La Gran Conexión es la clave para entender
los objetivos de China en Panamá. La Ruta de la Seda llegaría a toda la región
latinoamericana pasando por el Istmo de Panamá, que es la Gran Conexión. Los
panameños tenemos que decidir ahora si queremos seguir siendo un ‘paso’ o si
estamos dispuestos a convertirnos en un país con una población productiva.
Marco A. Gandásegui, h. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
Una lectura cuidadosa de los acuerdos entre
los gobiernos de Panamá y China Popular suscritos en Pekín durante el viaje del
presidente Varela a ese país destaca con detalle los objetivos que persigue ese
país en Panamá y en el resto de la región. Al mismo tiempo, deja en claro que
los gobernantes y dirigentes empresariales panameños no tienen una visión de
futuro (o de país). Los chinos han presentado un plan para los próximos 50 años
con inversiones de 500 mil millones de dólares en los primeros 20 años. En
cambio, los dirigentes que controlan el poder en Panamá no tienen una
propuesta, no han elaborado plan alguno y están esperando que los ‘chinos
lleguen’.
El juego es muy peligroso para ambos lados.
China puede encontrarse con una resistencia popular a corto plazo si no toma en
cuenta los intereses de los sectores populares. Sus proyectos sólo contemplan
la acumulación económica para ese país y algunas ganancias marginales para una
oligarquía parásita. Los acuerdos pueden beneficiar a los panameños si se
planifican de manera que incorpore al país en un proyecto de desarrollo
nacional.
La semana pasada revisamos los primeros 10
acuerdos entre los dos gobiernos. A continuación veremos los 9 restantes.
El acuerdo número 11 se refiere al impulso
que los chinos quieren darle a las zonas francas panameñas. En el caso de la
Zona Libre de Colón se menciona una inversión de 3 mil millones de dólares para
nuevos almacenes y otros mil millones de dólares en estructuras hoteleras. Las
inversiones y nuevos almacenes serían para alojar productos chinos con destino el
resto de la región. El duodécimo acuerdo se refiere al turismo y su potencial
como fuente de ingresos para los inversionistas. China le daría a Panamá el
'status de destino turístico aprobado’ para que viajen sus ciudadanos al istmo.
El acuerdo enfatiza que los chinos 'aprecian mucho el turismo de casinos'. Poco
faltó que el texto incluyera otras formas de turismo prohibidas en la mayoría
de los países del mundo y toleradas en Panamá.
El acuerdo número 13 se refiere a la
aviación. Según el texto, China construirá un terminal nuevo de carga en la
ciudad de Panamá a un costo de 10 mil millones de dólares. Todo indica que los
chinos pretenden complementar el Canal interoceánico de Panamá con un
‘canal’ aéreo que conectaría a América latina con China. Si agregamos el
proyecto ferroviario, Panamá se convertiría en el 'hub' marítimo, aéreo y
terrestre del continente. El acuerdo número 14 se refiere a la cooperación
marítima. La bandera panameña que es vendida a las grandes empresas
navieras recibiría un trato internacional en puertos chinos. Este negocio es
muy apetecido por firmas importantes en Panamá. Se agrega el trato igual a las
tripulaciones de los barcos panameños. El acuerdo no menciona los derechos de
los marineros a la organización sindical.
En el acuerdo número 15 Panamá se 'adhiere'
a la Ruta de la Seda. Según el documento, la Ruta “está alineada con el papel
que juega el país ante la región y el mundo como la Gran Conexión que
será potenciado con la inclusión de la vía interoceánica". El 16º
acuerdo hace referencia al muy mencionado 'tren bala' que uniría a la ciudad de
Panamá con la frontera de Costa Rica. El acuerdo dice que China 'pagaría el
sistema de transporte de última generación" cuyo costo sería de 2 mil
millones de dólares (menos del costo de la Línea 2 del Metro en la ciudad de
Panamá). El acuerdo número 17 hace referencia a las propiedades de las
embajadas de ambos países. China le entrego a Panamá una propiedad en Pekín de
siete pisos, valorada en 150 millones dólares. El acuerdo 18 apunta a la
organización de un seminario para periodistas. El último acuerdo se refiere a
un convenio de cooperación no reembolsable enmarcados en un Plan Nacional de
Cooperación.
La Gran Conexión es la clave para entender
los objetivos de China en Panamá. La Ruta de la Seda llegaría a toda la región
latinoamericana pasando por el Istmo de Panamá, que es la Gran Conexión. Los
panameños tenemos que decidir ahora si queremos seguir siendo un ‘paso’ o si
estamos dispuestos a convertirnos en un país con una población productiva. Los
chinos ofrecen esa oportunidad. Los panameños tenemos que aprovecharla en el
marco de un plan nacional de desarrollo.
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