Con el inicio de abril se abre una
ventana para la negociación entre los factores en pugna, ya que cado uno
mantiene un grado de fuerza que permite adelantar conversaciones en condiciones
que no son ni de debilitamiento extremo ni de excesivas fortalezas. Un
equilibrio favorable a una evolución política.
Leopoldo Puchi / El Universal
La operación iniciada a principios de enero con la
reunión del Grupo de Lima y que estaba dirigida al cambio de gobierno en
Venezuela no alcanzó sus objetivos, ya que los elementos puestos en ejecución,
como la creación de una imagen de poder dual, el inicio de nuevas sanciones y
la amenaza de una invasión no lograron que se produjera un levantamiento o un
golpe militar, que era lo previsto en la programación de la iniciativa.
VIRAJE
En enero y febrero no se veía una rendija para las
negociaciones, pero ahora ya se escuchan con frecuencia voces que son
favorables a trabajar en esta dirección, tanto del lado gubernamental como el
opositor. En el senado estadounidense se discute una ley referida a Venezuela
en la que se establece que debe buscarse una evolución política y diplomática,
lo que representa un viraje sustancial en relación a posiciones anteriores.
Del mismo modo, los sectores de la oposición que
participaron en las elecciones del 20 de mayo de 2018 han expresado que son
partidarios de un nuevo proceso electoral que se realice sin un previo
derrocamiento de Nicolás Maduro de la presidencia y que pudiera enmarcarse en
un acuerdo de convivencia de largo plazo.
CRUZ ROJA
Y en el núcleo de los partidos denominados radicales
que llamaron a la abstención en 2018 también se discute esta opción, luego de
los acuerdos con la Cruz Roja para la ayuda en el suministro de medicinas y
material quirúrgico, lo que muestra que existe un espacio para el
entendimiento. Y hasta la Conferencia Episcopal de Venezuela ha dado muestras
de inclinación hacia un acuerdo negociado entre las partes.
Por su parte, el sacerdote Luis Ugalde ha dado un
pequeño paso al incorporar el término negociación al planteamiento que viene
realizando desde hace tiempo, aunque todavía su posición es favorable a un
pronunciamiento militar que produzca una ruptura.
SANCIONES
Por supuesto, como suele ocurrir, estas
negociaciones tendrían lugar en medio de las hostilidades en curso, a menos que
se acuerde previamente lo equivalente a un cese al fuego. De manera que
mientras se conversa seguramente continuarán tanto las actividades dirigidas al
derrocamiento de Nicolás Maduro como las destinadas a evitarlo.
Pero hay que comenzar a negociar a tiempo, porque el
efecto de las sanciones y del bloqueo petrolero y bancario puede tener
consecuencias tan nocivas que no solo causarán un gran sufrimiento en la
población sino que pueden radicalizar las posiciones a un punto sin retorno y
generar un escenario de deslizamiento hacia distintas formas de violencia.
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