No deja de llamar la atención que Fidel ‘fuera’ del escenario de los medios, trabajando silenciosamente allá en La Habana, sigue causando pesadilla en sus enemigos.
Abner Barrera R. / AUNA-Costa Rica
Ilustración: “Retrato a Fidel” (1996), de Oswaldo Guayasamín
Hace pocos días la prensa cloaquera de Miami, esa que se edita en la llamada Calle 8, con la que se atragantan los sectores más reaccionarios y contrarrevolucionarios de Estados Unidos, América Latina y España, montó el gran circo, afirmando que, si Fidel Castro no estaba muerto, entonces había sufrido un derrame cerebral. Evidentemente la gente lúcida y de sentido común no le prestó atención a “la noticia”.
La novedad –en periódicos impresos, digitales, radiales y televisivos- evidencia una vez más, una total falta de respeto, a los más elementales principios éticos del periodismo serio. Por enésima vez se lanzaron sin límites, contra la vida de una persona, símbolo de un pueblo y una nación, que ha resistido por más de cincuenta años a uno de los imperios más poderoso de la historia. La chusma ignora que cualquier ataque o calumnia contra la revolución cubana y sus dirigentes, es un ataque contra los revolucionarios del mundo. Ni siquiera la sorprendente aparición de Fidel en una entrevista, para el programa televisivo La Hojilla de Venezuela, les provocó la mínima vergüenza para rectificar sus desvaríos.
Como es sabido, la CIA y la mafia miamense por más de cinco décadas han tratado por todos los medios de eliminar físicamente al Comandante sin lograrlo; muchos de los que participaron en esos intentos, hoy no existen y han pasado a engrosar la fila de la historia del terror contra Cuba. En el libro Fidel por el Mundo, Luis Báez revela que, muchas veces el Comandante antes de viajar, sabía que, a algunos de los lugares a donde tenía que ir, lo “esperaban” los cobardes terroristas, pero aún así no evadía el viaje. Uno de eso casos fue cuando tuvo que participar en la X Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno el 2000 en Panamá. Una hora después de haber arribado expresó en conferencia de prensa: “Debo cumplir, sin embargo, el deber de informarles que, como en otras ocasiones en que viajo a estas cumbres, elementos terroristas organizados, financiados y dirigidos desde los Estados Unidos por la Fundación Nacional Cubano-Americana, que es un instrumento del imperialismo y la extrema derecha de ese país, han sido enviados a Panamá con el propósito de eliminarme físicamente. Ya se encuentran en esta ciudad y han introducido armas y explosivos. Lo denuncio al llegar aquí y no antes de viajar para que a nadie le pase por la mente que cualquier peligro o amenaza pueda intimidar a la representación de Cuba”.
La autoridad y entereza moral de las que está revestido Fidel lo han acompañado toda la vida; sus enemigos, los renacuajos morales, nunca han podido contra él. Las ideas y principios que Fidel ha defendido siempre, son las esperanzas de justicia e igualdad ansiadas por los pueblos.
No deja de llamar la atención que Fidel ‘fuera’ del escenario de los medios, trabajando silenciosamente allá en La Habana, sigue causando pesadilla en sus enemigos. La actitud de esa gentuza es paradójica y enfermiza; si Fidel sale en público o escribe sus reflexiones, ellos con los intestinos retorcidos se abaten y terminan deprimidos. Y si el Comandante no aparece por ninguna parte, entonces caen en desesperación y pierden el sueño; Fidel es una pesadilla para ellos. Inventan de todo, porque lo que quieren es verlo. No pueden vivir sin él. ¡Qué enfermedad! Algunos especialistas sobre esta patología, sostienen que para ese tipo de enfermos no hay psiquiatra que pueda tratarlos.
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