Las bases militares convertirán a Panamá entero en una zona colonial, y significan una virtual anexión como la de Colombia, y la continuidad de una ocupación que comienza a extenderse cada vez más,desde que el Plan Mérida impuesto en México, convirtió al Río Bravo en el comienzo del nuevo trazado del proyecto geoestratégico de recolonización que es el Plan Colombia.
Stella Calloni / Cubadebate
A escasos días de conmemorarse dos décadas de la trágica invasión de Estados Unidos a Panamá la madrugada del 20 de diciembre de 1989, compañeros del Frente Nacional y Social de Panamá (Frenaso) de ese país envían este mapa de bases o estructuras estadunidenses que podrán repartirse por todo el país.
Hace unos tres meses se firmó el acuerdo entre el nuevo gobierno panameño del derechista presidente Ricardo Martinelli para establecer cuatro bases militares de Estados Unidos, configurando la más grande traición al pueblo que tanto luchó por liberarse del colonialismo del siglo XX.
Las bases militares convertirán a Panamá entero en una zona colonial, y significan una virtual anexión como la de Colombia, y la continuidad de una ocupación que comienza a extenderse cada vez más,desde que el Plan Mérida impuesto en México, convirtió al Río Bravo en el comienzo del nuevo trazado del proyecto geoestratégico de recolonización que es el Plan Colombia.
Las cuatro grandes bases aeronavales norteamericanas en territorio panameño, se suman a las siete bases en Colombia, al trazado del Plan Puebla Panamá, para lo cuál el gobierno estadoundidense produjo un golpe de Estado en Honduras, en protección a sus bases y estructuras militares en ese país, que no se concentra sólo en Soto Cano, Palmerola.
Esto indica la gravedad del avance de Estados Unidos sobre América Latina, en los diseños de Seguridad Hemisférica del Siglo XX que se constituyen en la más grande amenaza de las últimas décadas. El entranado de bases, como la serie que están plantadas en varios países de América Latina, infraestructuras militares como las que existen en Paraguay, que pueden ser rápidamente ocupadas por tropas de invasión, dan la pauta de la política de cercos que se intenta imponer sobre países cuyos gobiernos fueron elegidos por abrumadoras mayorías populares, que tienen el derecho a recuperar su independencia real en el siglo XXI.
No fue bajo un gobierno republicano, ligado con todas las mafias del poder mundial, autor del primer genocidio en el siglo XXI, en Afganistán e Iraq, como el de George W.Bush, en el que se impusieron estos acuerdoos, que destruyen todo principio soberano e imponen a los pueblos por la fuerza, una presencia imperial-colonial justamente cuando se conmemora el bicentenario de la independencia de América Latina del colonialismo español, la que fue castrada de raíz por el expansionismo imperial de Estados Unidos.
Que el caso de la instalación de las bases en Panamá ya estaba arreglado con Martinelli lo indica el hecho de que la secretaria de Estado nortreamericana Hillary Clinton fue enviada por el presidente Barack Obama a firmar con el gobierno panameño el acuerdo de bases militares, en un país que no tiene ejército ni fuerza aérea ni naval, porque el primer acto de la invasión de diciembre de 1989 fue destruir unas fuerzas armadas concebidas por el general Omar Torrijos como nacionales y populares a las que se iba a confiar el control soberano del Canal de Panamá.
Torrijos murió como causa de un atentado el 31 de julio de 1981, después de haber sido incluído como un gobernante militar de izquierda molesto a los intereses de Estados Unidos en el Documento de Santa Fe uno, junto al presidente ecuatoriano Jaime Roldós, fallecido en otro “avionazo” en mayo de ese mismo año.
Estados Unidos “limpió” el camino de dos dirigentes importantes para la historia de emancipación de América Latina, como se revela en documentos sobre las acciones de la CIA.
Como otro hecho simbólico una de las nuevas bases estará ubicadas en la Isla Chapera muy cercana a la isla de Contadora que se hizo famosa en el mundo porque allí comenzó una iniciativa independiente para lograr la paz en la región en 1983.
También Estados Unidos hizo una guerra encubierta para destruir a la Iniciativa de Contadora (Panamá, México, Colombia y Venezuela), que luego derivó en la de Esquipulas, para tratar de reducir los valiosos elementos que apuntaban a terminar con las verdaderas e injustas causas que originaron los conflictos en Centroamérica. Otras bases se ubican en Rambala provincia de Bocas del Toro; Punta Coco Veraguas y la cuarta en Bahía Piña, Darién.
Y a eso se suma esta nueva denuncia del Frenaso sobre otros trazados ominosos. Que nada es lo mismo en estos tiempos, es algo que deberán aprender algunos sectores de izquierda, porque difícilmente este acuerdo se hubiera firmado si ganaba el Partido Democrático Revolucionario (PRD) que con todo lo que se pueda esgrimir como contradicicón, demostró varias veces que no se hubiera pretsado a un acto similar.
Este partido creado por Torrijos mantuvo junto a la mejor tradición de otros de más pequeños de izquierda, la lucha por el desmantelamiento de la Zona del Canal de Panamá. Fue en un gobierno del PRD que se cerró la Escuela de las Américas en 1983 y mucho tiempo después, a fines de 1999, se levantó el Comando Sur con toda su serie de bases establecidas allí. Detrás quedaba una larga lucha dle pueblo panameño, que no se recuerda ahora.
“Otro caso a mencionar es cuando el gobierno Ernesto Pérez Balladares no permitió el establecimiento del Centro Multilateral Antidrogas coordinado por USA”, señala el informe del Frenaso, que agrupa a movimientos sociales.
