El debate es torno al sistema dominante se torna clave para la construcción de una América Latina soberana y autodeterminada. Ironía o planificación, la democracia implantada intenta reducir los ejercicios democráticos.
Daniel Gonzalez / Agencia Periodística del Mercosur
Existe una diversidad de debates presentes en el escenario latinoamericano del siglo XXI, pero existe también la sensación de que los mismos terminan reducidos, casi con exclusividad, al aspecto económico.
Si bien la dimensión económica es central en todo proceso que se proponga la transformación de las condiciones vigentes -y sobre todo si implica la restitución de riquezas apropiadas ilegítimamente-, observar exclusivamente el recorte económico conduce a omitir la aparición de dimensiones socio–culturales que también se instalan como espacio de conflicto y confrontación.
Un punto fundamental a debatir hoy en la región, y que -aunque sea de manera indirecta- será puesto en cuestión en los procesos eleccionarios de los próximos años, es el referido al modelo de democracia imperante, su vigencia y retrocesos en Latinoamérica, y las posibles ampliaciones del mismo. LEA EL ARTICULO COMPLETO AQUI...
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