Este 18 de julio
cumplió 95 años, sigue luchando y lo hará hasta el último minuto de su
existencia. Cuando llegue ese momento entrará al Olimpo de los inmortales de la
historia. ¡Feliz cumpleaños Madiba!
Sergio Rodríguez Gelfenstein /
Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela
Mandela: símbolo de la liberación africana |
En la mañana del 28 de
mayo de 1948, tres hombres se reunían en la Calle Orlando West N° 8115 en
Soweto, un suburbio de la ciudad de Johannesburgo en Sudáfrica. En la casa
minúscula residía el joven abogado Nelson Mandela junto a su esposa y sus dos
pequeños hijos. Además de él, asistían al cónclave, Oliver Tambo, profesor de matemáticas de 27
años y Walter Sisulu, de 32, pasante de
un gabinete inmobiliario.
El objetivo de la
reunión era debatir acerca de las perspectivas que se vislumbraban después de
las elecciones que se desarrollaban ese día y en las que la mayoría formada por
25 millones de negros no podía participar. Sólo los 5 millones de blancos
tenían derecho a votar.
Aunque el régimen de discriminación racial había
existido en el país por cerca de 3 siglos, esta vez, por vía electoral, se
pretendía con la victoria del Partido Nacional Purificado, consagrar el
establecimiento de un sistema de segregación racial inspirado en el ideario de
Adolfo Hitler. Una vez obtenida la victoria, Daniel Francoise Malan, el líder
de tamaño despropósito anunció “La historia de los afrikáners revela una
voluntad y una determinación que permiten pensar que el destino de nuestro
pueblo no es obra de los hombres, sino creación de Dios. Sudáfrica nos
pertenece por fin. Roguemos a Dios que sea siempre así”. El apartheid había
nacido como ideología oficial del gobierno y el Estado sudafricano.
Mandela fue enfático
ante la situación creada, entendió desde
un primer momento que aunque el apartheid era un concepto nuevo, se sustentaba
en una antigua idea. Lo novedoso era la legalización del modelo construido por
tres siglos por lo que estableció que había que estar preparados para
defenderse de una nueva ofensiva –ahora más peligrosa- del Estado racista. Estaba absolutamente
persuadido que los líderes que tenía en ese momento la principal organización
política de lucha contra la segregación racial, el Congreso Nacional Africano
(ANC), fundado por el abogado Pixley Seme en 1912 no estaban a la altura de los
acontecimientos y que se hacía necesario un relevo generacional que asumiera el
pensamiento nacionalista africano a partir de la Liga de los Jóvenes que había
creado en 1943 junto a Tambo, Sisulu y otros militantes y, que predicaba el
derrocamiento de la supremacía blanca y el papel protagónico de los negros en
su propia liberación y construcción de
un régimen democrático. Así mismo, Mandela se preguntaba cuánto tiempo se podía
seguir sosteniendo el ideal de no violencia que había sustentado el ANC a
través de sus tres décadas y media de
lucha.
Así, el 26 de junio de
1952 dio inicio a la Operación de Resistencia “Defiance Campaign” que en varias
ciudades del país movilizó a grandes
multitudes de ciudadanos negros que comenzaron a resistir las leyes segregacionistas.
Mandela arengaba a los manifestantes “El tiempo de la resistencia pasiva ha
terminado. La no violencia es una estrategia vana y no será capaz de derribar a
una minoría blanca decidida a conservar el poder a toda costa. La violencia es
la única arma que destruirá el apartheid. Amigos, debemos estar listos en un
futuro próximo para emplearla”. La represión fue brutal, miles de manifestantes
fueron encarcelados, los allanamientos se multiplicaron en residencias y
oficinas. Mandela es detenido y condenado a suspender toda actividad política
por dos años. Sin embargo, la “Defiance
Campaigne” trajo como consecuencia la incorporación de cientos de nuevos
militantes a la causa anti apartheid que reconocían al ANC como su organización
y a Nelson Mandela como su líder.
Acorde con las nuevas
necesidades de la lucha el CNA asume que tiene que prepararse para conducir las
inéditas formas de lucha y pasar a la clandestinidad. Sus principales cuadros viajan al exterior. Mandela recibe instrucción en Argelia. A su regreso
a Sudáfrica, la situación del ANC es difícil, la policía sudafricana ha
logrado infiltrar a un agente en la dirección del movimiento, lo que conduce a
la detención de la mayor parte de sus dirigentes. Poco tiempo después, Mandela
corre la misma suerte, es capturado y enjuiciado. El 21 de junio de 1964 es
condenado a trabajos forzados a perpetuidad. Durante el juicio, decide
defenderse a sí mismo. En su alegato expone: “Creo que los hombres de este país
no pueden permanecer sin reaccionar frente a la injusticia, no pueden
permanecer sin protestar contra la opresión, sin tratar de establecer una
sociedad capaz de vivir según sus aspiraciones” y reafirma que “… es la tiranía
que reina en este país la que ha hecho de mí un criminal. No mis actos. Soy
declarado criminal por el solo hecho del ideal que defiendo”.
