Decimos que estamos en
resistencia, pero cerca de nosotros está la hidroeléctrica, la minería, la
palma africana. Decimos que estamos en
resistencia, pero siempre estamos enviando memoriales a las instituciones del
Estado. Los abogados y otros dizque
profesionales, siempre nos llevan a las instituciones del Estado a presentar
memoriales, comunicados, amparos. Nos
llevan a respetar a la institución, a este Estado que nos sigue matando.
¿Cuándo pasaremos de la
resistencia a la rebeldía? El paso es
difícil. Puede ser un paso pequeño,
porque se supone que la resistencia fue fruto de la organización y de la formación. Pero cuando este último se dio a gotas, sin
que estas fueran duras, consistentes y conscientes, el paso será mucho más
ancho. Tendrán que pasar más cosas para
alcanzarla. La rebeldía, es la que nos llevará a desbaratar la restauración
conservadora. La rebeldía, nos va a
llevar a salirnos del clóset o del escaparate.
Digo esto, porque seguimos hablando que este Estado no sirve, es
discriminador, racista, patriarcal, homofóbico, misógino, etc., pero seguimos
pidiéndole que su gobierno legisle para nosotros, que nos incluya, que nos dé
migajas, y avalamos sus propuestas pensadas “hacia nosotros” y no con nosotros.
Cuando falta más o
menos dos años o si es que menos tiempo, para que comience nuevamente una
campaña electoral, otra vez, comienza a discutirse que si la izquierda o si la
derecha. Salen a relucir problemas
personales, grupales, individuales.
Aparecen nuevos analistas que se complementan con viejos. Nuevos académicos que debaten con viejos
académicos. Todos hablan a la vez. Muchas veces dicen lo mismo solo que con
otras palabras, como lo que lo hoy se ha denominado la “izquierda rosada”, en
algún momento lo nombramos como la “izquierda de hotel”, “la izquierda
turista”, “la izquierda oenegera”, “la izquierda partidista oficial”, “la
izquierda social”. El Vicepresidente de Bolivia, la denomina “la izquierda de
cafetín”. En Guatemala, también se le denominó la “Caravana del Zorro” o la
“izquierda que levanta la mano derecha”, etc.
Hoy seguimos
cuestionando si somos un movimiento o somos más movimientos, si somos un pueblo
o somos más pueblos, si somos movimiento social o movimiento de pueblos. Si hay movimiento indígena, maya, xinka,
garífuna, ladina, etc. Se escuchan, que
se crean frentes por aquí, frentes por acá.
Que se discute un pacto de unidad.
Que hay llamado a crear articulaciones para tomar el poder. ¿Qué poder?, ¿cuál poder? Pero sobre todo
¿con qué poder? Son solo preguntas, que siguen dando vueltas en el corazón, en
la mente y en el estómago de las comunidades.
No se vislumbra a corto plazo un cambio.
Se sabe muy bien y lo
hemos discutido muchas veces, que desde la colonización española, pasando por
la independencia, por las dictaduras y con esta nueva forma de despojarnos de
nuestra tierra y de nuestro territorio, han matado a nuestros líderes, a
nuestros pensadores, a nuestros sabios, a nuestros guías. Como decía una persona hace poco, que
“estamos jodidos porque no tenemos pensadores”, eso no es cierto. Porque lo que nos impide lograr nuestra
liberación, es nuestra total dependencia al sistema. Aunque no se quiera aceptar, hasta las
organizaciones que dicen representarnos ante el Estado dependen del sistema,
sobre todo cuando dependen de los proyectos de la cooperación. Así, están igual los hombres y mujeres de las
comunidades, porque siempre que quieren hacer algo, siempre están pensando que
dirá el alcalde, el cocode, el padre, el pastor, el doctor, el maestro, el
dirigente de la ong. Pero también,
dependemos del proyecto, no caminamos, no avanzamos, no vamos a las reuniones comunitarias,
etc., si no nos dan viáticos, si no nos dan pasajes, si no nos llevan a buenos
hoteles. Por eso, es que no avanzamos
hacia la autonomía y la liberación. Por
eso es que no nos articulamos, por eso es que no encontramos la ruta, el
camino, el camino blanco, rojo, negro o amarillo.
