La relación entre democracia, revolución y liderazgo político debiera sujetarse a nuevas perspectivas de análisis, porque la manipulación de viejos conceptos es un atributo de las derechas para combatir la era de los cambios en América Latina.
Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo (Ecuador)
América Latina está marcando una época inédita de transformaciones. En varios países de la región se vive procesos revolucionarios, diferentes a los del pasado, pues se desarrollan en el marco de la democracia representativa. Los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Venezuela asumen, además, la construcción de un nuevo socialismo.
Esta época de transiciones provoca una serie de contradicciones, reacciones y definiciones, que van desde la derecha hasta la izquierda. Y en estas condiciones, la propia teoría política tradicional ha entrado en crisis. Los liderazgos personales en los países de transición revolucionaria, como ocurre en Bolivia, Ecuador y Venezuela, son cuestionados desde diversos frentes de lucha ideológica. Hay quienes colocan a sus gobernantes al mismo nivel de cualquier dictador latinoamericano del pasado e incluso no faltan los calificativos de “autoritarismo” y hasta “fascismo”. Las acciones de gobierno son consideradas “populistas”, incluyendo la conducción económica.
En última instancia, viejos conceptos de la teoría política continúan aplicándose. Y el resultado de ello apunta a subvalorar los cambios que ocurren en América Latina, a denigrar a los gobernantes que lideran sus transformaciones y a menospreciar la participación directa y la movilización populares, incluso descalificándolas como “democracia plebiscitaria”.
La relación entre democracia, revolución y liderazgo político debiera sujetarse a nuevas perspectivas de análisis, porque la manipulación de viejos conceptos es un atributo de las derechas para combatir la era de los cambios en América Latina. Términos como populismo, revolución, democracia o liderazgo personal merecen ser confrontados con los procesos históricos contemporáneos, que no se ajustan a los esquemas del pasado, sino que exigen nuevos conceptos para entenderlos.
Aportes significativos al tema se dieron en el marco del VI Foro Internacional de Filosofía realizado recientemente en Venezuela. Uno de ellos fue el de Enrique Dussel, reconocido filósofo latinoamericanista, quien cuestiona, entre otros asuntos, la incapacidad de la izquierda para comprender que el liderazgo político actual en países como Bolivia, Ecuador y Venezuela no se contrapone a la democracia participativa, sino que es una función complementaria a ella. Para Dussel, se trata de liderazgos investidos por el pueblo para un orden nuevo, que incluso se presentan como necesarios en un período de transición.
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