La América
profunda ha hecho y hace grandes aportes al pensamiento. Sostener esto hace
años y décadas nos colocaba en un lugar difícil, hoy esto aparece con mayor
claridad. La aventura de pensar desde aquí es un hermoso legado construido
entre otros por Simón Rodríguez, José Martí,
Mariátegui, Saúl Taborda, Arturo Jauretche, Rodolfo Kusch, pero lo
recibido por ellos también lo debemos hacer propio, esa es nuestra tarea.
Carla Wainsztok / Especial para Con Nuestra
América
Desde
Buenos Aires, Argentina
Rodolfo Kusch, filósofo argentino (1922-1979) |
Esta obra
de Rodolfo Kusch cumple 50 años. Nosotras/os vamos a volver a alguna de sus
ideas, pero también citaremos otro texto que se llama Geocultura del Hombre Americano.
Diremos,
entonces, que a nuestro autor le preocupa “lo americano en su dimensión humana,
social y ética” ( Kusch: 1999, 19). En él hay un gran interés por lo cultural.
Podemos plantear entonces la presencia de un doble saqueo en la América
Profunda, una expoliación económica y una colonización cultural o pedagógica.
Una colonización que también es epistemológica y ontológica.
América
profunda es una “aventura que está al margen de nuestra cultura oficial. El
pensamiento como pura intuición implica aquí, en Sudamérica, una libertad que
no estamos dispuestos a asumir” (Kusch: 1999, 20). Lo contrario a esa libertad
es el miedo a pensar por nosotros mismos, a pensar lo nuestro. El miedo a la
libertad de pensarnos, para crear nuevos conceptos. “El que crea cosas,
esencias, concreta un mundo” (Kusch:1976,14).
Pero es
necesario recuperar el pasado, revisar el pasado para construir nuestras
identidades. “De ahí, entonces que este libro que surge de la firme convicción
sobre la continuidad del pasado americano en el presente, aún cuando éste se
halle poblado por nuestros buenos inmigrantes. También ellos tienen su parte en
esta comunidad” (Kusch: 1999,19).
Nuestra
comunidad, como toda comunidad latinoamericana es entonces una comunidad
mestiza. “Nuestra América mestiza” (Martí: 2005, 11).
Kusch nos
plantea una intuición “que oscila entre
dos extremos. Uno es lo que llamo el ser o ser alguien, y que descubro en la
actividad burguesa de la Europa del siglo XVI y, el otro, el estar, o estar aquí, que
considero como una modalidad profunda de la cultura precolombina” (Kusch:1999,
20).
La
fagocitación surge de la conjunción “del ser y del estar” (Kusch:1999,21), sin
embargo, no lo percibimos como conjunción sino como jerarquización entre el
mundo de lo blanco sobre el indígena. Es desde esta supremacía del ser sobre el
estar aquí que leemos lo nuestro, lo propio.
Pero pensar
lo propio o lo nuestro no es mero chauvinismo, sino pensar en clave de lo
apropiado, lo que hemos construido y lo auténtico. En este sentido la idea de
alfabetización de Kusch es sugestiva: “La revitalización del horizonte
simbólico puede dar mucho más que una mecánica alfabetización” (Kusch:1976,113).
Nadie niega
los conocimientos de otros tiempos y otros espacios, sino que la idea es pensar
desde nuestro “universal situado” para trascendernos. Desde mi comunidad que
puede ser el barrio, la ciudad, la provincia, pasando por la Patria Grande e
incluyendo a otros pensares, sabiendo que nada de lo humano nos es ajeno.
Pero la
América profunda ha hecho y hace grandes aportes al pensamiento. Sostener esto
hace años y décadas nos colocaba en un lugar difícil, hoy esto aparece con
mayor claridad.
La aventura
de pensar desde aquí es un hermoso legado construido entre otros por Simón
Rodríguez, José Martí, Mariátegui, Saúl
Taborda, Arturo Jauretche, Rodolfo Kusch, pero lo recibido por ellos también lo
debemos hacer propio, esa es nuestra tarea. No ser citadores profesionales
aconseja Kusch en su libro Geocultura del Hombre Americano,
cuando hablaba de la Enciclopedia.
