¿Qué
demuestran comportamientos como los del rey Juan Carlos, de las transnacionales
como REPSOL y de los organismos internacionales como la OEA y la ONU? ¿Acaso no
son la clara muestra de la nefasta y febril lucha por el poder acumulativo y
excluyente, que hace que el mundo penda de un delicado hilo y se encuentre al
borde su destrucción?
José Toledo Alcalde / Especial para Con
Nuestra América
REPSOL: punta de lanza de la reconquista de América por parte de las transnacionales españolas. |
Tres
acontecimientos de importante relevancia histórica tiñen las páginas del
denominado “mundo hispano”, antítesis del AbyaYala propia de las identidades de
los pueblos originarios. Primero, la VI Cumbre de las Américas, celebrada en
Cartagena de Indias, en Colombia; segundo, el Safari del Rey de España Juan
Carlos y tercero, la inminente nacionalización de la compañía petrolífera
Argentina REPSOL-YPF.
Cumbre de las Américas. La bella
Cartagena de las Indias, tantas veces sitiada
e invadida por piratas y religiosos, devastada y traficada, la que soportó la despiadada inquisición cual
maquinaria impune de persecución, tortura y asesinato con la venia del
Pontificado italiano; en esta oportunidad sufrió –quizás por última vez– la
presencia de una Cumbre otrora monitoreada por los EEUU y Canadá, hoy ensombrecida
por el consenso latinoamericano harto de los estragos infames del
neocolonialismo occidental.
El estigma
del conquistador, información inmoral registrada en una suerte de memoria
colectiva-ancestral, persigue desgraciadamente a Canadá y EE.UU. Son pues
Francia e Inglaterra el pasado expansionista de estos dos países desplazados –por no decir avergonzados- en la Cumbre. La lógica colonizadora otorgaba
amplios derechos a los invasores e invasoras. Derechos sobre animales de toda
especie, vegetales, minerales y tierras. La lógica expansiva contaba con la
venia papal y en nombre de Dios se sometió a Cartagena de las Indias y a toda la América.
UNASUR, MERCOSUR, ALBA y CELAC rompen el
estigma invasor y abren el capítulo en donde los otrora excluidos asumen el
difícil compromiso de tomar en sus manos las riendas de su historia desde todas
las perspectivas del ámbito social, económico y político. En esta VI Cumbre 32,
de 34 países, dejó en claro que la época de la repartición de tierras y aguas
quedó atrás. Es así como Fidel Castro Ruz delinea lo que debería ser la acción
a seguir de cara al ocaso neoliberal: “Las transnacionales yankis jamás
renunciarán al control de las tierras, las aguas, las minas, los recursos
naturales de nuestros países. Sus soldados debieran abandonar las bases
militares y retirar sus tropas de todos y cada uno de nuestros territorios;
renunciar al intercambio desigual y el saqueo de nuestras naciones”. No estamos más en tiempos en donde sumos
pontífices, reyes y monarcas se repartían la tierra como pastel de fiesta; pero
pareciera que el rey Juan Carlos aún no lo tiene claro.
Los safarilandias del rey Juan Carlos. Esta escandalosa situación de la familia real
nos recuerda las Bulas Alejandrinas, documentos pontificios que otorgaron
hegemónicos beneficios a los reyes católicos Fernando e Isabel (1493). Derechos
ganados a punta de sobornos y tráfico de influencias de la nobleza valenciana y
castellana en contubernio con el papado católico representado en la persona del
valenciano Alejandro VI (1431-1503).
Todas las riquezas eran repartidas entre familias y amistades enquistadas en el
poder político, económico y religioso.
El Papa
Alejandro VI entregaba un mundo asumido como propio a la realeza española: “os
donamos concedemos y asignamos perpetuamente, a vosotros y a vuestros herederos
y sucesores en los reinos de Castilla y León, todas y cada una de las islas y
tierras predichas y desconocidas que hasta el momento han sido halladas por
vuestros enviados, y las que se encontrasen en el futuro y que en la actualidad
no se encuentren bajo el dominio de ningún otro señor cristiano, junto con
todos sus dominios, ciudades, fortalezas, lugares y villas, con todos sus
derechos, jurisdicciones correspondientes y con todas sus pertenencias; y a
vosotros y a vuestros herederos y sucesores os investimos con ellas y os
hacemos, constituimos y deputamos señores de las mismas con plena, libre y
omnímoda potestad, autoridad y jurisdicción”. (Bula Inter Caetera, 1493)
Es este el
estigma que persigue los estragos de la inicua socio-patología conocida como
conquista. La Bula increpaba a la realeza
a que las “naciones bárbaras sean abatidas y reducidas a dicha fe
(cristiana)”. Los sarracenos (musulmanes) eran perseguidos, torturados y
asesinados, como hasta hoy en día. ¿Acaso en nuestros días no se persigue a
quienes no profesen sometimiento e incondicional devoción al dios de pies de
barro llamado neoliberalismo, so pena de persecución, invasión y bloqueo
financiero, comercial y económico? Prueba de ello el irracional bloqueo a la
Grande de las Antillas, Cuba y la arbitraria reacción de España al gesto
nacionalizador del Argentina en beneficio de una de sus principales compañías
petrolíferas, YPF.