Mandela y sus
compañeros son trasladados a la prisión de la isla de Robben donde se le asigna
el número 466/64. Permanecerá ahí por los próximos 18 años. En ese largo
período sus carceleros intentaron todo tipo de medida de amedrentamiento, al no
tener relojes, pierden la noción del tiempo, se les obliga a romper bloques de
cal durante 10 horas diarias, son mal alimentados, los hacen dormir desnudos y
sólo puede llegar una carta cada seis meses,
es el mismo tiempo que demora en recibir una visita aunque en ocasiones
ese lapso se extendió hasta por dos años. Así mismo, sus familiares son
acosados, perseguidos, amenazados y hasta encarcelados. Este hombre de hierro muestra su mayor
fragilidad cuando recibe las terribles noticias del fallecimiento de su madre y
su hijo mayor.
Pero, la lucha no cesa,
cientos de miles se incorporan al combate, muchos asumiendo la lucha armada
para enfrentar al régimen racista. La resistencia del pueblo sudafricano y de
sus líderes en prisión comienza a estremecer las conciencias en distintas
latitudes del planeta. La ONU decretó un embargo para la compra de material
militar y se estableció un boicot para comerciar con el gobierno
segregacionista. Así mismo, el mapa de África empezó a cambiar, sobre todo en
la región austral del continente. El sistema colonial se derrumbaba. Angola y Mozambique lograron su
Independencia, así mismo en Rhodesia del Sur y Rhodesia del Norte sus gobiernos
segregacionistas se derrumbaron surgiendo las nuevas repúblicas de Zimbabwe y
Zambia. Sólo Namibia ocupada por Sudáfrica quedaba como aliada del apartheid,
pero los combatientes de la Organización del Pueblo del Suroeste de África
(SWAPO) también desarrollan la lucha armada en contra del ejército sudafricano de ocupación. Años después este
país también logró su Independencia.
El ejemplo de
resistencia de Mandela y sus compañeros atravesaba los barrotes de su pequeña
celda e inundaba todos los rincones del país que crecientemente se rebelaba, a
pesar de los miles de asesinados, detenidos y torturados. Transcurría el cuarto mes de 1982 cuando
Mandela y tres de sus compañeros son
transferidos a una prisión en el continente donde les dan “mejores condiciones”
de subsistencia. Era una primera manifestación de “debilidad” que auguraba el
fin del apartheid. Se le ofrece su libertad a cambio de rechazar la violencia
que su organización lleva adelante como forma principal de liberarse del
apartheid. El prisionero responde públicamente en voz de su hija Zindzi en un gran
acto en el Estadio del Soweto: “No amo menos la libertad que ustedes. Pero no
voy a mercadear el precio de esa libertad ni el derecho de mi pueblo a esa
libertad…"
Madiba, como lo llama
cariñosamente el pueblo sudafricano debe permanecer en prisión otros 8 años. El
2 de febrero de 1990 el jefe del apartheid, Frederick de Klerk anuncia las
negociaciones para el establecimiento de los derechos de todos los ciudadanos
del país, asimismo informa acerca de la legalización del CNA, el Congreso
Panafricano y el Partido Comunista y
comunica la próxima libertad de todos los presos políticos. Mandela y
sus compañeros son liberados sin condiciones
el 11 de febrero.
Las negociaciones son
largas y complicadas. Durante 4 años se manifiestan resistencias de ambos lados,
pero finalmente el 3 de junio de 1993 los negociadores anuncian que el 27 de
abril de 1994, por primera vez habrá elecciones libres en Sudáfrica. Mandela es
elegido presidente con el 62,65% de los
sufragios. El 10 de mayo, Madiba asumió
el cargo de presidente de Sudáfrica. Sus
palabras vibrantes estremecieron la conciencia de millones de personas en todo
el país y el mundo cuando demandó “Que nunca, nunca, nunca más, este hermoso
país conozca la opresión de un hombre sobre otro”.
El hombre que estuvo
injustamente privado de su libertad por 27 años salió del presidio para ser
presidente de Sudáfrica, Ninguna de sus acciones de gobierno estuvo motivada
por la venganza o los deseos de retaliación. Quien entendió que se debía
utilizar la violencia para derrotar al oprobioso régimen que imperaba en su
país, ahora clamaba por la paz para construir el futuro. Al finalizar su
gobierno en 1999 abandonó la vida política activa.
Este 18 de julio
cumplió 95 años, sigue luchando y lo hará hasta el último minuto de su
existencia. Cuando llegue ese momento entrará al Olimpo de los inmortales de la
historia. ¡Feliz cumpleaños Madiba!
No hay comentarios:
Publicar un comentario