Tampoco debemos ser citadores profesionales de
nuestros pensadores. Trabajo en el marco de las Pedagogías latinoamericanas, en
formación docente; nuestro humilde sueño es que la Pedagogía Latinoamericana
forme parte de la currícula de la formación de nuestras/os maestras/os.
En este
momento, en nuestra cátedra [de la Universidad de Buenos Aires] estamos leyendo
y conociendo nuestros pedagogos. Las/os docentes desconocemos las prácticas
pedagógicas que fueron pensadas desde nuestras realidades, y eso nos hace
preguntar ¿Cuántas veces utilizamos un concepto sin preguntarnos mucho por él?,
¿En cuántas ocasiones no podemos nombrar nuestras prácticas? ¿Cómo podemos
inscribir nuestras prácticas en las pedagogías de nuestra América si las
desconocemos? Sin embargo, en el mismo momento en que los leemos y conocemos,
sabemos que no se trata de repetir sus conceptos sino de hacerlos propios.
El problema
entonces radica en la originalidad del pensar, Kusch nos convida “a crear entes
culturales” (Kusch:1976,73) y a no tener miedo “para enfrentar nuestra pulsión
creadora” ( Kusch:1976,73). Un verdadero eros creador funda a la América
Profunda.
Y nosotros
ya lo sabemos bien, nuestras ideas, nuestras palabras, nuestros conceptos no
salen de cavernas oscuras, ni caen desde el cielo, hoy Nuestra América está
construyendo futuros más venturosos y eso -debemos decirlo- nos da una inmensa
alegría y nos habilita a crear nuevos conceptos. ¿Qué pensaría Kusch de un
presidente aymará? ¿Y qué diría de los debates del grupo Comuna en la misma
Bolivia? Debates importantes donde se juega la relación entre la técnica y la
naturaleza.
Kusch
construye una suerte de Galería de Patriotas Latinoamericanos cuando afirma:
“Así se sucedieron Túpac Amaru, Pumacahua, Rosas, Peñaloza, Perón como signos
salvajes” (Kusch:1999,26). Nuestra galería construida en los festejos del
Bicentenario incluye a Bartolina Sisa, Micaela Bastidas, Eva Perón, y aquí
también quiero incorporar algo más, que es el tema del peronismo en Kusch.
“No hay un
proyecto peronista para la universidad (…) porque somos sectores medios” (Kusch:1976,12)
y, en el mejor de los casos, afirmaba que podíamos cambiarle la cara a la
Universidad. ¿Qué diría Kusch de nuestras universidades del conurbano? Con
Kusch, decimos que esas universidades y las nacionales no deberían ser lugares del
mero repetir sino de creación.
Pero hay
más: “la clase media, por razones económicas y sociológicas, sufre una rara
agudización de la objetividad” ( Kusch:1976,63); tal agudización hoy se nombra como “independientes”, es decir
siempre distantes de un compromiso con el pueblo, con la comunidad.
El rechazo
a las culturas populares, subalternas, es el rechazo al peronismo: “Se lo
rechaza objetivamente sin saber que esencialmente forma parte de nuestra
subjetividad” (( Kusch: 1999, 159).
Me gustaría
terminar con esta idea: las clases dominantes nos quieren divididos,
fragmentados. atomizados en individualidades para que no podamos reconocernos
en comunidad. Ya sea esta una comunidad facúndica, constituida bajo un mito
gaucho o en una comunidad organizada; pero además, nos quieren entristecidos,
vencidos para que no podamos reconocer lo mejor de nosotros mismos, para que
continuemos con temor a pensar lo nuestro.
Por ello
hoy venimos a pensar con alegría, nos sabemos parte de un relato mayor que
comenzó hace mucho tiempo. Nuestros pueblos y algunos de sus mejores pensadores
nos convidan a seguir creando.
Bibliografía
Kusch,
Rodolfo (1976). Geocultura del Hombre
Americano, Buenos Aires: Fernando García Cambeiro
Kusch,
Rodolfo (1999). América Profunda,
Buenos Aires: Biblos.
Martí, José
(2005). Nuestra América, Buenos
Aires: El Andariego
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