En estas semanas el Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha estado dando a conocer su
quinto informe de evaluación. Se trata de los estudios más completos sobre el
tema y están disponibles en el portal del
IPCC. Pero este acontecimiento se produce en el contexto de un debate
interesante sobre la relación entre gases invernadero y cambio climático.
Alejandro Nadal /
LA JORNADA
En los últimos 15 años el
aumento de temperatura del planeta ha sido más lento de lo que se había
pronosticado. Para mucha gente, especialmente entre los que rechazan la
evidencia sobre el calentamiento global, este freno en el termómetro global
sería la negación de todo lo que se ha dicho sobre cambio climático. ¿Cuáles
son las implicaciones de esta “pausa” en el ritmo del calentamiento global?
Para empezar, es
importante insistir que en los últimos tres lustros la temperatura de
superficie a nivel global no ha cesado de aumentar. Efectivamente el ritmo ha
sido más lento: entre 1998 y 2013 la temperatura aumentó al ritmo de 0.04
grados centígrados por década, en lugar del ritmo de crecimiento de 0.18 grados
de los años 90. Esto parece sorprendente si se considera que las emisiones de
gases invernadero mantuvieron su tasa de crecimiento ininterrumpida.
Todo esto sugiere
que no existe un vínculo entre gases invernadero y aumento de la temperatura.
Los escépticos del cambio climático también comenzaron a utilizar esta
“evidencia” (la pausa en el crecimiento de la temperatura) como prueba de la
incompetencia de los científicos y climatólogos.
Pero si de todas maneras
algunos encontraban consuelo en el hecho de que el aumento de temperatura era
más lento, hoy existen varias explicaciones sobre este fenómeno y ninguna de
ellas pone en entredicho la relación entre emisiones de gases invernadero y
calentamiento global. Algunas de estas explicaciones están relacionadas con
aspectos metodológicos en las mediciones del cambio de temperaturas. Por
ejemplo, muchos de los sistemas de recopilación de datos no toman en cuenta lo que
sucede en el Ártico. Y esa región es una de las que experimenta un
calentamiento más rápido si se le compara con las demás regiones del planeta.
Un estudio incorpora los datos del Ártico (recopilados a través de
observaciones hechas por satélites) y permite corregir el efecto de la omisión
original. Cuando se toman en cuenta estos datos el aumento de temperatura es de
0.12 grados centígrados entre 1998 y 2012. Por otra parte, las temperaturas
promedio de superficie no son el único indicador para medir el cambio
climático: durante esos años crecieron el número de días de calor y los de
mucho calor, así como las temporadas de calor más largas.
Otros estudios hacen
hincapié en el hecho de que una buena parte del calor que llega a la superficie
es absorbida por los océanos. El más grande de ellos, el Pacífico, desempeña un
papel importante en este proceso. Pero precisamente los vientos dominantes en
el Océano Pacífico han afectado su circulación y su capacidad para absorber
calor. Esos vientos soplan con dirección al oeste en las latitudes tropicales y
empujan el agua de superficie hacia el oriente. Simultáneamente jalan aguas más
frías de las profundidades del océano hacia la superficie en las zonas central
y oriental del Pacífico, con lo que las temperaturas promedio se reducen en
zonas muy grandes del océano. En todo este proceso, parte de la capa de agua
más caliente es obligada a sumergirse secuestrando una buena dosis de calor y
manteniéndola en las profundidades oceánicas. Cuando se debiliten los vientos
dominantes la circulación regresará la normalidad y el efecto de enfriamiento
terminará.
Existen otros factores
que permiten explicar la pausa en el aumento de temperatura. Uno de ellos es el
de la actividad volcánica que inyecta grandes cantidades de ceniza en la
atmósfera que bloquean la luz del sol. En ausencia de este tipo de fenómenos el
aumento de la temperatura global seguirá su ritmo.
Los modelos matemáticos
de simulación permiten integrar los datos que les permiten explicar la
variabilidad en el cambio climático y, en especial, la famosa pausa de los
últimos 15 años. Por eso la gran mayoría de los climatólogos espera que el
aumento de temperaturas prosiga el ritmo previsto en unos cuantos años. Muchos
estudios incluso concluyen que es posible que el calentamiento se acelere.
El calentamiento global es una realidad y existe un fuerte consenso de la comunidad científica sobre este punto. También es incuestionable el hecho de que la actividad humana es la principal causa de este cambio en la temperatura global. Los grupos corporativos interesados en mantener el actual estado de cosas buscan engañar y confundir a la opinión pública sobre el tema del calentamiento global. Estos grupos quieren evitar que los gobiernos prohíban o restrinjan las emisiones de gases invernadero. Una lista de estas organizaciones y de sus actividades se encuentra en el portal de la Union of Concerned Scientists (UCS).
El calentamiento global es una realidad y existe un fuerte consenso de la comunidad científica sobre este punto. También es incuestionable el hecho de que la actividad humana es la principal causa de este cambio en la temperatura global. Los grupos corporativos interesados en mantener el actual estado de cosas buscan engañar y confundir a la opinión pública sobre el tema del calentamiento global. Estos grupos quieren evitar que los gobiernos prohíban o restrinjan las emisiones de gases invernadero. Una lista de estas organizaciones y de sus actividades se encuentra en el portal de la Union of Concerned Scientists (UCS).
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