Los ciudadanos ecuatorianos, y sobre todo los más
humildes y excluidos que estuvieron en el centro de la preocupación cotidiana
de la Revolución Ciudadana, del presidente Correa y su equipo de trabajo,
expresaron el domingo pasado su apoyo a la continuidad del proceso de
transformación y cambio.
Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela
En su primera alocución
pública después de las elecciones que le dieron el apoyo popular para prolongar
su mandato al frente de los destinos del Ecuador, el presidente Rafael Correa bosquejó las
tareas para los próximos 4 años, los que
se dedicarán a fortalecer el proyecto revolucionario. Expuso que “Todavía el cambio no es
irreversible, tenemos que seguir construyendo relaciones para que jamás nos
vuelvan a robar la patria. Que la patria por siempre y para siempre sea de
todos y para todos". Para ello
estableció que el eje de su gestión será
la formación del talento humano para lo cual se dedicarán los mayores esfuerzos
y el más amplio presupuesto que jamás el país ha tenido en esta materia. Con
entusiasmo habló de que el Ecuador avanzará a la “economía del
conocimiento”, y a la “sociedad del
conocimiento” para lo cual se crearán nuevas universidades y se concederá mayor
número de becas de estudio para profesores y estudiantes.
Recordó que en 2011, su país
alcanzó la universalidad de la educación adelantándose en 4 años a ese
objetivo que es una de las metas del milenio trazado por la
Organización de Naciones Unidas. Ahora, dijo, se elevará la calidad de la
educación, se crearán 4 ciudades
universitarias de nivel mundial y se invertirá en Ciencia y Tecnología para
pasar de 4 a 19 centros de investigación. Enfatizó que es lo más importante que
está haciendo y que hará el país en los próximos 4 años.
Asimismo insistió en que el
otro pilar de la irreversibilidad del proceso es el fortalecimiento del
edificio institucional del país de acuerdo a la Constitución aprobada en 2008.
Correa afirmó que la gran
faena de la Revolución Ciudadana no ha sido la
extraordinaria obra pública en materia de infraestructura, educación y
salud que se ha hecho, sino que lo verdaderamente trascendental ha sido el
cambio en la relación de poder en su país. Dijo claramente que ahora manda el
pueblo, no los banqueros, ni la partidocracia, los medios de comunicación
corruptos o los organismos financieros internacionales.
El presidente reelecto opinó
que este triunfo electoral lo es también el de la Patria Grande porque
consolida la democracia no sólo en Ecuador sino en toda América Latina. Aseguró
que la victoria de este domingo 17 de febrero se inscribe en el fortalecimiento
del proceso democrático en la región y que está
claramente enfocado a reducir las posibilidades de un retorno al pasado en que los grupos
dominantes pretendían someter a la mayoría para defender intereses minoritarios
de la sociedad.
El Presidente Rafael Correa y su Gobierno han
impulsado, desde el inicio de su gestión, transformaciones profundas en aras de
construir un Estado incluyente y justo. La nueva Constitución elaborada por una
Asamblea Constituyente democrática y participativa, tomó en cuenta los aportes de diversas organizaciones de la
sociedad ecuatoriana que habían sido relegadas en el pasado y, que ahora tuvieron la posibilidad de ser
protagonistas en la construcción del
documento jurídico más importante de la República. Esta Constitución fue llevada a referendo y
aprobada por el voto del 70% de la población.
En ella se señala que el Ecuador es “un Estado de
derechos y justicia”, plurinacional e intercultural. Asumió en toda su
extensión garantías de protección de los pueblos originarios y las nacionalidades indígenas. Así mismo,
provee de herramientas para la aplicación de los derechos humanos y, vías de
solución para los problemas de la ciudadanía y mecanismos de amparo integral
para todos.
La aprobación de la Constitución significó para el
Ecuador el inicio de un proceso de materialización de demandas históricas de la
sociedad y en particular de sus sectores más humildes y excluidos. Entre otros
logros, la Carta Magna consagró la democracia participativa; reconoció la
diversidad intercultural, étnica, de género, religiosa y educativa; priorizó la
inversión social, estableció que el Estado debía ser garantía en la aplicación
de los derechos humanos y de la naturaleza y estableció la primacía de la
atención y protección de grupos vulnerables;
se propuso recuperar la soberanía nacional y , como parte de ello
finalizar el acuerdo que permitía la presencia de tropas extranjeras en la base
de Manta; se planteó renegociar la deuda
externa privada y, finalmente estableció como prioritario en materia
laboral, eliminar la tercerización y recuperar los derechos de las
organizaciones de los trabajadores.
