No se ve salida en el futuro inmediato de Panamá. Escuché mucha gente
decir que el gobierno de Valera es peor que el de Martinelli. “Ese presidente y
su camarilla robaban, pero construían obras”, me dijo un ciudadano común. Lo
que más me horrorizó fue escuchar a un taxista decir: “si las cosas continúan
así, se acerca un golpe de estado dirigido por las Fuerzas Públicas.”
Carlos
Pérez Morales / Especial para Con Nuestra América
Desde Puerto Rico
Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela. |
Recientemente regresé a Puerto Rico de uno de mis constantes viajes al
istmo de Panamá. Por años Panamá me ha cautivado por su gente, su historia, su
geografía… De la historia de Panamá me
he encargado en libros y muchos artículos en revistas y periódicos.
Cada vez que regreso a Panamá, me sorprendo con el acontecer político y
social de esta querida nación. Ello, unido a lo que diariamente sus periódicos
informan y la comunicación extensa con amigos y colegas, me permiten mantenerme
informado de lo que sucede en ese país.
En el pasado inmediato presidió Panamá el empresario Ricardo Martinelli.
Su gobierno, representaba al Partido Cambio Democrático. Martinelli ha sido
acusado de ser el presidente más corrupto de Panamá. Se conoce en Panamá, de la
multiplicación de sus riquezas y la de sus allegados. Se calcula que cerca de
un 30% del presupuesto nacional se dirigió hacia sus arcas o a las de sus
ayudantes. Muchos de sus ministros y otros ayudantes están acusados de
malversación de fondos públicos, peculado y enriquecimiento ilícito. Sin
embargo, el gobierno de Ricardo Martinelli se caracterizó por construir obras
públicas, principalmente en la capital.
Entre las obras que durante su gobierno se hicieron, están la
construcción del metro en la Ciudad de Panamá. Este medio de transportación es
muy eficiente y ha ayudado a reducir el grave problema de transporte dentro de
esta ciudad. Aunque sólo se trató de la Línea 1, el mismo se está extendiendo
hacia otros barrios urbanos de la ciudad capital. Del dinero tomado prestado
para su construcción, se sabe que no todo fue empleado en la misma, sino que el
mismo se licitó a sobreprecio. Otra obra importante que se construyó durante el
gobierno de Martinelli, fue la fase 3, de la Cinta Costera. La misma ha
contribuido al embellecimiento de la Ciudad de Panamá, da lugar de
esparcimiento a sus residentes y visitantes, de uso peatonal y de espacio para
celebrar grandes actividades.
Aunque se estableció el programa Cien a los Setenta, la pobreza y la
desigualdad social, continuaron en la república. La corrupción dentro de su
gobierno, el abandono de la ruralía, la represión a grupos indígenas y
campesinos, con la prensa y otras instituciones de Panamá, amén de su errada
política exterior, contribuyeron enormemente a la derrota electoral de su
partido en el año de 2014.
Por otro lado el presidente actual de Panamá, Juan Carlos Valera, ganó
las elecciones presidenciales de 2014. Su Partido Panameñita, no logró el
control de la Asamblea Nacional, resultando su delegación en una de minoría.
Ésto trajo como resultado el que su partido tuvo que establecer alianza con el
Partido Revolucionario Democrático para aprobar la legislación.
Juan Carlos Valera, fue vicepresidente del gobierno de Martinelli. Ésto
ocurrió como una imposición de Estados Unidos, en una fiesta celebrada por su
embajada, a la que ambos asistieron. Como es uso y costumbre en Panamá, el
vicepresidente de la nación ocupa la cartera del Ministerio de Relaciones
Exteriores. Dos años después fue destituido por Ricardo Martinelli del cargo de
Canciller, pero continuó en la vicepresidencia hasta el final de su período ya
que ese cargo es de elección popular.
Como colaborador del gobierno de Martinelli, se hizo cómplice de todos
sus abusos y corrupción. Nunca levantó una voz acusadora de la malversación y
corrupción que estaba ocurriendo.
Debido a las muchas razones que el pueblo de Panamá, tenía de derrotar
el gobierno de Martinelli, Juan Carlos Valera fue electo presidente de Panamá,
durante el torneo electoral de 2014. Valera es un connotado empresario de
bebidas alcohólicas en Panamá. Muchos depositaron su confianza en el. Otros,
con el debido análisis correspondiente, advertían que con Valera iba a ser más
de lo mismo, pero sin las confrontaciones que Martinelli utilizaba. De
cualquier forma, la oligarquía seguiría gobernando y beneficiaría sus propios
intereses.
No se ve salida en el futuro inmediato de Panamá. Escuché mucha gente
decir que el gobierno de Valera es peor que el de Martinelli. “Ese presidente y
su camarilla robaban, pero construían obras”, me dijo un ciudadano común. Lo
que más me horrorizó fue escuchar a un taxista decir: “si las cosas continúan
así, se acerca un golpe de estado dirigido por las Fuerzas Públicas.”
La visión del visitante que viaja a la república puede ser
distorsionada. En mi caso, como estudioso de la sociedad panameña, no es así.
¡Mucho cuidado Panamá!
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