El impacto de un salario único en las universidades tendría serios problemas en lo que se refiere a la calidad de la educación superior y en el mantenimiento de académicos y científicos de alto nivel.
Dr. Fernando Zúñiga Umaña*
Ocultos bajo la pandemia, ante un pueblo con grandes limitaciones de movilización, una Asamblea compuesta por personajes desconocidos y de cuestionable capacidad profesional y académica, se atreven a aprobar un proyecto, que en cada uno de sus puntos, encierra un enorme y profundo impacto negativo en la sociedad costarricense. Paralelamente la prensa, ha venido generando opinión y arreciando contra el empleado público desde diferentes ángulos. La primera página del diario la Nación, durante semanas lo viene haciendo con títulos alarmistas, que tienen la misión de ir creando el ambiente propicio para la aprobación de la Ley del Empleo Público. Igual lo hace diferentes voceros del sector empresarial y ex políticos.
En la justificación de la Ley se escribe que el “burócrata” siempre ha tenido un mejor salario que quienes laboran en el sector privado, ni siquiera los coloca en el mismo rango y en vez del burócrata (que por supuesto no es el término weberiano, si no el peyorativo), debió decir el empleado público. Así se van a lo largo de la justificación de la ley refiriéndose al clientelismo político, a la inamovilidad del mal funcionario, al exceso de incentivos, al bajo rendimiento, a remuneraciones que no se basan en la productividad etcétera.
Lo peor está por venir, dentro de esta maraña de artículos, muchos de ellos expresados fuera de contexto, rompiendo con esquemas de lógica en la presentación, quieren meter a las UNIVERSIDADES, hasta el mismo PAC, deseoso de que se apruebe la LEY, quiere complacer a las otras fracciones. Y eso es mucho más grave, el principio de autonomía universitario está siendo pisoteado por este grupo que la casualidad histórica les dio inmerecidamente el puesto que hoy ocupan. Con ello la Universidad perdería todo su derecho a nombrar su recurso humano, a compensarlo, a capacitarlo y hasta a evaluarlo; una Dirección General de Servicio Civil (DGSC), adscrita al Ministerio de Planificación sería la responsable de hacerlo.
Llegan al punto de asignarle a esta DGSC la estructura de la evaluación de las pruebas para reclutar al recurso humano, no importa si se trata de un misceláneo, un oficinista, una secretaria o un experto académico en física cuántica. Esto prácticamente es un “golpe de estado” a las universidades. Por otra parte pasará a instaurarse el “salario único” en las universidades, medida que ni siquiera han considerado que tendrá durante varios años un mayor gasto presupuestario, dado que todo trabajador nuevo recibirá un salario mayor al salario base, dado que la idea es que el salario único será una proyección de un salario que aunque no tenga anualidades, considerará un pago mayor, debe ser un salario atractivo, porque se le restan las expectativas de crecimiento por experiencia, y además no debe ir en detrimento de la calidad de vida, (argumento que no parece importarle al gobierno y a los diputados). Por otra parte, los trabajadores ya nombrados no perderán el derecho a las condiciones previstas en su contrato laboral, ya que hasta su retiro acumularan las anualidades. Un estudio económico del impacto del salario único, requiere hacer las proyecciones con base en las antigüedades del personal y los futuros retiros. Eso no se ha hecho, por lo tanto no se conoce aún el impacto financiero de tal medida. Ese estudio será diferente para cada una de las instituciones y requiere de un modelo muy complejo.
Ahora bien, el impacto de un salario único en las universidades tendría serios problemas en lo que se refiere a la calidad de la educación superior y en el mantenimiento de académicos y científicos de alto nivel. Las anualidades de un académico son una compensación a la experiencia, no es lo mismo un profesor universitario con 10 o 15 años de experiencia, que un profesor recién salido de las aulas universitarias. Y con el modelo de salario único el profesor experto tendrá el mismo salario que el novato. Se castiga la experiencia, el conocimiento que se adquieren con los años. La única compensación son los aumentos por costo de vida, lo que todos sabemos que no miden el incremento en los precios, menos aun sabiendo que la canasta básica no mide los incrementos en los costos de vida de un profesor (vestimenta adecuada, transporte propio, tecnología, libros, suscripciones a revistas, colegiaturas etcétera). Hay mucha tela más que cortar, pero en este espacio no es posible. Queda por decir que la campaña contra el empleado público es dura, hasta las Cámaras han tenido espacio para expresarse, por ahí un Vicepresidente de una de esas Cámaras expresó que ninguna institución, refiriéndose a las universidades, debe quedar fuera de esta ley, igual se expresa la mayoría de los diputados incluyendo a los del PAC, donde solo tres diputados se oponen a incluir a las universidades, y que probablemente se alinearan a las instrucciones del Ejecutivo. No hay duda que le han sacado el jugo a la pandemia y lo van a seguir haciendo.
* Director del Doctorado en Ciencias de la Administración de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica.
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