Día a día semana a semana el gobierno libertario nos sorprende con otra andanada de maldades, festejada por quienes aún mantienen viva la esperanza, que todo va a mejorar. Por el contrario, quienes hemos vivido experiencias similares, sólo aguardamos que caiga por su propio peso dentro del orden constitucional que tanto nos costó recuperar hace cuatro décadas.
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina
Entusiasmado por su show en el Luna Park y por el acto del 25 de Mayo en Córdoba, el presidente Javier Milei ha renovado la apuesta de líder mundial en su carrera del ajuste más económico más violento de la historia de la humanidad, a tal punto que ha sido objeto en la misma semana de dos tapas de revista, la famosa Time, norteamericana, de la que hicimos mención anteriormente en este espacio, y Mongolia, una publicación satírica española que lo compara con el general Millán Astray, a propósito del desaguisado cometido con España.
Mongolia, de un estilo muy parecido a nuestra recordada Humor, en los años setenta tuvo tanto éxito que, la feroz dictadura no pudo censurar y en sus tapas, muchas de ellas obra de Andrés Casioli, su director, caricaturizaba a los grandes generalotes y sus personajes clave del momento.
En la española sale Milei ridiculizado del general tuerto manco y cojo que gritaba ¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte! en la Universidad de Salamanca el12 de octubre de 1936, cuando era rector Miguel de Unamuno, autor de la famosa frase: “Venceréis pero no convenceréis”. Ese año comenzaba la guerra civil española y Unamuno es eliminado por los sediciosos, pese a que estuvo en principio de acuerdo con Franco y era muy amigo de la familia.
Ese año de 1936, a seis del golpe de Uriburu en Argentina, se estrena la obra de Roberto Arlt: Saverio el cruel, crítica desembozada a la crueldad de la burguesía en la Década infame, con sus millones de desocupados y un gobierno postrado a los pies del imperio inglés, tras la firma del tratado Roca - Runciman.
La trama envuelve a una familia de la élite porteña despiadada y embustera, la que toma a Saverio como chivo expiatorio de sus burlas; Saverio, vendedor de manteca que llega a la casa a vender su producto, le hacen pasar y le reservan el papel de un coronel despótico en la farsa que se monta a su alrededor, para salvar a Susana una hermana loca que, con la participación de Saverio se puede salvar; la obra termina con el asesinato de Saverio por Susana, siendo él consciente de su rol salvífico y redentorio. Una muestra del poder y el desprecio de las clases altas hacia los proletarios que habitan en los márgenes de la sociedad. Algo renovado por el presidente libertario y sus secuaces.
La portada de Mongolia finaliza con la leyenda: “los argentinos antes nos mandaban psicoanalistas y ahora nos mandan locos”. Cuestión que en el exterior no ponen en duda.
Loco o no, el problema generado por la lengua larga de Milei, ha generado un conflicto que ha pasado a mayores: el rey Felipe VI, jefe del Estado español, ratificó la medida del jefe de gobierno, Pedro Sánchez de retirar la embajadora en Argentina, cuestión que acarrea dificultades a las empresas españolas radicadas en Argentina y a las argentinas con sede en España.
Pero no sólo eso, el gran problema de falta de gas en las estaciones de servicio del país, viene también de otro exabrupto mileico, trató de comunista al presidente brasileño y Petrobrás, le cerró la llave al suministro que venía realizando desde el gobierno anterior.
Para alivio de los consumidores, el director del holding brasileño, autorizó el suministro previo depósito del importe requerido para los metros cúbicos de gas a remitir; hecho que ya está en un buque pronto a arribar a puertos argentinos.
Ajeno a los problemas del país: recesión de todos los sectores, provincias en pie de guerra, comedores sin alimentos y eso que el ministerio de Capital humano tiene 5 millones de kilos guardados y falta de combustible en todas las estaciones de gas con las que se alimenta la mayoría del transporte por ser mucho más económico que la gasolina, JM partió a Estados Unidos por cuarta vez en menos de tres meses, para participar de una charla en la Universidad de Stanford, donde concurrió dispuesto a repartir sus sofismas económicos endemoniados y luego entrevistarse con el dueño de Facebook.
En el claustro universitario, fue repudiado por tres personas al grito: “¡Milei, fascista, no queremos tu visita!”, respondiendo el libertario con otra agresión: “¿Por qué no van a estudiar y no dicen burradas?”.
