Qué frío tan
desesperante y qué tristeza vivir en un país donde la indiferencia se ha vuelto
una costumbre; que ha sido manejado por la oligarquía guatemalteca infundiendo
temor al pueblo y donde la bota militar ha actuado a favor de los intereses de
los poderosos.
Hugo Madrigal / Especial para Con
Nuestra América
Desde Ciudad de Guatemala
Estamos en el mes de
junio y hoy aquí, en la ciudad, está
haciendo un clima muy frío y lluvioso.
Son las 10 am. Y me encuentro en el Centro Histórico de Guatemala, el frío que
se vive se extiende a una ciudad tan indiferente que nos pone a pensar que el
tiempo que estamos viviendo va de la mano de un pueblo que vive aún la huella
de una guerra terrible que se vivió por mas de 36 años.
Estoy esperando un
transurbano, una nueva modalidad de servicio urbano en la ciudad y atrás de mi
se encuentra una pared con mas de 50 fotos de personas desaparecidas durante la
guerra que vivió Guatemala, todos son guatemaltecos que fueron desaparecidos
por los gobiernos de turno de aquellos años. Da tristeza ver las fotos con su
pie donde los identifican y señalan la forma en que fueron desaparecidos. Son
miles de hermanos chapines los que sufrieron este flagelo de tener que ver como
un su familiar era detenido y luego desaparecido por las fuerzas del Estado. En
las fotos de protesta donde se pide se haga justicia, podemos ver jóvenes y adultos de diferente
sexo y etnia, ya que Guatemala las etnias indígenas fueron atacadas y sufrieron un genocidio tremendo.
El frío cala hasta los
huesos, pero mas cala la indiferencia del guatemalteco ante dicha
situación, que es aprovechada por jueces
corruptos que aún protegen a aquellos que se han logrado detener y llevar a
juicio, uno de ellos es el General
Efraín Ríos Montt , que durante estuvo en el poder de gobierno, actúo con mas
violencia hacia la población civil, ha
sido llevado a juicio y una juez valiente Jazmín Barrios, lo ha condenado, pero
los “payasos” de la Oligarquía que
actúan en el Organismo Judicial, han venido actuando favoreciéndole y
quitándole la condena a la que merece pagar. Si fue genocidio y todo el mundo
lo sabe.
La temperatura creo
está a 11 grados y los guatemaltecos pasan con su rostro triste de un lado para
otro. Unos por cuestiones de trabajo, otros jubilados y otros mas por
cuestiones propias que andan por las calles frías que le dan un marco raro a un
libro de Camus. Tristeza que no acaba en los rostros de un país que ha sufrido
dictaduras y opresiones terribles durante muchos años. Ya estamos en el pleno
siglo XXI pero las huellas de un siglo XX aún permanecen en un país donde el
frío se lleva en el alma por tanto sufrimiento que se ha vivido.
El bus no se acerca aún
y empiezan a llegar algunas personas, todos voltean a ver las fotos recién puestas, y comienzan los comentarios, todos
son negativos contra los gobiernos que han gobernado este país. Ahora dice una
señora, también matan por la extrema violencia que estamos viviendo, a cada
rato aparece un asesinado por extorsión o por situaciones personales, “miren
Ustedes, dice un señor de canas blancas,
en el tiempo de guerra daba terror y vergüenza de no poder hacer nada
cuando a un ciudadano lo subían los de la G2 a un vehículo, eran famosas las
paneles donde miles de hermanos guatemaltecos fueron tomados a la fuerza y
luego desaparecidos, eran tiempos de terror, pero hoy la situación nos sigue
azotando, ya no existen esos criminales pero hay otros peores ahora. En plena
calle le disparan a cualquier vecino y lo asesinan no les importa si son
hombres o mujeres y en muchos casos niños”.
Todos los que
esperábamos el bus le dimos la razón que se quedo en la mente de aquellos que
vivimos años terribles en las décadas de los años 80 y que ahora enfrentamos la
delincuencia como otro azote ante la humanidad.
Qué frío tan
desesperante y qué tristeza vivir en un país donde la indiferencia se ha vuelto
una costumbre; que ha sido manejado por la oligarquía guatemalteca infundiendo
temor al pueblo y donde la bota militar ha actuado a favor de los intereses de
los poderosos.
Al fin aparece el bus,
las fotos de los desaparecidos nos han hecho reflexionar sobre un guatemalteco
que aún vive en terror en un país donde no se respetan los derechos humanos. Y
si algún medio de comunicación protesta rápidamente lo enjuician. No hay
libertad de prensa, aquí lo que hay es
un grupo enorme de malos guatemaltecos
que ostentan cuotas de poder a favor de una oligarquía que maneja al Estado de
Guatemala a su antojo. Gobiernos que se venden para enriquecerse y pasar a
formar parte de esa oligarquía guatemalteca que como siempre sólo mira sus
intereses; por eso las marchas de protesta que se han dado durante abril y mayo
y continúan rechazando a estos corruptos, pasos importantes para que el
guatemalteco despierte , que tenga identidad, moral y ética y con ello,
demostrar que hay un pueblo que vive con esperanza.
Qué tristeza vivir como
se vive sin libertad, y con temor, en un país donde la indiferencia es un factor importante; donde sus
propios hijos dejan pasar todo como si
el frío congelara su sangre, y que no tienen la culpa porque al final el poder
astuto y corrupto lo ha vuelto así.
Guatemala, 9 de junio de 2015.
*Hugo
Madrigal es escritor y periodista, con más de treinta años de ejercer el
periodismo. Ha sido Editor del Suplemento Cultural del diario La Hora, autor de la columna de opinión FIAT y autor
de 12 libros en el campo de la poesía, ensayo y teatro. Con estudios académicos
de Antropología y Periodismo Profesional. Sus trabajos aparecen en
varias revistas especializadas en arte, antropología y literatura.
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