En el ajedrez global, las
grandes piezas se deslizan en función de sus intereses políticos, comerciales y
financieros. Buena parte del mundo no se percata que juegan una partida.
Fander
Falconi / El Telégrafo (Ecuador)
En el ajedrez global, las grandes piezas
toman agresivas posiciones. La preocupación de Obama por Grecia no es gratuita:
Estados Unidos y la Unión Europea entran este mes a otra ronda de negociaciones
para firmar un ‘mega-TLC’. Las dos uniones juntas representan casi la mitad del
PIB mundial y un tercio del comercio internacional. Mientras EE.UU. y la Unión
Europea negocian, esperando ganar con el tratado, en los países emergentes
(Brics) sube el liderazgo de China, conformando un banco para el grupo con
ayuda de Rusia.
El momento actual está caracterizado por una
supremacía del capital financiero que, al expandirse y circular por todo el
tablero mundial, con los medios tecnológicos a su alcance, se impone y
condiciona las relaciones internacionales establecidas entre todas las naciones
del planeta.
En ese ajedrez, marcado por la inestabilidad
del Medio Oriente, la crisis de Ucrania y la disputa de las potencias por
África, es necesario analizar al menos, dos circunstancias.
En primer lugar, la pérdida de la hegemonía
(política y comercial) estadounidense y su búsqueda de nuevas alianzas
internacionales; en particular, mediante negociaciones en el llamado Acuerdo
Estratégico Transpacífico de Asociación Económica TPP, y con la búsqueda de un
acuerdo entre el TPP y la Unión Europea, que busca ampliar sus posibilidades
comerciales o extender su campo en materia de defensa, como una forma de
contrarrestar su declive. Otros movimientos importantes de EE.UU. son: las
negociaciones nucleares con Irán, el restablecimiento de relaciones
diplomáticas con Cuba, el nuevo acercamiento con Brasil y las sanciones a
Venezuela.
Pero, en realidad, la gran jugada de EE.UU.
es lograr la mayor zona de libre comercio y de inversiones del planeta con la
Unión Europea (la Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión, por sus
siglas en inglés TTIP). Los contenidos de las negociaciones aún no están
disponibles a la opinión pública. Son las jugadas ocultas. El TTIP incluye
comercio, ‘homologación regulatoria’ (unificación de normas de salud, ambiente,
seguridad laboral, etc.), y los arbitrajes de inversión (ya vetados por algunos
países europeos). Un ‘megatratado de libre comercio’.
En segundo lugar, otro elemento que caracteriza
el momento actual es la fuerte presencia política, comercial y financiera de
China, que cada vez aumenta su participación global y amplía su clase media.
China consolida una alianza cada vez mayor con el resto del Brics, en
particular con Rusia. Un elemento importante de esta alianza fue la creación
del Banco de Desarrollo del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica),
como una alternativa a los tradicionales organismos financieros como el FMI y
el Banco Mundial, con un capital autorizado inicial de 100 mil millones de
dólares y un capital suscrito de 50 mil millones de dólares. Así mismo, 57
países miembros participaron en la creación del Banco Asiático de Inversión en
Infraestructura, con sede en China, y con un capital autorizado de 100 mil
millones de dólares.
En el ajedrez global, las grandes piezas se
deslizan en función de sus intereses políticos, comerciales y financieros.
Buena parte del mundo no se percata que juegan una partida.
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