Si quiere ampliar su fuerza sin perder el rumbo, la izquierda latinoamericana y caribeña tendrá que dar más atención al debate sobre el capitalismo del siglo XXI, al balance del socialismo del siglo XX, y a la discusión estratégica. Que incluye resolver la ecuación entre transformación nacional e integración regional.
Valter Pomar / AméricaXXI (Venezuela)
La América Latina y Caribeña (ALC) jugó un importante papel en el desarrollo del capitalismo, más específicamente, para el enriquecimiento de potencias todavía hoy dominantes: los Estados Unidos y algunos países europeos.
El saqueo y la explotación de ALC contribuyeron para la acumulación de riquezas que precedió a la industrialización capitalista de las metrópolis europeas.
Posteriormente, los países de la región ALC sirvieron no sólo como proveedores de materias primas, sino también como mercado consumidor de productos industriales y receptor de capitales exportados por las metrópolis.
Esta relación de explotación se mantuvo a lo largo de la historia, no importando cuál fuera el país hegemónico del polo metropolitano: Portugal, España, Holanda, Francia, Inglaterra o Estados Unidos.
La explotación por parte de las metrópolis no impidió el desarrollo de América Latina. Pero generó un tipo de desarrollo que reproduce las condiciones generadoras de la explotación, de la dependencia externa y de la desigualdad.
En último análisis, las metrópolis aceptaban y hasta estimulaban el desarrollo, siempre y cuando fuera asociado, subalterno, dependiente, periférico. Lea el artículo completo aquí…
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