Eleazar Díaz Rangel / Patria Grande (Venezuela)
A propósito de los aniversarios hasta hace poco celebrados (2 y 4 de febrero), se escucharon y leyeron opiniones, análisis e informaciones suministrados por voceros de uno y otro lado. Unos que destacaban todo lo positivo realizado, particularmente en los campos de la educación y de la salud, la significación del 4F en la política venezolana, su influencia en los procesos que se desarrollan en varios países de América Latina, y se mostraban cautelosos a la hora de apreciar errores y omisiones, aunque el presidente Chávez pidió perdón por los errores cometidos.
Otros, por supuesto, lo negaban todo: una década perdida, no se ha avanzado en nada, etc. Repitieron algunas expresiones que se oyeron después del mensaje presidencial el 8 de enero y le añadieron algunas nuevas.
Entre éstas me llamó la atención que dijeran que el gobierno de Chávez en estos 12 años ha sido “una fábrica de pobres”. Me sorprendió por lo divorciado de la verdad. Entiendo que en días como estos la oposición sea tan negadora de la gestión de gobierno, que no le reconozca nada, pero han sido cuidadosos en negar, por ejemplo, lo que se ha hecho en el campo educativo, desde la alfabetización hasta los índices de la matrícula universitaria. Prefieren callar.
Por eso, hablar de una “fábrica de pobres” es lo más desatinado e irracional que se haya dicho en estos días sobre el gobierno de Chávez. Si hubiese un solo aspecto de su política que debe rescatarse, es precisamente la que ha desarrollado a favor de los pobres. Vean si no.
El porcentaje de hogares pobres era de 43% en 1998 y en 2010 había bajado a 26,8%, y la pobreza extrema de 21% ese mismo año 99 se redujo a 7,1% hace un año. Estas otras estadísticas son de un estudio de la OEA-PNUD: en ese período, la reducción de la pobreza fue de 44% en Venezuela, 35,8% en Ecuador, 36,9% en Chile, y el promedio en América Latina llegó a 24,8%, es decir, que en Venezuela casi se duplicó. Y la indigencia se redujo en la región 31% y en Venezuela 54,4%.
Veamos ahora el índice internacional Gini, que mide la desigualdad en la distribución de la riqueza económica; mientras más bajo es el índice, la desigualdad entre ricos y pobres es menor. En 1998, en Venezuela era de 0,4865 y el año pasado había bajado a 0,3898, el más bajo de América Latina. ¿Cómo fue la reducción en otros países? Veámoslo: Colombia tenía 0,572 y ahora tiene 0,512, Chile 0,560, y hoy está en 0,523, apenas centésimas menos, y Costa Rica, de 0,473, el más bajo hace 10 años, lo disminuyó a 0,469, el segundo más bajo, después de Venezuela. Los tres países que más disminuyeron el índice Gini en esos años fueron Nicaragua 8,7%, Perú 9,3% y Venezuela 17,3%.
Una encuesta de Latinobarómetro preguntó sobre la satisfacción con la vida en cada uno de nuestros países. Quienes están menos contentos son los de Bolivia (52,5%), El Salvador (53,%) y Perú (55%), en cambio los costarricenses respondieron en un 86% positivamente, y hubo otros cuatro países por encima de 80%: Argentina, Panamá y Brasil, y Venezuela con 84%.
¡Y se les ocurrió decir que ha sido una “fábrica de pobres”! ¿Alguien puede creerlo? Por supuesto, los obcecados, que no se borran de la cabeza su obsesión por desplazar a Chávez. No le creen a las cifras y estadísticas de la ONU, la UNESCO, el PNUD, la OEA, CEPAL y el INE.
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