Manuel Cabieses / Director de Clarín (Chile)
Señor
Barack Hussein Obama,
Presidente de los Estados Unidos de América.
Señor presidente:
Simón Bolívar escribió el 5 de agosto de 1829: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”. Una profecía confirmada mil veces, hasta nuestros días. La advertencia del Libertador se hizo realidad no sólo en América Latina y el Caribe, condenados por su cercanía geográfica y sus enormes riquezas a sufrir el pillaje de EE.UU. y sus legiones de marines. A partir de la segunda guerra mundial, la voracidad depredadora del nuevo imperio se hizo universal y sigue cometiendo crímenes de lesa humanidad invocando la libertad y los derechos humanos de sus víctimas.
Su país, señor presidente, que forjaron patriotas ejemplares inspirados en nobles principios republicanos, se ha convertido en un imperio desalmado, sangriento y rapaz, odiado y temido en el mundo. Guerras e invasiones, bombardeos de poblaciones civiles, golpes de Estado, conspiraciones y asesinatos políticos, torturas en cárceles secretas, sabotajes, terrorismo, campañas de propaganda y dinero para desestabilizar gobiernos, patrañas para justificar la ocupación de países ricos en petróleo, gas y otros minerales, bloqueos de alimentos y medicinas para someter la soberanía y dignidad de naciones pequeñas y débiles, y, sobre todo, su desenfrenado espíritu de rapiña, convierten a EE.UU. en odioso símbolo del escarnio al derecho de gentes. ¡Qué lejos está hoy su país del noble espíritu que animó la Declaración de Independencia en 1776! La proclama de Jefferson y sus compañeros de que “todos los hombres nacen iguales”, se extravió en la oscuridad de la traición. Lea el artículo completo aquí…
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