Es previsible que para la segunda vuelta del 11 de abril, Arauz y la Unión por la Esperanza enfrentarán una entente de fuerzas encabezadas por Lasso o por Pérez (quien sea declarado en segundo lugar) que buscarán impedir a toda costa el retorno del correísmo a la presidencia del país.
Carlos Figueroa Ibarra / Para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Teóricamente la izquierda progresista de voluntad posneoliberal y la izquierda comunitarista y ambientalista de voluntad posextractivista, deberían unirse en una amplia coalición frente a la derecha. Esto no será posible, pues lo observado en los últimos años demuestra que el posextractivismo prefiere un gobierno neoliberal a uno posneoliberal. Ya lo dijo Yaku Pérez en la segunda vuelta de 2017, cuando pidió a las comunidades indígenas que votaran por Lasso: “es preferible un banquero que una dictadura”. El discurso de Pérez es acervo frente a los gobiernos de Bolivia, Venezuela y Nicaragua a quienes acusa de “dictatoriales y fraudulentos”. Repitiendo el discurso reaccionario, Pérez también ha dicho que “Arauz es el Maduro de Ecuador”.
En cambio la derecha neoliberal ha visto en el correísmo su enemigo principal. El Consejo Nacional Electoral logró impedir que Rafael Correa fuera el candidato vicepresidencial haciendo uso de la guerra judicial. A mediados de diciembre el Tribunal de lo Contencioso Electoral admitió un recurso que buscaba impedir la fórmula presidencial Diego Arauz-Carlos Rabascall. También buscó aplazar las elecciones para ganar tiempo ante el ímpetu progresista. Y Lasso ha declarado que si “Si Yaku Pérez pasa a la segunda vuelta, téngalo por seguro, desde hoy declaro mi apoyo a Yaku Pérez”. En suma lo de siempre: mientras la izquierda encabezada por Pérez considera al correísmo su enemigo principal, la derecha no se equivoca de enemigo.
Por lo anterior, es previsible que para la segunda vuelta del 11 de abril, Arauz y la Unión por la Esperanza enfrentarán una entente de fuerzas encabezadas por Lasso o por Pérez (quien sea declarado en segundo lugar) que buscarán impedir a toda costa el retorno del correísmo a la presidencia del país. Semanas de ardua campaña esperan al progresismo en Ecuador. Así las cosas.
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