De acuerdo a las últimas encuestas, el candidato puntero es el general Pérez Molina pero al parecer no obtendrá la mitad más uno de los votos válidos. Pero si el porcentaje de votos nulos o en blanco fuera elevado, acaso por primera vez en muchos años no habría segunda vuelta.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Una vez que la Corte de Constitucionalidad dejó fuera a Sandra Torres de la contienda electoral, ésta ha asumido la decisión y manifestado que se dedicará a hacer campaña por los candidatos a diputados y a alcaldes de su partido. La cólera que provocaba lo que ya se veía venir hizo decir a uno de los principales asesores de Torres, que su partido desconocería el proceso electoral por considerarlo ilegítimo. Rápidamente la declaración apresurada fue desmentida, corregida y desechada por la UNE. Pero en la lógica de “después de mi el diluvio”, Sandra Torres ha llamado a votar nulo en las boletas electorales presidenciales. Con justa razón, Edelberto Torres Rivas ha expresado su desacuerdo con este llamado. En su opinión, en la primera vuelta electoral, los electores contarán con una candidatura y un programa que está construida en referencia crítica al neoliberalismo y que por ello se distingue del resto de las candidaturas presidenciales. Esta es la que encabezan Rigoberta Menchú y Aníbal García.
En un provincianismo obsecuente con los grandes poderes mundiales y nacionales, el resto de las formulas presidenciales suscriben las políticas económicas neoliberales. ¿No se dan cuenta de lo que sucede en el mundo? ¿No saben que Clinton entregó la presidencia de los Estados Unidos de América con finanzas saludables y que diez años después el neoliberalismo imperial de dicho país lo ha sumido en una monstruosa deuda de 15 billones (millones de millones) de dólares? ¿No leen los periódicos y no se enteran de las revueltas en Grecia, España, Inglaterra para citar las más recientes? ¿No se han enterado que los economistas más lúcidos están previendo para dentro de tres meses un segundo embate recesivo tan malo o peor que el que estalló en 2008? Ignorando el desastre que se está observando en México por haber involucrado al ejército en la lucha contra el narcotráfico, dos candidatos dicen claramente que involucraran al ejército guatemalteco en tal lucha.
Otras voces y por otras razones se han pronunciado por el voto nulo. Ha circulado un escrito del sacerdote jesuita Juan Hernández Pico en el que se pronuncia por el voto nulo. ¿La razón? A casi todos los candidatos se les pueden hacer fuertes objeciones (lo cual comparto). No es el caso de Rigoberta Menchú a quien el único pero que parece ponerle el padre Hernández Pico es que no es lo suficientemente popular. Esto podría interpretarse como que dado que Rigoberta Menchú obtendrá pocos votos, mejor hay que anular el voto… Algunos sectores de izquierda han cuestionado la opción del Frente Amplio porque este no les parece suficientemente revolucionario. Otras voces se han pronunciado por el voto por Menchú y García y por la anulación del voto en la segunda vuelta. Finalmente hay quienes llaman a votar por Rigoberta a pesar de lo que es Rigoberta (conservadora en materia de derechos de las minorías sexuales y de las mujeres por el derecho a decidir) y por lo que fue durante el gobierno de Berger (parte simbólica de su gabinete). Esto es lo que se ha llamado el apoyo crítico al Frente Amplio.
Acaso lo que me ha parecido más lúcido no es lo que le parece al muy respetable padre Hernández Pico: votar nulo o en blanco como sucede en la obra de Saramago “Ensayo sobre la lucidez”. Lo que a mí me parece lúcido es revisar lo que dice el artículo 201 de la Ley Electoral: los votos nulos o en blanco no cuentan para el cómputo final. De esta suerte como lo ha pregonado un mensaje que ha circulado por internet, un porcentaje significativo de votos nulos o en blanco elevarían los porcentajes de todos los candidatos y hasta podrían provocar, si el voto nulo/blanco fuera significativo, que uno de los candidatos ganara en primera vuelta. De acuerdo a las últimas encuestas, el candidato puntero es el general Pérez Molina pero al parecer no obtendrá la mitad más uno de los votos válidos. Pero si el porcentaje de votos nulos o en blanco fuera elevado, acaso por primera vez en muchos años no habría segunda vuelta.
El voto nulo o en blanco, incluso la abstención, puede ser una opción en determinadas circunstancias: elecciones hechas en circunstancias de extremas violaciones a los derechos humanos, elecciones efectuadas en un marco dictatorial, elecciones en la que es previsible un fraude electoral, elecciones en las que no hay opciones alternativas. Pese a la dictadura mediática, los poderes fácticos abiertos y clandestinos, la imposición de un pensamiento único, la mercantilización electoral, el poder de los financistas y otras linduras de la democracia de baja calidad que hay en Guatemala, no existen en el país las condiciones que harían razonable el voto nulo o en blanco.
“Elecciones 2011: continuidad y fin de ciclo”, de Andrés Cabanas
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