Patria es humanidad, sentenció el más excelso de los cubanos, José Martí, con lo cual proclamaba la irrenunciable vocación universal de nuestra patria. Ese concepto forma parte de la raíz y recorre el alma de la historia y de las esperanzas de Cuba.
En Cuba apreciamos los valores espirituales de la cultura universal y nos esforzamos por tender puentes de amistad y entendimiento común, a pesar de las distancias geográficas, porque sabemos que lo más importante es la identidad de sentimientos y la comunión de empeños en favor de la redención humana.
Enumeremos los desafíos que enfrenta hoy la civilización occidental, un mundo al que no somos ajenos, puesto que con la globalización de la vida social y económica de los últimos años los problemas también se han globalizado. Hagámoslo desde una perspectiva cultural, en tanto estoy convencido de que es en ese campo donde se debate y decide el drama de la contemporaneidad.
Ahí está el reto que tienen ante sí la civilización y la cultura occidental. Sólo puede salvarse del caos y de la muerte exaltando sus más hermosas tradiciones humanistas y asumiéndola en todas sus consecuencias, es decir, no para servir al apetito insaciable de una parte de los individuos, sino para defender los derechos e intereses de todos. Esto se puede comprender y alcanzar si se estudia y analiza el profundo significado de una expresión martiana: Ser cultos es la única manera de ser libres. LEA EL ARTICULO COMPLETO AQUI...
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