La vida irá demostrando que ni siquiera las élites oligarcas de la
región escaparán a la voracidad de las potencias en un sistema excluyente de
toma de decisiones. Los que celebran hoy una amistad transitoria con los
factores de poder mundial tendrán tiempo de
arrepentirse cuando queden marginados del juego global.
Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra
América
Desde Caracas,
Venezuela
Portada del libro de Sergio Reodríguez |
El pasado martes 1° de
abril se presentó en Santiago de Chile la edición chilena del libro de mi
autoría “La balanza de poder. Las razones del equilibrio del sistema
internacional”, en una bella impresión preparada por Ceibo Ediciones de
Chile.
Con la presentación del
texto por Marcos Roitman Rosenmann, Doctor en Ciencias Políticas y Sociología y
profesor titular en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la
Universidad Complutense de Madrid, y prólogo a la edición chilena de Patricio
Rivas Herrera, Ph. D. en Filosofía de la Historia de Academia de Ciencias de la
Federación Rusa y Decano de la Escuela de Estudios Estratégicos del Instituto
de Altos Estudios Nacionales (IAEN) del Ecuador, el libro fue presentado al
público en el Teatrocinema del Barrio Bellavista de la capital chilena y
comentado en esta ocasión por el periodista y analista internacional Pablo
Jofré, el sociólogo y profesor de la Universidad de Viña del Mar, Doctor Tito
Tricot y el también sociólogo y profesor de la Universidad de Santiago de
Chile, Doctor Alberto Mayol.
En la introducción del
libro expongo que: “Los acontecimientos que aquí se describen son muy recientes, algunos
están en plena efervescencia. No existen muchas obras que se hayan propuesto
sistematizar los hechos para sacar conclusiones. La mayor parte de ellas se
circunscriben a la descripción de los mismos o a análisis parciales que dan
cuenta de las primeras repercusiones que van teniendo dichas acciones en el
sistema. Ello ha obligado a indagar para requerir información a través del uso
de recursos electrónicos. Así mismo, he “desempolvado” algunas opiniones
propias, de comienzos de siglo –a veces escritas en artículos aislados, a veces
no– que ahora han servido como punto de partida para un análisis más abarcador
como el que se intenta.
Por otro lado, las
vicisitudes del acontecer político internacional transcurren a tal
velocidad que es imposible un
seguimiento acertado y puntual. Cuando esta investigación dio apertura, apenas
se había iniciado el levantamiento popular en los países árabes, no habían
caído los gobiernos de Túnez ni de Egipto y no se habían producido las
agresiones imperiales contra Libia y Siria. Estos acontecimientos pospusieron
una y otra vez el cierre de este libro, sin embargo se ha considerado oportuno
parar en esta etapa y estudiar a futuro su continuidad en condiciones
diferentes.
Estas páginas no aspiran
a sentar bases teóricas. Parafraseando a Waltz, se trata de un abordaje más
empírico y especulativo, antes que teórico. Lo que aquí se expone tiene su
origen en una observación de los acontecimientos internacionales intentando
determinar variables que den pistas para indicar hacia dónde vamos. Surgen al
tratar de visualizar cómo podrá subsistir América Latina y el Caribe en el
convulso y atrayente mundo del mañana. Algunos de los elementos aquí expuestos
han sido recogidos en los últimos años en decenas de artículos, ponencias,
conferencias y charlas que dan cuenta de una inquietud persistente por
encontrar respuestas.
En lo posible, se ha
tratado de utilizar un lenguaje llano que sirva para la comprensión de aquellos
que no son especialistas en relaciones internacionales, pero que como
ciudadanos del mundo es muy probable que planteen las mismas interrogantes. Si
al final algún punto de vista ha servido para fomentar el debate y solidificar
las ideas, se habrá logrado conseguir el objetivo. Se trata de pensar en
colectivo porque colectiva y diversa debe ser la propuesta a construir”.
Asimismo, en las conclusiones afirmo que: “Es posible suponer que el tema central de este
libro se inserta en un limitado debate teórico que incumbe solamente a
expertos, académicos y/o especialistas en relaciones internacionales. Nada más
lejos de la realidad. La definición del sistema internacional que imperará en
el mundo que vivimos influye directamente en las definiciones y decisiones
políticas que se tomen en cualquier país, sea éste central o de la periferia.
Las cancillerías y los hacedores de política internacional obligatoriamente
deberán desarrollar el proceso decisor a partir de considerar el sistema
internacional en el que se desenvuelven las acciones que realizan. Es más, en
las condiciones actuales de interrelación casi inmediata entre los hechos que
ocurren en el planeta y las repercusiones que estos tienen en los más
recónditos lugares del mismo, los ciudadanos se ven condicionados por la
estructura y definición del sistema.
En ese sentido, no es lo mismo actuar en condiciones de un mundo
unipolar, de uno multipolar o de cualquier otro de
los que en estas páginas se exponen. La posibilidad de establecer un sistema de
balanza de poder, hipótesis que intenta sostener este libro –exponiendo para
ello algunas manifestaciones que se comienzan a
revelar– cambiaría por completo las reglas de juego en el escenario
global. De más está decir que ello es particularmente relevante para los países
del sur que quedarían fuera del proceso de toma de decisiones en el mundo del
mañana. Ello obliga a cambiar las prioridades, la metodología y los énfasis que
las cancillerías y otros órganos ejecutores de política exterior deban decidir
para operar con éxito las tareas encaminadas a hacer valer el interés nacional
y en primer lugar la construcción de mecanismos de integración y
concertación política que permitan construir un espacio que dé viabilidad y
posibilidad de existencia en el convulso mundo que se prevé en el futuro del
siglo XXI”
Finalizo el libro diciendo que: “La vida irá demostrando que ni siquiera
las élites oligarcas de la región escaparán a la voracidad de las potencias en
un sistema excluyente de toma de decisiones. Los que celebran hoy una amistad
transitoria con los factores de poder mundial tendrán
tiempo de arrepentirse cuando queden marginados del juego global. Sus intereses
también serán afectados. Cobra validez la opinión de Marco Aurelio García,
asesor especial para asuntos internacionales de los dos últimos gobiernos de
Brasil, quien ante la inquietud acerca de la prioridad que Brasil debe
establecer en su relación con los BRICS respecto de Mercosur, señaló que su
país, el más grande, más poblado y el que tiene la mayor economía de la región
`…solamente tendrá peso en el BRICS en la medida en que mantenga sólidas
alianzas en América del Sur, eso lo tenemos muy claro. Hay una decisión del
gobierno brasileño desde la gestión de Lula y reafirmada por Dilma de asociar
el desarrollo de Brasil al de la región. Todos los países de los BRICS tienen un círculo de alianzas regionales muy fuerte´
Ese pareciera ser el signo de los tiempos, el equilibrio de
los grandes obligará a la amplitud de los otros, la razón de la balanza llevará
a construir el bloque que haga sobrevivir a la región en el mañana”.
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