Desde fines de los años noventa, Pavel Centeno se convirtió en uno de
los arquitectos fundamentales del Partido Patriota de tendencia derechista y encabezado por un militar contrainsurgente. El resto
de la historia lo conocemos, hoy dicho partido está herido de muerte por los
escándalos de corrupción que estallaron en abril 2015, los cuales tienen en la
cárcel al ex presidente Otto Pérez Molina y a buena
parte de su equipo de gobierno.
Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Me ha conmovido profundamente el triste fin de
Pavel Centeno, ex ministro de Finanzas en el gobierno de Otto Pérez Molina. Lo
conocí brevemente cuando era administrador financiero de la sede Guatemala de la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales. Luego, en mi calidad de integrante del Consejo Superior de FLACSO, formé parte de la resistencia al
intervencionismo gubernamental que en 2012 orquestó él desde el Ministerio de
Finanzas. Supe
siempre que era un hombre inteligente y economista competente. Pavel fue hijo
de Carlos Centeno, un brillante economista asesinado por la dictadura militar
guatemalteca en enero de 1981. Un día antes, había sido asesinado Bernardo
Lemus Mendoza, compañero inseparable de luchas de Carlos y a la sazón ambos vinculados a la
Secretaría General de Planificación Económica. Antiguos revolucionarios, los
dos habían sido colaboradores de Julio Segura, otro economista brillante, el
titular de esa dependencia hasta septiembre de 1980
cuando fue asesinado. En suma, la muerte del padre de Pavel ocurrió en medio
del mar de sangre con que la dictadura encabezada por Lucas García inundó a
Guatemala en ese tiempo.
Acaso el nombre de Pavel esté inspirado en uno
de los héroes literarios de la Unión Soviética, Pavel
Korchaguin, protagonista de la novela de Nicolai Ostrowski “Así se templó el
acero”. No sería raro. Korchaguin era el
ícono de las juventudes revolucionarias, modelo del militante comunista
entregado totalmente a la causa revolucionaria. Al
morir asesinado Carlos Centeno, sus dos
hijos empezaron a labrar su destino. Ivo, se unió a las Fuerzas Armadas
Rebeldes (FAR) y murió en mayo de 1989 combatiendo en El Petén. Pavel, siguió otro camino, se
graduó como economista, obtuvo una maestría y pronto
se convirtió en profesional de gran mérito. Heredero del talento de su padre, desde fines de los años noventa, Pavel se convirtió en uno
de los arquitectos fundamentales del Partido Patriota de tendencia derechista y encabezado por un militar contrainsurgente. El resto
de la historia lo conocemos, hoy dicho partido está herido de muerte por los
escándalos de corrupción que estallaron en abril 2015, los cuales tienen en la
cárcel al ex presidente Otto Pérez Molina y a buena
parte de su equipo de gobierno.
No es
menor que en una entrevista con motivo de su renuncia al Ministerio de Finanzas
en octubre de 2013, Pavel haya dicho que ésta se debía a problemas de salud
pero también a diferencias con respecto al control de
las aduanas del país, porque en ellas “se
perdía mucho dinero para el país”. Fue precisamente la detección de una organización de
contrabando aduanero encabezada por Pérez Molina, lo que llevó a la ruina al
gobierno del Partido Patriota. Hoy Pavel se ha
suicidado y antes hirió a dos de los que tocaron a su puerta buscando a otro
funcionario acusado de corrupción. Dramática equivocación que revela que sus
últimos meses fueron un infierno. Debe
haber temido que la corrupción del gobierno del que formó parte, lo llevara a la cárcel a él también.
Trágico destino del cual él fue su carpintero.
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