En la conferencia elogió a su ministro de Economía, Luis Caputo a quien le atribuyó el éxito de hacer el ajuste más grande en la historia de la humanidad. Aplaudido por los estudiantes, sostuvo: “El sistema de precios es un mecanismo de transmisión de información, de coordinación y de ajuste. El evento se dispara por el intercambio de los derechos de propiedad. Por lo tanto, cuando aparece el Estado e interviene, lo que está haciendo es interferir en el derecho de propiedad. Y al intervenir en el derecho de propiedad, la señal empieza a tener ruido”.
Al comienzo, Milei fue presentado por la directora de la Institución Hoover y ex secretaria de Estado de George W. Bush, Condoleezza Rice, quien luego le felicitó, diciendo: “Su clase fue un lujo. Espero que pueda volver”. Además de Caputo, en el auditorio estuvieron la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, el titular del Consejo de Asesores Económicos, Demian Reibel, y Gerardo Werthein, embajador de los Estados Unidos. Más tarde el mandatario tuvo dos importantes reuniones con el CEO de Google, Sundar Pichai, y después con el de Apple, Timothy Cook.[1]
Tras su gira por San Francisco para ofrecer a la Argentina como polo de inteligencia artificial, y antes de regresar al país, hará una escala este viernes en El Salvador, para participar de la jura presidencial de Nayib Bukele, al asumir su segundo mandato.
Insensible a todo, como Saverio el cruel, el presidente abrazó a la distancia a Sandra Pettovelo, ministra de Capital Humano a pesar del escándalo de los alimentos no distribuidos que le costó la cabeza al funcionario Miguel de la Torre, responsable de distribuirlos y pidió la ayuda del Ejército para distribuirlo en los comedores.
Sin embargo, circuló la versión del reemplazo de la ministra dentro de los funcionarios del mismo ministerio, razón por la que el presidente la ratifica por las redes, como a él le gusta; terminando el mensaje con su firma de combate: “VLLC”, obviamente, ¡Viva la Libertad, Carajo!
Dentro de los economistas conservadores que lo respaldan, como Juan Carlos de Paulo, reconocen a Milei como “un economista que trabaja de presidente”. Esa claque de economistas liberales aplaude la desregulación y el debilitamiento del Estado en favor del sector privado del cual dependen.
Cada uno de estos profesionales que han hecho escuela en los medios hegemónicos de comunicación de todas las épocas, los más veteranos vienen de ser funcionarios de la dictadura, otros comenzaron con Menem y De la Rúa y, el resto con Mauricio Macri. Todos recitan el decálogo del Consenso de Washington, reciclado en la Ley Bases que sigue siendo discutida su aprobación en el Congreso de la Nación; aunque el único objetivo reconocido y aplicado a rajatabla por Milei ha sido el ajuste feroz fiscal que ha arrasado al país y centenares de miles de personas han quedado en la calle, dato que las estadísticas oficiales aún no contabilizan.
Muchos de los técnicos que lo siguen reconocen que no tiene gobernadores ni legisladores, que está solo, pero que tiene una voluntad inquebrantable de continuar con su objetivo de destruir el Estado.
En esta carrera al todo o nada, no responde a los otros dos poderes, ni a los reclamos del Congreso ni a los pedidos de la Justicia. Milei no respeta ni da explicaciones a nadie. Es un autócrata con todas las letras. Faceta que comparte con otros mandatarios de la misma línea como Nayib Bukele, por eso su necesidad de compartir su asunción. Pero ninguno se arroba una misión salvífica mesiánica. Ninguno apela a las fuerzas del cielo, como termina sus discursos el libertario. Una apelación demencial combinada con la cruel perversión que practica en cada presentación. Verdadero ángel del infierno, no le importa la gente que muere de hambre por sus acciones; es más, han sido objeto de burlas últimamente: “si no llegaran a fin de mes, ya estarían muertos”, le respondió a un periodista que le preguntó por la situación que atraviesan las personas mayores de bajos recursos.
A horas de entrar en el mes de junio, nuevamente una ola de aumentos amenaza la vida de los ciudadanos de a pie, comenzando por las naftas en 1 y 1,5%, fijado por el Decreto 466/2024, publicado en el Boletín Oficial. Medicina prepaga 8,8%; subte, $ 650; gas 55%; peajes porteños, 35% y, la luz ya se irá actualizando.
De salarios y jubilaciones no se habla, porque justamente, son los que han soportado el mayor ajuste de la historia de la humanidad.
Día a día semana a semana el gobierno libertario nos sorprende con otra andanada de maldades, festejada por quienes aún mantienen viva la esperanza, que todo va a mejorar. Por el contrario, quienes hemos vivido experiencias similares, sólo aguardamos que caiga por su propio peso dentro del orden constitucional que tanto nos costó recuperar hace cuatro décadas. Todo o nada puede suceder. Incierto como el loco derrotero de un mono con una navaja.
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