El principio señalado por el Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, de que casi
todos los gobiernos utilizan muchas actividades para salvaguardar sus intereses
y seguridad, ¿por qué no lo aplica también cuando se trata de Cuba y de sus
héroes? ¿Acaso el Gobierno de Cuba no tiene derecho a salvaguardar sus
intereses y seguridad como cualquier otro país?
Ángel
Bravo / Especial para Con
Nuestra América
El premio Nobel del espionaje y la doble moral. |
Las actuales noticias sobre el espionaje que ejerce el Gobierno de los
Estados Unidos en el mundo, ocupan hoy el mayor tiempo de las conversaciones
cotidianas; hasta los niños en las escuelas hacen comentarios al respecto. Los
grandes medios de publicidad al servicio de los intereses del poder imperial no
han podido ocultar esta realidad ni silenciar los reclamos de distintos
gobiernos y dirigentes políticos. Según el diario británico The Guardian, los Estados Unidos estaban
espiando a la misión de la Unión Europea, o sea a la representación diplomática
de la Unión Europea en Nueva York, y a treinta y ocho Embajadas más, muchas de
las cuales son aliadas del Gobierno de los Estados Unidos (entre las Embajadas
señaladas figuran Francia, Italia, Grecia, Japón, México, Corea del Sur, India,
Turquía, países del Medio Oriente entre otros).
A propósito de esa publicación, el pasado lunes 01 de julio el Gobierno
alemán dijo que, de confirmarse las noticias sobre espionaje a gran escala por
parte de Estados Unidos a la Unión Europea, este sería un comportamiento propio
de la Guerra Fría y sería inaceptable entre socios que necesitan de una
confianza mutua para forjar un nuevo tratado comercial transatlántico. Lo que
el Gobierno alemán reclama es sencillo: si somos socios en todo, ¿cómo nos
vamos a estar espiando? Desde el punto de vista de las relaciones comerciales
internacionales, la situación entre los Estados Unidos y la Unión Europea es
delicada.
Frente a estos hechos el secretario de Estado de
Estados Unidos John Kerry dio una primera respuesta, afirmando que casi todos
los gobiernos -no solo Estados Unidos-, “utilizan muchas actividades” para
salvaguardar sus intereses y seguridad. Es decir, no niega que los Estados
Unidos hayan estado espiando, más bien trata de justificar esa labor y para
ello recurre al eufemismo: casi todos los gobiernos “utilizan muchas
actividades…”. Hay quienes tratan de restarle importancia a los hechos,
diciendo que esto no es nuevo y que el Gobierno de los Estados Unidos siempre
ha ejercido estas prácticas. Una cosa es suponer que eso siempre ha sido así y
otra muy distinta, como sucede ahora, es tener pruebas y testigos. Por eso John
Kerry intenta ‘explicar’ y justificar esas actividades.
Cuando el Gobierno alemán señala que ese
comportamiento es propio de la Guerra Fría, está pensando en el pasado, cuyo
periodo de caracterizó (1946 a 1991), por el enfrentamiento ideológico,
político, económico, tecnológico y militar entre el occidente capitalista
encabezado por Estados Unidos y el oriente comunista liderado por la Unión
Soviética. La historia oficial hace referencia a lo sucedido como un triunfo
del capitalismo (otros sostienen que fue una autodestrucción de la Unión
Soviética) y como un periodo acabado, que no volvió a repetirse. Sin embargo,
la Guerra Fría continuó y continúa en América Latina, específicamente en su
política económica genocida contra Cuba, manifestado en el bloqueo económico,
comercial y financiero. La Mayor de las Antillas ha sido agredida por el
imperio estadounidense desde el triunfo de la Revolución Cubana hasta nuestros
días. Una vez que se desplomó el campo socialista, Cuba quedó como el único
enemigo al que el imperialismo se dedicó a atacar con encono, fue el centro de
la agresividad, de las amenazas y de las campañas del imperialismo con el
propósito de destruir la Revolución.
Como parte de ese objetivo las distintas
administraciones de Estados Unidos asesoraron, apoyaron y financiaron a los
grupos terroristas cubanoamericanos radicados en Miami para atacar a Cuba:
secuestrando naves aéreas, estallando bombas, volando naves marítimas,
autorizando asesinato de dirigentes políticos, organizando la invasión
mercenaria por Playa Girón en 1961, la Operación Mangosta entre 1962 y 1962,
más de 600 intentos de asesinato contra Fidel Castro, entre muchas otras
acciones más.
En todo este tiempo la Revolución Cubana siempre se
defendió apegada a los principios y a la ética revolucionaria, en donde el
respeto a la vida del adversario se constituyó en un ejemplo. En la década del
‘90 con el fin de prevenir y neutralizar los planes terroristas desde Miami,
algunos patriotas cubanos decidieron infiltrarse en las filas de esas agrupaciones.
En los años que estuvieron ahí -los mundialmente conocidos como Los Cinco-, sin
usar una sola arma de fuego, impidieron más de 170 actos terroristas contra
Cuba. Sin embargo, el 12 de septiembre de 1998 fueron arrestados por el FBI en
Miami y condenados a distintas penas, que van desde los 15 años hasta la doble
cadena perpetua.
El principio señalado por John Kerry de que casi
todos los gobiernos utilizan muchas actividades para salvaguardar sus intereses
y seguridad, ¿por qué no lo aplica también cuando se trata de Cuba y de sus
héroes? ¿Acaso el Gobierno de Cuba no tiene derecho a salvaguardar sus
intereses y seguridad como cualquier otro país? Las palabras del secretario de
Estado son aplicables a la presencia de Los Cinco en Miami. La diferencia es que
el Gobierno de Cuba a través de sus luchadores antiterroristas nunca espió al
Gobierno de los Estados Unidos; lo que hizo fue penetrar las filas de los
grupos terroristas, para defender los intereses de la patria revolucionaria;
defenderse de las bombas que estaban colocando en los hoteles de La Habana,
defenderse de las acciones terroristas de Posada Carriles que estaba siendo
financiado por la Fundación Nacional Cubano Americana.
Estamos otra vez ante el doble rasero del imperio
estadounidense.
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