Agustín Franco Villanueva fue siempre un partidario la Revolución, por ser ella la que debía producir la libertad y la igualdad social. Revolución que se debía sustentar en los avances científicos y en el bienestar de los infantes.
Cristóbal León Campos / Especial para CON NUESTRA AMERICA
Desde Yucatán, México
La falta de igualdad que el porfiriato implantó en todo el país, provocó un gran rezago educativo, el analfabetismo era la característica común entre los pobladores de las comunidades rurales y urbanas. Con el triunfo revolucionario se abrió un nuevo camino para el desarrollo y el bienestar de la gran mayoría de la población. Implementándose cambios radicales en todos los ámbitos de la vida social siendo la educación el pilar y el soporte de la nueva sociedad que se comenzaba a construir.
Las ideas de cambio que la Revolución introdujo en la educación fomentaron discusiones importantes sobre el futuro de la enseñanza en Yucatán. En estas discusiones participaron cientos de profesores movidos por los aires de libertad de la nueva sociedad que comenzaba a construirse. Entre estos profesores es posible identificar a quienes por la claridad de sus planteamientos y por su decidida participación destacaron ocupando importantes cargos y contribuyendo en las reformas educativas.
Entre los profesores promotores del cambio social, se encuentra el Ilustre Maestro Agustín Franco Villanueva, quién nació el 20 de enero de 1877 en el pueblo de Motul, donde estudio la escuela primaria, y después, en el Instituto Literario y en la Escuela Normal de Profesores de Mérida, donde obtuvo el título de Profesor de Enseñanza Elemental y Superior. Se desempeñó inicialmente como profesor, impartiendo clases durante varios años en Motul. Fue catedrático de sexto grado en el Instituto Literario del Estado, y de otros centros educativos de Mérida.
Desde muy joven vinculó su vocación magisterial con la participación en las luchas sociales de la entidad. En 1910 apoyó la campaña de Francisco I. Madero contra la dictadura porfirista. Colaboró en el gobierno de Salvador Alvarado, con la encomienda de formular proyectos de leyes para el programa revolucionario, entre ellos, los que dieron origen a la Ley General de Educación, que estableció la enseñanza primaria obligatoria y laica en todo el estado, además de las Leyes que establecen la fundación de la Casa del Bambino y la Ciudad Escolar de los Mayas.
El 26 de mayo de 1915, Salvador Alvarado lo nombró director general de Enseñanza Rural en el estado, cargo del que tomó posesión el 12 de agosto de ese año. Promovió la Ley de Enseñanza Rural, cuya puesta en práctica llevo a cabo como jefe del Departamento de Educación. Participó directamente en la organización del Primer Congreso Pedagógico, efectuado en Mérida entre el 11 Y el 15 de septiembre de 1915, como director de las escuelas rurales.
Fue Jefe del Departamento de Educación Pública en los períodos de Salvador Alvarado y de Felipe Carrillo Puerto, desde ese cargo, alentó la fundación de 1,200 escuelas rurales en el estado, estimuló la promulgación de leyes y reglamentos y se preocupó por la dignificación del magisterio y por la Escuela Rural. Auspició el Primer Congreso Feminista celebrado en enero de 1916. Contribuyó decisivamente a fundar la Escuela Racionalista en Yucatán junto al profesor José de la Luz Mena, con quien desde años atrás había promovido esta modalidad educativa.
Asistió como delegado por la Liga de Profesores a la comisión que integró el Primer Congreso de Obrero Socialista de Motul, del 9 al 30 de marzo de 1918. Fue electo diputado al Congreso de la Unión por el Partido Socialista de Yucatán, durante el gobierno de Carlos Castro Morales. Asistió como delegado por el Consejo Federal del Partido Socialista del Sureste al Segundo Congreso Obrero Socialista de Izamal, efectuado del 15 al 20 de agosto de 1921.
Es autor del libro Despierta, compuesto de lecturas para niños, que se utilizó en la educación primaria. Sus colaboraciones en revistas pedagógicas, así como sus artículos periodísticos, fueron elogiados y despertaron gran polémica por sus radicales posturas ante los males sociales y su progresista visión de la educación. Como ejemplo de ello, destacan los publicados en 1913 bajo el titulo “Las escuelas primarias anarquistas”, en la revista El Paladín Escolar que dirigía el profesor Albino J. Lope. En dichos artículos, fija su postura a favor de la causa de una nueva sociedad que se basé en los principios del comunismo y del anarquismo, por considerarlos la vía al progreso humano.
Agustín Franco Villanueva fue siempre un partidario la Revolución, por ser ella la que debía producir la libertad y la igualdad social. Revolución que se debía sustentar en los avances científicos y en el bienestar de los infantes. Falleció el 20 de febrero de 1961, legándonos sus aportaciones para el avance de la educación en nuestro estado.
*El autor es historiador mexicano egresado de la Universidad Autónoma de Yucatán. Colabora en periódicos, revistas y páginas web a nivel local, nacional e internacional.
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