Ellos nos impusieron el idioma inglés como lengua de enseñanza cuando sólo unos puertorriqueños pocos hablaban inglés. A nuestras escuelas se le asignó la tarea de americanizarnos.
La lucha por sustituir el inglés por el español llegó hasta los mediados de la década de los '40, pero nuestra lucha por defender nuestra nacionalidad, nuestras costumbres y nuestros valores continuó.
También en nuestras Islas surgió un poderoso movimiento nacionalista que afirmaba nuestras raíces hispánicas y latinoamericanas. Este movimiento llegó a formar un partido político y se radicalizó bajo el liderato del Dr. Pedro Albizu Campos.
Para destruir este fuerte movimiento, tanto Estados Unidos y el gobierno colonial encabezado por Luis Muñoz Marín tomaron fuertes medidas represivas contra sus miembros. Su liderato y algunos miembros de su militancia fueron vilmente encarcelado en mazmorras de Puerto Rico y de Estados Unidos. La represión llegó al grado extremo de que se prohibió a los puertorriqueños enarbolar o utilizar en sus ropas, so pena de ser encarcelados.
A partir de la década del '50, el Federal Bureau of Investigation (FBI), aumentó la persecución, incluyendo el encarcelamiento de puertorriqueños por el gobierno federal de Estados Unidos y el asesinato de puertorriqueños cuyo único delito fue creer en la independencia de la Isla.
Mientras tanto, el gobierno de Puerto Rico comenzó a estimular la emigración de la población hacia Estados Unidos. Esta emigración por causas económica es la responsable de que hoy día nuestro país esté dividido ya que viven más puertorriqueños en Estados Unidos que en Puerto Rico.
Estados Unidos disemina noticias falsas en Puerto Rico, aislándonos del resto del mundo.
Como Estados Unidos es quien conduce nuestras relaciones exteriores no tenemos embajadas en otros pueblos que nos permitan estrechar lazos con éstos.
Puerto Rico siempre ha estado hermanado con Cuba. Nadie más se parece a un puertorriqueño que un cubano. Sin embargo dado la situación colonial a la cual Estados Unidos nos somete, según la "ley del imperio," no podemos visitar nuestra amada Cuba. Pero los puertorriqueños cumpliendo con "la ley de la patria" visitamos nuestra querida isla hermana.
Todo esto que he resumido aquí junto a tener una literatura robusta, que en muchas de sus obras son de afirmación nacional.
Poseemos nuestra propia música, nuestras costumbres y tradiciones, conservamos nuestra lengua española, y siempre afirmaremos nuestra nacionalidad.
Todos estamos conscientes -como afirmara el Maestro Albizu Campos- de "que la estadidad sería la muerte de nuestra nacionalidad".
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