.
Colofón navideño
De la mano de las
narrativas mediáticas sobre la crisis, la convivencia y el diálogo, la
ciudadanía se encuentra a merced de una construcción social de la realidad y
del sentido de lo que acontece en Venezuela. Los medios de información
despliegan cruzadas en pro o en contra de la gestión de gobierno, del diálogo
y, en consecuencia, de la convivencia y la paz, advierte Stelling. El relato
mediático no informa: tiene el objetivo de enmarcar su “media verdad” y
legitimar determinadas decisiones y acciones.
La cruzada de la
oposición tiene como uno de sus blancos la mesa de diálogo: dirigentes de la
MUD y empresas mediáticas afines desarrollan una estrategia discursiva de alto
contenido emocional dirigida tanto a deslegitimación como a la justificación
del levantamiento de la mesa de diálogo, que supone acuerdos para resolver la
crisis política y económica que consume todos la ciudadanía.
El excanciller Roy
Chaderton afirma que la gente no siente nostalgia por la Cuarta República,
siente nostalgia por el pasado reciente del chavismo, en el cual el país
alcanzó un nivel de democratización del consumo, la mayoría de las personas
podían cubrir sus necesidades básicas, y además hacer otras cosas que son
derechos constitucionales, pero que suelen ser vistas como suntuosas, la
recreación, viajar, ciertos derechos adquiridos por la población. Sin duda eso
se prestó para deformaciones, pero la solución a esas deformaciones no puede
ser la privación del derecho adquirido.
Dice Carola Chávez, fina
humorista, que “así, por mucho que traten de impedir su llegada,
inevitablemente, la navidad llega. Y aunque nos encontrará golpeados, nos
encontrará insumisamente de pie. Y es que los que calculan mal, lo hacen
siempre desde su lejana perspectiva, jugando un ajedrez solo con las piezas
blancas, siempre ignorándonos, siempre subestimándonos, siempre fallando
porque, por mucho que no quieran verlas, por mucho que les moleste, las piezas
negras también están en el tablero y saben jugar lo suyo”.
¡Tun, tun! ¿Quién es?
Gente de paz…” Por lo menos eso dice el popular villancico venezolano.
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