En Ecuador se está discutiendo la propuesta de no explotar el petróleo en las áreas amazónicas de Yasuní. Los beneficios económicos de exportar crudo son limitados frente a los costos de los impactos sociales, económicos y ambientales de ingresar en sitios amazónicos de enorme riqueza ecológica y habitado por grupos indígenas. Esta iniciativa es el primer ejemplo de una propuesta de desarrollo postpetrolero, una condición que será inevitable en un futuro cercano para muchos países. Pero además analiza sus implicancias bajo la nueva Constitución de Ecuador que reconoce los derechos de la Naturaleza y los instrumentos económicos disponibles.
Alberto Acosta, Eduardo Gudynas, Esperanza Martínez y Joseph Vogel / www.ircamericas.org
En el año 2007, el Ministerio de Energía y Minas de Ecuador, presentó públicamente la propuesta de no explotar el petróleo en la zona del Parque Nacional Yasuní. La iniciativa representaba una acción sustantiva para la protección ambiental del área y sus habitantes, y para innovar en la búsqueda de alternativas al desarrollo extractivista tradicional basado en la exportación de productos primarios.
La propuesta, también conocida como iniciativa ITT (en referencia a las reservas petroleras del corredor Ishpingo-Tambococha-Tiputini, ubicado en ese parque), rápidamente motivó una importante atención a nivel internacional, y un prolífico debate sobre las vías que debían transitarse para concretarla. Asimismo, se entendía que esa medida implicaría contar con recursos financieros, y por lo tanto también se debatían los medios para concretar ese mecanismo.
La iniciativa encierra múltiples aspectos, tales como constituirse en un punto de ruptura en la historia ambiental del país o poder convertirse en una medida emblemática para enfrentar en la práctica el calentamiento global, superando la etapa de los discursos sin propuestas efectivas. Es un paso vigoroso para cuestionar la lógica del desarrollo extractivista (primario-exportador) y, simultáneamente, es una opción para construir globalmente el Buen Vivir. El proyecto, en concreto, se sustenta en una visión respetuosa de la Naturaleza y de las opciones culturales de los pueblos originarios en aislamiento voluntario que todavía habitan el territorio ecuatoriano.
Por cierto que la presentación de esta iniciativa en 2007, en tanto sintetiza un camino alterno al modelo de desarrollo basado en las exportaciones primarias, suscitó polémicas. Sin embargo, la crisis económica de 2008 dejó en evidencia las serias contradicciones de ese estilo de desarrollo, la fragilidad que encierra para economías como la ecuatoriana, y la necesidad de comenzar a buscar caminos alternativos. En efecto, la propuesta ITT permitiría abrir las puertas a la construcción colectiva de una economía post-petrolera, continuando con una tarea que empezó en Ecuador hace muchos años. Leer más...
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