Durante los últimos
días han estado ocurriendo una serie de hechos que amenazan o reconcilian al
planeta, según la óptica desde la cual se mire.
Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra
América
Desde Caracas,
Venezuela
En cualquier caso
asistimos de una manera muy acelerada y contundente a la transformación del
orden mundial, si se acepta la definición de Henry Kissinger quien expuso que
el mismo está basado en dos componentes, a saber:”un conjunto de reglas
comúnmente aceptadas que definen los límites de acción permisible y un
equilibrio de poder que lleva a cabo la restricción cuando las reglas se
rompen, evitando de este modo que una unidad política subyugue a las otras”.
La reciente decisión
del presidente Trump de retirar a su país del Acuerdo de París sobre Cambio
Climático, clave en la lucha contra el calentamiento global, tema sobre el cual no pudo ponerse de
acuerdo con sus pares del G-7 en la reciente reunión en Italia; las
consecuencias de su gira por Oriente Medio;
pero sobre todo el desdén y menosprecio a Europa en su reciente
encuentro con sus líderes, dan cuenta de que el presidente estadounidense
apunta a un rompimiento de las reglas y el equilibrio global, de las que habla
Kissinger.
Mientras esto ocurre,
el presidente Putin ha llegado a afirmar que: “En el mundo rige la ley de los
puños, no obstante, China apunta en sentido contrario al convocar al Foro sobre
la iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda que con la participación de 130
países buscó generar mecanismos de integración a través de la cooperación y el
comercio considerando la creación de condiciones ventajosas para todos.
En el otro vértice, Trump
pretende dinamizar la economía de Estados Unidos a partir del incremento en la
venta de armas. Después de solicitar un aumento de US$ 54 mil millones (un
9,27%) en el gasto militar de su país para el año próximo, atiza la
confrontación en el Medio Oriente para lograr la venta de material bélico a
Arabia Saudita por un valor de US$ 350
mil millones y obliga a los miembros de la OTAN a cumplir con el pago del 2% de
su PIB (equivalente a US$ 330 mil millones), lo que finalmente también
significará un acrecentamiento de ventas para el Complejo Militar Industrial
estadounidense, destinados a una supuesta defensa de Europa, con la que además,
Trump no se ha comprometido, evitando ratificar el compromiso de su país con el
Artículo 5 del tratado de la OTAN, que obliga a todos sus miembros a salir en
defensa de cualquier de sus integrantes en caso de ser atacados.
Todo esto, pareciera
mostrar que la línea roja de aceptación de la subordinación vergonzosa de
Europa a Estados Unidos está siendo rebasada. Justo cuando el pasado 27 de mayo
pasado la tumba del General De Gaulle en el cementerio de la localidad de
Colombey-les-Deux-Eglises ha sido profanada, sus ideas parecen cobrar fuerza
nuevamente a la luz de la inaceptable humillación y maltrato por parte del presidente
estadounidense a los líderes europeos, tras lo cual se esconde el menosprecio
tradicional y la falta real de preocupación de la potencia norteamericana por
sus socios del otro lado del Atlántico, salvo por aquellos temas que sean de su
propio interés. Por el contrario, De Gaulle siempre sostuvo como principio, la
autonomía de Francia y el rechazo a su subordinación a la OTAN, objetando la
influencia de otras superpotencias, en especial de Estados Unidos en las
decisiones que su país y Europa debían tomar en materia política, militar,
financiera,diplomática y cultural.
La canciller alemana
Ángela Merkel rompió el hielo con contundencia al afirmar que "Los tiempos
en que pudimos depender completamente de otros, en cierta medida, se
acabaron", confesando que había sido en los últimos días cuando había
percibido esta situación, agregando a continuación que "… los europeos
tenemos que dirigir nuestro destino con nuestras propias manos". Merkel
redondeó su opinión afirmando que: "Seguiremos siendo amigos de EE.UU. y
del Reino Unido, también debemos tener buenas relaciones con nuestros vecinos
(…) pero debemos saber que tenemos que luchar por nuestro futuro como
europeos".
En este contexto, el
pasado miércoles 31 de mayo el primer ministro chino Li Keqiang inició en
Alemania una visita a Europa que se extenderá a Bruselas en la que se espera,
pueda concretar el consenso en puntos comunes respecto de la conflictiva
situación mundial y, una ampliación de la exitosa cooperación bilateral, al
margen del proteccionismo impulsado por el presidente de Estados Unidos. Es la
novena visita del primer ministro chino a Europa en sus cuatro años de mandato,
lo cual da una idea del interés de su país por fortalecer y ampliar relaciones
con la UE.