Es
históricamente sabido que la madre del rey Juan Carlos, María de las Mercedes
de Borbón- dos Sicilias y Orleans, era una conocida cazadora mayor, vale decir
de animales de elevado peso, como elefantes, búfalos, tigres, leones, etc.
Reyes y Reinas de los otrora conquistadores, Francia, Inglaterra, España, Portugal,
no solo se embriagaron extasiados con poseer seres humanos, tierras, aguas,
minerales y demás, sino que hicieron de la caza una actividad de elite que le
ponía precio a la cabeza de animales de toda especie, entre ellos el ser
humano.
El rey Juan
Carlos viajó a la República de Botsuana y se fue de cacería de elefantes (hay
otros que se van de putas y putos) y esto no es gratis. En un país en donde se
acaba de hacer una reducción del presupuesto en sanidad pública y educación en
un monto que ascienden a los 10’ (Diez mil millones de euros) de los cuales
3’ (tres mil millones de euros)
corresponden a educación, su rey paga
por cabeza de animal cazado entre 10.000 y 37.000 mil euros: “Una estancia de
doce días en un campamento que el cazador tiene en las mejores fincas del delta
del Okavango, al norte del Botsuana, con licencia para matar un elefante –la
pieza más codiciada–, supera los 37.000 euros. Un leopardo o un león puede
llegar a 36.000, el búfalo ronda los 23.000 y de ahí se baja hasta los 10.000
en función del animal”.
Pareciera
que la realeza española continúa anclada a un pasado en donde el mundo era
repartido entre vinos y ovíparos festines. La inmoral campaña de evangelización
del mundo y la inicua repartición de las tierras en nombre del dios Mammon hace mucho que dejó de ser ley pasando ha
convertirse en ignominia y oprobio de los pueblos. Es así como el inmoral
comportamiento del máximo representante de España acompaña el declive de los
extintos imperios. Inglaterra, Francia, España y Portugal están sumidos en el
caos de una vertiginosa crisis socio, política, económica y energética en donde
la ética de sus gobernantes es solo la manifestación de un sistema excluyente e
injusto que gime lacerantemente su agonía.
Así como las Malvinas, YPF es Argentina. Es así
como llegamos a nuestro último ignominioso estigma de la conquista. Este último
es por partida doble. En la recién concluida Cumbre, fueron 32, de los 34 países asistentes, quienes se expresaron a
favor del desbloqueo de Cuba, así como
se manifestaron a favor del regreso de las Islas Malvinas a la República
Argentina. Y, es en ese contexto que
soberanamente se nacionaliza REPSOL-YPF.
El Estado argentino tiene la responsabilidad histórica de hacer de la
gobernabilidad un puente eficiente y equitativo de gestión éticamente soberana.
La
expansión neocolonizadora en manos de transnacionales foráneas se encargó de
desmontar el Estado dando paso a su privatización como signo de eficiencia y
rentabilidad. El empoderamiento del Estado soberano argentino, así como de la
América Latina y el Caribe en su conjunto pasa por hacer de la lógica
neocolonizadora y el inicuo enriquecimiento
un capitulo de nuestra historia superada. Es increíble ver como Repsol
califica las medidas del Estado soberano de la Argentina como "ilícita y
gravemente discriminatoria". Ahora claman por que sea el Banco Mundial
quien presione para que no se cumpla lo que será un mandato soberanamente
constitucional.
¿Quién
decide que les conviene a los pueblos, el BM, el BID, el FMI, el Consejo de
Seguridad de las NU? Otrora era el Vaticano quien ordenaba a quien le
correspondía, tierras, personas, minerales, mares, ¿Ahora quienes ostentan la
“misión divina” de velar por los intereses del imperio? Esta claro que el
imperio del Capital no sustituyó al poder religioso y político; sigue formando
parte inquebrantable de su estructura inhumanamente inmoral.
¿Qué
demuestran comportamientos como los del rey Juan Carlos, de las transnacionales
como REPSOL y de los organismos internacionales como la OEA y la ONU? ¿Acaso no
son la clara muestra de la nefasta y febril lucha por el poder acumulativo y
excluyente, que hace que el mundo penda de un delicado hilo y se encuentre al
borde su destrucción?
El derecho de los pobres fue y sigue siendo
violado. El Dios justo y equitativo del Cristianismo e Islamismo no es el
dios de los safaris y descabellados afanes neocolonizadores. No se puede seguir
mintiendo al mundo evangelizando en nombre de un dios que es la mascara del
anhelado oro y petróleo. Como lo señaló el teólogo Gustavo Gutiérrez Merino, la “codicia es una idolatría” y ese es el antivalor que transversa la
religión del imperio. El oro, uranio y petróleo, no pueden seguir siendo los
mediadores entre los seres humanos. Es necesario replantearnos nuevos códigos
de interacción, nuevas llaves de entendimiento entre los pueblos. No se puede
seguir sosteniendo – bajo amenaza de castigo divino (entiéndase financiero-
económico-militar) – que defender la soberanía de los débiles y excluidos es
“ilícito y discriminatorio”, esto es solamente una canija más del residuo
estigmatizo de los febriles conquistadores y conquistadoras.
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