Añaden que “estas bases servirán de puente y abastecimiento a las fuerza militares norteamericanas, que las utilizarán como punto de operación y cubrimiento hasta lo mas lejano del Cono Sur sin necesidad de reabastecimiento de sus fuerzas aéreas, lo que le dará un poder de ataque cien por cientro efectivo”.
A escasos días de conmemorarse dos décadas de la trágica invasión de Estados Unidos a Panamá la madrugada del 20 de diciembre de 1989, compañeros del Frente Nacional y Social de Panamá (Frenaso) de ese país envían este mapa de bases o estructuras estadunidenses que podrán repartirse por todo el país.
Hace unos tres meses se firmó el acuerdo entre el nuevo gobierno panameño del derechista presidente Ricardo Martinelli para establecer cuatro bases militares de Estados Unidos, configurando la más grande traición al pueblo que tanto luchó por liberarse del colonialismo del siglo XX.
Las bases militares convertirán a Panamá entero en una zona colonial, y significan una virtual anexión como la de Colombia, y la continuidad de una ocupación que comienza a extenderse cada vez más,desde que el Plan Mérida impuesto en México, convirtió al Río Bravo en el comienzo del nuevo trazado del proyecto geoestratégico de recolonización que es el Plan Colombia.
Las cuatro grandes bases aeronavales norteamericanas en territorio panameño, se suman a las siete bases en Colombia, al trazado del Plan Puebla Panamá, para lo cuál el gobierno estadoundidense produjo un golpe de Estado en Honduras, en protección a sus bases y estructuras militares en ese país, que no se concentra sólo en Soto Cano, Palmerola.
Esto indica la gravedad del avance de Estados Unidos sobre América Latina, en los diseños de Seguridad Hemisférica del Siglo XX que se constituyen en la más grande amenaza de las últimas décadas. El entranado de bases, como la serie que están plantadas en varios países de América Latina, infraestructuras militares como las que existen en Paraguay, que pueden ser rápidamente ocupadas por tropas de invasión, dan la pauta de la política de cercos que se intenta imponer sobre países cuyos gobiernos fueron elegidos por abrumadoras mayorías populares, que tienen el derecho a recuperar su independencia real en el siglo XXI.
No fue bajo un gobierno republicano, ligado con todas las mafias del poder mundial, autor del primer genocidio en el siglo XXI, en Afganistán e Iraq, como el de George W.Bush, en el que se impusieron estos acuerdoos, que destruyen todo principio soberano e imponen a los pueblos por la fuerza, una presencia imperial-colonial justamente cuando se conmemora el bicentenario de la independencia de América Latina del colonialismo español, la que fue castrada de raíz por el expansionismo imperial de Estados Unidos.
Que el caso de la instalación de las bases en Panamá ya estaba arreglado con Martinelli lo indica el hecho de que la secretaria de Estado nortreamericana Hillary Clinton fue enviada por el presidente Barack Obama a firmar con el gobierno panameño el acuerdo de bases militares, en un país que no tiene ejército ni fuerza aérea ni naval, porque el primer acto de la invasión de diciembre de 1989 fue destruir unas fuerzas armadas concebidas por el general Omar Torrijos como nacionales y populares a las que se iba a confiar el control soberano del Canal de Panamá.
Torrijos murió como causa de un atentado el 31 de julio de 1981, después de haber sido incluído como un gobernante militar de izquierda molesto a los intereses de Estados Unidos en el Documento de Santa Fe uno, junto al presidente ecuatoriano Jaime Roldós, fallecido en otro “avionazo” en mayo de ese mismo año.
Estados Unidos “limpió” el camino de dos dirigentes importantes para la historia de emancipación de América Latina, como se revela en documentos sobre las acciones de la CIA.
Como otro hecho simbólico una de las nuevas bases estará ubicadas en la Isla Chapera muy cercana a la isla de Contadora que se hizo famosa en el mundo porque allí comenzó una iniciativa independiente para lograr la paz en la región en 1983.
También Estados Unidos hizo una guerra encubierta para destruir a la Iniciativa de Contadora (Panamá, México, Colombia y Venezuela), que luego derivó en la de Esquipulas, para tratar de reducir los valiosos elementos que apuntaban a terminar con las verdaderas e injustas causas que originaron los conflictos en Centroamérica. Otras bases se ubican en Rambala provincia de Bocas del Toro; Punta Coco Veraguas y la cuarta en Bahía Piña, Darién.
Y a eso se suma esta nueva denuncia del Frenaso sobre otros trazados ominosos. Que nada es lo mismo en estos tiempos, es algo que deberán aprender algunos sectores de izquierda, porque difícilmente este acuerdo se hubiera firmado si ganaba el Partido Democrático Revolucionario (PRD) que con todo lo que se pueda esgrimir como contradicicón, demostró varias veces que no se hubiera pretsado a un acto similar.
Este partido creado por Torrijos mantuvo junto a la mejor tradición de otros de más pequeños de izquierda, la lucha por el desmantelamiento de la Zona del Canal de Panamá. Fue en un gobierno del PRD que se cerró la Escuela de las Américas en 1983 y mucho tiempo después, a fines de 1999, se levantó el Comando Sur con toda su serie de bases establecidas allí. Detrás quedaba una larga lucha dle pueblo panameño, que no se recuerda ahora.
“Otro caso a mencionar es cuando el gobierno Ernesto Pérez Balladares no permitió el establecimiento del Centro Multilateral Antidrogas coordinado por USA”, señala el informe del Frenaso, que agrupa a movimientos sociales.
Añaden que “estas bases servirán de puente y abastecimiento a las fuerza militares norteamericanas, que las utilizarán como punto de operación y cubrimiento hasta lo mas lejano del Cono Sur sin necesidad de reabastecimiento de sus fuerzas aéreas, lo que le dará un poder de ataque cien por cientro efectivo”.
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