Por su parte presidente
de Francia Emmanuel Macron, recibió el 29 de mayo en París a su colega Vladimir
Putin, causando sorpresa el hecho de que el presidente ruso haya sido el primer
mandatario extranjero que recibe el nuevo huésped del Eliseo. Ambos jefes de
Estado, sostuvieron su primera conversación telefónica el 18 de mayo, en la que
expresaron su voluntad de desarrollar relaciones amistosas en la política y la
economía. Ahora, después de la reunión, Macron expresó su seguridad de que
"Ningún problema importante en el mundo se puede solucionar sin la
participación de Rusia" y expuso su voluntad acerca de que ambos países
realicen intercambios “más fuertes, un diálogo constructivo, un mayor aporte
mutuo". Los dos líderes discutieron acerca de la cooperación en la lucha
contra el terrorismo a fin de generar soluciones de largo plazo, después que el
presidente francés reconociera el importante papel de Rusia en el combate
contra la organización terrorista “Estado Islámico”.
En el afán de “cercar”
a Rusia, Estados Unidos generó las condiciones para el golpe de Estado en
Ucrania, con ello buscaba debilitar su flanco occidental sobre todo por la
importancia geoestratégica que significa para ese país la presencia de la Flota
del Mar Negro basificada en Crimea. La consulta constitucional realizada al
pueblo condujo a la re incorporación de esa república, así como de la ciudad de
Sebastopol a la soberanía rusa. La respuesta de Estados Unidos, secundado por
Europa fue establecer sanciones contra Rusia que fueron respondidas por este
país, sin embargo, la economía rusa ha resistido las sanciones y ha comenzado a
crecer. No obstante, el conflicto en el este de Ucrania, que ha resistido el
golpe de Estado, se mantiene, configurando un espacio latente de peligro para
la estabilidad de todo el continente. Así lo han comenzado a manifestar algunos
líderes europeos que han constatado que las sanciones contra Rusia no conducen
a los resultados esperados, terminando por afectar solo a Europa, toda vez que
el intercambio comercial entre Estados Unidos y Rusia es irrelevante.
En estas condiciones,
Estados Unidos ha abierto un nuevo frente de confrontación que amenaza a Rusia,
ahora en su frontera oriental y sobre todo a China. El incremento de las
tensiones en el mar de China Meridional, donde la potencia asiática posee
diferendos territoriales con varios países, que se intentan resolver por vía de
la negociación y el dialogo son torpedeados a diario por Estados Unidos a
través de la presencia innecesaria de su flota en la región, ahora incrementada
tras la problemática generada en la península coreana por la presencia
ilegal,-desde hace décadas- de uno de los mayores contingentes militares de
Estados Unidos fuera de su país, que unido al estacionado en sus decenas de
bases en Japón, configuran una amenaza permanente a la paz mundial. El
conflicto en Corea y el cese del desarrollo armamentístico y nuclear de la
República Popular Democrática de Corea, se solucionaría si Estados Unidos
cesara en la injerencia en la península y retira sus fuerzas armadas de la
región permitiendo que las dos Coreas avancen hacia su reunificación pacífica,
tal como es el deseo de los ciudadanos del sur y del norte del paralelo 38.
En una visita realizada
recientemente a Japón, Yang Jiechi, miembro del Consejo de Estado de China, ha
instado a Japón compartir una política cautelosa respecto a la cuestión del mar
de la China Meridional, así como a desempeñar un papel constructivo cuando los
países de la región hacen esfuerzos para resolver el problema de forma
adecuada. Tras reunirse con el asesor de seguridad nacional del Gobierno
japonés, Shotaro Yachi, el dirigente chino resaltó la importancia de esa
reunión que da nuevas oportunidades para enfrentar los desafíos que ambos
países tienen cuando están a punto de conmemorar el 45.º aniversario de la
normalización de las relaciones diplomáticas bilaterales. Por su parte, el alto
representante del gobierno japonés indicó que la cooperación entre ambos
países, que son “las dos economías más potentes de Asia, es vital para la
región, razón por la que deben considerarse socios y no convertirse mutuamente
en amenazas”.
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