Evo Morales
ha ganado con creces el derecho a la reelección, pues pocos presidentes en la
historia han cumplido como él sus promesas, hecho
tanto en tan poco tiempo por sus pueblos y derrotado con igual valentía los
embates imperialistas.
Ángel Guerra Cabrera / LA
JORNADA
No es casual
que los principales movimientos y organizaciones sociales del Estado
Plurinacional de Bolivia acordaran su repostulación
junto a su capaz vicepresidente Álvaro García Linera. Para ello, propusieron a
la Asamblea Legislativa –y esta acordó– una reforma constitucional a ser
consultada a los electores en referendo, el próximo 21 de febrero. En caso de
ser aprobada, el líder boliviano contendería por un
tercer mandado que concluirá en 2025, fecha en que la Agenda Patriótica se
propone la erradicación de la pobreza extrema y la universalización de los
servicios públicos.
Evo fue
reelecto por segunda vez en octubre del año pasado
con más de 61 por ciento de los votos y se sometió a un referendo revocatorio
en 2008, que ganó con 67 por ciento. ¿Cuántos presidentes pueden presumir de
ese respaldo popular?
Antes de que
Evo llegara a la presidencia (2006), una exigua minoría
oprimía y negaba el derecho a vivir con respeto a su cultura ancestral y
tradiciones a aymaras, quechuas y otros pueblos originarios e interculturales,
la mayor parte de la población. Las empresas públicas creadas por la revolución
de 1952, orgullo nacional, habían sido privatizadas
por los gobiernos neoliberales mediante escandalosos negocios de la oligarquía
con las trasnacionales.
La
nacionalización de los hidrocarburos y la redistribución de su renta ha hecho
posible que Bolivia, hasta el año pasado, redujera la
pobreza en 25 por ciento y la pobreza extrema en 50, así como subir el salario
mínimo en 87.7 por ciento. El presupuesto de salud, que en 2005 era de 195
millones de dólares había llegado en 2012 a 600 millones, con una sensible
disminución de la mortalidad infantil y materna.
Hasta 2012 médicos cubanos habían atendido gratuitamente 58 millones de
consultas, realizado 33 mil partos y 134 mil cirugías no oculares y operado de
la visión a 650 mil pacientes a través de la Operación Milagro, cifras que han continuado aumentando con la participación de
cientos de médicos bolivianos egresados en Cuba. Se consiguió alfabetizar a la
gran mayoría de la población tanto en castellano como en lenguas originarias y
la escolarización básica es casi universal. El país
marcha hacia la industrialización de los hidrocarburos y la economía crece 5.2
por ciento de junio del año pasado al mismo mes de 2015.
Cómodos
teleféricos amistosos con el medio ambiente sustituyen en gran medida al
transporte automotor y conectarán cada vez más
barrios de La Paz con los de la importante población de El Alto.
Una
característica emblemática del gobierno de Evo ha sido la defensa intransigente
de la soberanía nacional, que se expresa constantemente en los actos de
gobierno, desde la nacionalización de los recursos
naturales y la recuperación de las empresas públicas privatizadas hasta una
política exterior que no le ha concedido al imperialismo ni tantito así. Ello
incluye la inteligente y patriótica batalla diplomática por hacer que Chile devuelva a Bolivia una salida soberana al mar
en el territorio que le arrebató en 1883 mediante una guerra de rapiña
financiada por Inglaterra.
Bolivia no se
puede dar el lujo de prescindir de un líder de la talla de Evo Morales sólo
para quedar bien con el invento neoliberal de la
alternancia y recibir el certificado de buena
conducta de Washington y la oligarquía local. La alternancia es una tomadura de
pelo. Consiste en el relevo periódico de gobernantes mediocres y serviles a
Washington, casi siempre jóvenes y procedentes de las
élites, cuya imagen ha sido fabricada como la de un dentrífico por equipos de
publicidad y las televisoras monopólicas dominantes, muy lejos de las luchas y
las demandas populares.
Franklin
Roosevelt hubiera gobernado 16 años de no ser por su
muerte prematura. Helmut Kohl duró esa cantidad de años. Felipe González no
pasó de 14 porque perdió las elecciones ante Aznar. Merkel gobierna desde 2005
y lo hará hasta 2020 por lo menos. Son considerados adalides de la democracia por la cultura dominante. ¿Por qué ellos sí y un
aymara revolucionario no?
No es
capricho repostular a Evo para que gobierne hasta 2025, es una necesidad de la
independencia latino-caribeña. Los líderes como él sólo surgen en coyunturas
estelares de la historia.
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