El centenario del nacimiento de Cintio Vitier el 5 de septiembre de 1921 en Cayo Hueso, Estados Unidos, es ocasión propicia para revisar los puntos esenciales aportados por este destacado estudioso de la cultura cubana y en particular de su amplia obra de estudio en torno a José Martí.
Pedro Pablo Rodríguez / Para Con Nuestra América
Desde La Habana, Cuba
Cintio Vitier y Fina García Marruz |
Ya desde su libro Lo cubano en la poesía (1958) se puede apreciar cómo iban marchando en paralelo sus dos grandes líneas de investigación: las letras y la cultura cubanas junto a la obra martiana. A partir de entonces fue creciendo su examen —siempre con Fina García Marruz, su esposa, a su lado— de distintos ángulos del quehacer martiano como su poesía, elementos de su pensar, su epistolario, sus cualidades de ensayista singular, sus crónicas acerca de Estados Unidos y de asuntos europeos, estudios en su mayoría reunidos en los tres tomos titulados Temas martianos.
Esa dedicación a Martí alcanzó altura significativa al crearse en la Biblioteca Nacional la Sala Martí a la que nos sentimos convocados quienes indagábamos acerca del Maestro como también nos abrieron espacio en el Anuario Martiano, dirigido por Cintio. Él y Fina más tarde fueron fundadores del Centro de Estudios Martianos, institución de la cual fue au presidente honorario, y ambos impulsaron dos tareas hermosas: los Cuadernos Martianos con textos del Maestro compilados de acuerdo a los diferentes niveles de la enseñanza y la edición crítica de las Obras completas de Martí, magno proyecto iniciado por ellos.
Llamo la atención respecto a que la obra martiana de Vitier no fue solo estudiar, escribir y brindar conferencias, sino que ella abarcó, además, abrir caminos para aumentar la conciencia martiana entre los cubanos. Y un pequeño libro no puede ser olvidado. Ese sol del mundo moral (Para una historia de la eticidad cubana), cuya espina dorsal, como indica desde su título, son las ideas y la ejecutoria del Maestro. Por todo esto, cada vez más, a pesar de las incomprensiones de algunos en ciertos momentos, Cintio Vitier —con Fina, desde luego— ha sido estimado como uno de los principales estudiosos de Martí y recibió hasta el merecido reconocimiento de la Orden José Martí, la principal distinción del estado cubano.
Estoy convencido de que no solo entendió como pocos la hondura y solidez de la obra escrita de Martí, sino que este moldeó su conducta personal e hizo de él un ejemplo moral en la vida intelectual de Cuba. José Martí lo estimaría como un discípulo.
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