En este contexto de reacomodos tanto geopolíticos e internos en cada país, los sectores conservadores han comenzado a dejar salir en toda su expresión el cobre que los cubre, lanzando críticas absurdas, fakes news y todo tipo de ataques contra gobiernos y contra las clase obrera junto a los sectores populares…
Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra América
Desde Mérida, Yucatán, México.
El contexto actual que vivimos es definitorio para las próximas décadas, aunque esta afirmación pueda parecer por demás exagerada para muchos sectores de analistas, baste notar como a raíz de la propagación del COVID-19 los aspectos más negativos del capitalismo en el mundo se dejaron ver a toda luz, los siglos de depredación natural y humana se manifiestan en las condiciones de vida, aderezadas por aspectos arcaicos sobrevivientes de las primeras ideas que sobre la humanidad se pensaron, como son; la opresión sobre la mujer, el racismo, la discriminación de género y sexual, catapultadas por el desarrollo del capitalismo en el mundo y conjugadas con las condiciones inherentes a dicho sistema, tales como la explotación, la pobreza de millones de seres humanos y la acumulación de riqueza en pequeños sectores de la población, autoritarismo, exclusión, comercialización de la vida y la salud, destrucción de los servicios públicos-sociales, despojo en todas sus formas e incluso de la esencia humana, para convertirlo todo en objetos cambiables al mejor postor con tal obtener mayor beneficio particular.
El COVID-19 ha dejado muy claro que los países capitalistas, supuestamente más civilizados y desarrollados ,son justamente los que peor reacción han tenido frente a sus efectos y mayor número de fallecidos y contagios presentan; por el contrario, los países socialistas o de orientación social-popular, han demostrado su fortaleza y organización para hacer frente a estas situaciones extremas, poniendo en primer termino la vida humana y en segundo plano el interés privado. La historia entendida como presente ha dado una lección que no hay que olvidar, la humanidad asiste a la encrucijada de decidir entre salvarse superando al capitalismo o condenándose a una barbarie profundizada.
En este contexto de reacomodos tanto geopolíticos e internos en cada país, los sectores conservadores han comenzado a dejar salir en toda su expresión el cobre que los cubre, lanzando críticas absurdas, fakes news y todo tipo de ataques contra gobiernos y contra las clase obrera junto a los sectores populares; la burguesía de estos países capitalistas, se lanza contra el gobierno en turno exigiendo que sean los trabajadores y las trabajadoras expuestos y expuestas como carne de cañón ante la pandemia para que puedan seguir extrayendo la plusvalía y acumulando capital, quieren que los Estados les otorguen aún más prebendas de las que gozan, como en el caso de México, en donde quieren que el Estado se endeude más para llevarse ellos su tajada del pastel, sin importarles en lo mínimo la situaciones de millones de seres vivos que buscan la forma de sobrevivir, molestos los ultraconservadores por no lograr ese endeudamiento, piden la reapertura económica buscando sacrificar a los trabajadores y a las trabajadoras para mantener la usura y saciar su avaricia, pero cuando el Estado otorga algún tipo de beneficio social a la clase obrera o a los sectores populares, lo crítica y atacan, únicamente quiere la ultraderecha provocar y aprovechar las condiciones idóneas para el establecimiento de regímenes neofascistas.
Frente a los actos de protesta que organiza la ultraderecha en autos de lujo, más allá del ridículo que significan en sí mismos, hay que tener muy presente que responden a un contexto global donde el fascismo va retomando posiciones y encontrando canales de expresión, no se olvide que estos mismos actos se han efectuado en España, Brasil. Estados Unidos y otros países con el mismo sello, integrantes de la ultraderecha con discursos de odio reclamando sus privilegios de clase burguesa pretendiendo perpetuar la explotación que hacen sobre la clase trabajadora, no reclaman libertades humanas, reclaman lo que creen es su derecho de oprimir a los demás para obtener riqueza y poder. Es sumamente importante comprender que en estas fechas se está evidenciando el reacomodo de las fuerzas neofascistas y derechistas en el mundo, por lo cual, nosotros, las trabajadoras y los trabajadores, las mujeres y hombres oprimidos, debemos generar consciencia y organización proletaria y popular independiente para defender en la lucha de clases nuestros derechos y a la humanidad misma.
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