El gobierno de la Revolución Ciudadana y su
organización de soporte el Movimiento Alianza Pais han llevado a la discusión
de la Asamblea Nacional el proyecto de ley del agua que constitucionalmente es
considerada “un derecho humano”, patrimonio nacional estratégico inalienable,
inembargable, imprescriptible, por lo que se prohíbe cualquier forma de privatización; así mismo la Ley de Minería que obliga a una
explotación de esos recursos de manera sustentable y de respeto de la
naturaleza; de la misma forma se ha
propuesto una Ley de Soberanía Alimentaria y de Educación y Educación Superior
para garantizar la educación universal y de alta calidad a toda la población,
así como las de Participación Ciudadana, Comunicación y Servicio Público ,
entre otras. Todas ellas han estado bloqueadas en la Asamblea en la cual la
Alianza País estaba en minoría. El cambio en la correlación de fuerzas
parlamentarias a favor de la coalición de gobierno, también como resultado de
estas elecciones auguran un avance sustancial en la demanda del presidente
Correa por avanzar jurídica e institucionalmente en la consolidación de la
Revolución Ciudadana.
En este momento, el Ecuador está llevando adelante
el Plan Nacional de Desarrollo para el Buen Vivir o Sumak Kawsay que se propone
establecer un estado productivo y justo para lo cual ha ejecutado el mayor
esfuerzo en la historia de ese país en materia de inversión social, pasando de
500 millones de dólares en 2006 a 1700 millones en 2012.
Con casi cinco millones de
ciudadanos en condición de pobreza, que representaban en el 2006 el 37,62% de
los ecuatorianos, la reducción a 32,76%
en 2010 de tal indicador significó en cuatro años sacar a 700 mil
personas de ese estado. Sin embargo, esto no significa desconocer una realidad
que incluye todavía a casi tres de cada 10 personas, pero la reducción de 4,9%
en cuatro años y de 7,6% en la zona rural, es un avance considerable.
Asimismo, creció significativamente el Bono de Desarrollo Humano, que pasó de 1,1 millón de beneficiarios en marzo de
2006 a 1,8 millones en marzo del 2011, con un aumento de 133% en el monto
recibido. Estos beneficiarios corresponden en un 67 por ciento a madres
solteras, 28% adultos mayores, 4%
personas con discapacidad y 1% menores
de edad con discapacidad.
En otro plano, se elevó la inversión en vivienda 7
veces en comparación con la suma de los tres gobiernos anteriores. En materia
de salud se han construido 18 nuevos
hospitales y 250 centros populares de salud y se han remodelado otros 469,
elevando a cifras nunca antes alcanzadas la inversión en equipos, ambulancias y
profesionales contratados para asegurar a los ciudadanos el acceso
gratuito, una atención con calidad
profesional y técnica y calidez humana en el servicio. En educación, se garantizaron la entrega de uniformes
escolares, desayunos y almuerzos, así como mochilas con textos escolares
gratuitos para alrededor de un millón de niños y niñas alcanzando una cifra
récord en la historia del país. En esa materia se eliminaron las matriculas
escolares, se construyeron y ampliaron 5000 nuevas unidades educativas y se
elevó el salario y las bonificaciones de los maestros.
Todas estas medidas coadyuvaron a elevar los
niveles de inclusión social y a mejorar el ingreso de las familias en términos absolutos. Evidentemente, los ciudadanos ecuatorianos y
sobre todo los más humildes y excluidos que estuvieron en el centro de la
preocupación cotidiana de la Revolución Ciudadana, del presidente Correa y su
equipo de trabajo expresaron el domingo pasado su apoyo a la continuidad del
proceso de transformación y cambio y en un
57% le dieron su voto favorable para que las propuestas incorporadas a
su programa de gobierno tengan proyección, consolidación y futuro.
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