Allí es donde está
nuestro miedo. Decimos que estamos en
resistencia, pero cerca de nosotros está la hidroeléctrica, la minería, la
palma africana. Decimos que estamos en
resistencia, pero siempre estamos enviando memoriales a las instituciones del
Estado. Los abogados y otros dizque
profesionales, siempre nos llevan a las instituciones del Estado a presentar
memoriales, comunicados, amparos. Nos
llevan a respetar a la institución, a este Estado que nos sigue matando. Vamos y nos tomamos la foto con la Fiscal,
con la CICIG, con los funcionarios de gobierno, con la Corte de
Constitucionalidad, con los alcaldes, con la gente de la cooperación y hacen como si nos escucha, pero luego
no sentimos cuando nos clavan al puñal por la espalda. Por ejemplo, eso
de proponer el pluralismo jurídico en las reformas al sector justicia, de sus
sector justicia, porque no es el nuestro.
Porque nuestro sistema de justicia, lo tenemos, no necesitamos que hagan
una ley específica para que lo sigamos aplicando.
Otro ejemplo, lo que
les pasó a los hermanos Q’eqchi’ de Cahabón cuando ya habían resoluciones de la
Corte Suprema e incluso de la misma Corte de Constitucionalidad, en donde
decía, que había que consultarles y ahora esa misma Corte de
Constitucionalidad, que en una noche,
mientras nosotros estábamos durmiendo, dicen que siga la construcción y después
que se haga la consulta. Que consulta, si las comunidades ya hicieron su
consulta, ya dijeron que no querían a la hidroeléctrica en el río Cahabón. Entonces para este Estado, los indígenas y
mucho menos los mayas no existen, no cuentan.
Eso nos pasa por seguir
los ritmos del Estado Kaxlan. Ellos son
mentirosos, no hablan con la verdad.
Pueden traicionar sus palabras, en cambio nosotros no, porque somos
“malik winaq’”, decían nuestros abuelos.
La palabra siempre fue para nosotros un valor, pero para el kaxlan es su
papel, su letra. Como no hemos aprendido
que sus tiempos, no son nuestros tiempos por eso nos engañan. Ya es tiempo que nosotros le demos ritmo al
tiempo. Ya no dejemos que nos quieran
articular desde arriba. Ya probamos
mucho, no vamos a recordar mucho más atrás, solo algunos: la marcha indígena y
campesina del 2012, la marcha del agua, la marcha de San Juan Sacatepequez, la
Asamblea Social y Popular, etc.,
terminaron en el tiempo y en el espacio kaxlan. Caminamos juntos y terminamos hablado con el
presidente, el vicepresidente y otros mentirosos que trabajan con ellos,
incluso algunos indígenas, que en los foros hablan sobre autonomía, sobre
nuestros derechos, pero están acomodados comiendo las sobras del Estado
kaxlan. Ya llegó el tiempo de que
nosotros como “tz’aqal winq”, nos unamos y caminemos juntos, sin intervención
de ellos y nos rebelemos, como dicen allí, tenemos que cambiar la forma de
lucha, porque las marchas, los comunicados, las conferencias de prensa, los
foros y más, no han servido de mucho.
El paso que hace falta
es la rebeldía, pero para eso, hay que fortalecer la organización comunitaria. Hace uno días, un documento por allí, decía
algo así, que el “río Cahabon ya no se salva”.
Es cierto, que si se los dejamos en sus manos, bajo la decisión del
Estado, si ya no se salva, pero si se los volvemos a quitar, entonces se
salvará. Nosotros lo tenemos que
recuperar y luego defenderlo. Es el
momento para unirnos, para sacar a todos
los destructores de nuestros territorios.
Hay que impedirles el paso para que vuelvan a entrar. Las decisiones de la Corte de
Constitucionalidad, no funcionan en nuestros territorios. Aquí, nuestra voz y nuestra palabra
mandan. Si nos unimos, no entraran
jamás. Aquí el pueblo debe mandar y no lo
que decidan en la capital. Ya no más
marchas, movilizaciones, comunicados, memoriales. Llego la hora de actuar. Hay que organizarnos más, para demostrar que
nosotros tenemos el poder y no los ricos y no quienes se han adueñado de
nuestras tierras y territorios. Urge el
paso hacia la rebeldía y eso solo lo podrán dar lo pueblos organizados. Pero para eso, tenemos que dejar el
miedo. Porque el miedo es el que nos
lleva a dialogar, a hablar con ellos. El
miedo es quien nos lleva a la capital, para ver si nos escuchan. El miedo no nos permite organizarnos. El miedo es nuestro peor enemigo. Tenemos que caminar más despacio y más
seguro, porque el tiempo avanza.
Nuestra Solidaridad con los compañeros del
Centro de Medios Independientes.
Nadie nos quitará la voz,
seguiremos gritando
hasta lograr la liberación.
[1] Solo me dispuse a
escribir lo que piensan, sienten y expresan las comunidades. Es pensamiento de ellos, lo que hice es
ponerlo en forma de artículo, para que pueda ser analizado.
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