El carácter anarquista del pensamiento magonista hace difícil incorporarlo a la ideología del PRI y menos a la del PAN, pero tampoco encaja con la izquierda burocrático-partidaria.
Federico Mastrogioanni / Milenio Semanal
Las ciudades de México están cubiertas de banderas tricolores, banderines e imágenes que recuerdan el Bicentenario. Todo el mundo se prepara para festejar los 200 años del fin del yugo colonial con las caras de los héroes y de los padres de la patria. El rostro de José María Morelos, o del cura Miguel Hidalgo, cano y vigoroso, aparecen en cada esquina de la calle, en cada manifiesto, en los sobres de papas y en forma de caricatura en la televisión.
La retórica de régimen recuerda lo que Porfirio Díaz hizo justamente con la imagen de Hidalgo: Díaz quería ser asociado a los padres de la patria, entonces hizo “envejecer” a Hidalgo en las imágenes oficiales para que hubiera por lo menos una semejanza entre los dos. En algunas estampas conmemorativas del primer Centenario de la Independencia, en 1910, Porfirio Díaz e Hidalgo aparecen juntos como si fueran los dos padres de la patria.
De manera un poco menos estridente se recuerda también que se festeja el Centenario de la Revolución. La cara sonriente de Pancho Villa aparece en las paredes del Metro u observándonos desde el alto de un edificio. El rostro serio y campesino de Emiliano Zapata se ve menos, o no se ve para nada. Pero hay algunos héroes que no se quiere recordar, o que se olvidan, como Ricardo Flores Magón, una de las mentes políticas más brillantes y revolucionarias de México, inspirador de la Revolución, exiliado y encarcelado junto con su hermano Enrique durante años en Estados Unidos y lejano de las visiones victoriosas de Francisco I. Madero y Venustiano Carranza.
“Cuando aquí en México le preguntas a alguien si conoce a los hermanos Flores Magón, todos te contestan más o menos que sí. Si luego preguntas quiénes eran, te pueden contestar “los que le dan el nombre a una calle o a una escuela”. Todos saben quién era Madero o Villa, pero de los Flores Magón se habla poco”.
Diego Flores Magón es el bisnieto de Enrique. Tiene con su bisabuelo una similitud física bastante marcada: el cabello chino y rebelde, los anteojos extravagantes y la mirada siempre atenta y vivaz. Diego es el curador del enorme archivo de Enrique y es el promotor de un proyecto cuyo objetivo es recuperar las fuentes documentales del magonismo —empezando por el archivo de Enrique— y reflexionar sobre su carácter revolucionario y su topografía binacional. LEER MÁS...
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