En 2012, el Cuerpo
de Infantes de Marina registró un aumento de suicidios de 50% con respecto a
2011. Y esta tragedia no termina cuando los soldados estadounidenses regresan a
casa: cada 65 minutos un veterano de guerra se suicida en los Estados Unidos de
América, lo que significa que diariamente se suicidan 22 veteranos de guerra.
Carlos
Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
El 10 de junio de 2013 el veterano de
guerra Daniel Somers escribió una lacerante carta de despedida para su
familia y el mundo. Y se suicidó. Somers no fue un soldado común y corriente.
Desde la torreta de un Humvee, participó en 400 misiones de combate en
Irak. Fue convertido por el ejército de
los Estados Unidos de América en un experto en “interrogatorios” (¿torturas?),
participante en operaciones especiales y
en análisis geopolítico como “Analista
Senior” para el Medio Oriente. Podría esperarse que con semejante hoja de
servicios, un veterano de guerra como Daniel Somers tenía un futuro brillante
al regreso a su país. Había salido con
vida, no había quedado físicamente mutilado ni parapléjico. Y Daniel Somers
quiso rehacer su vida al lado de su esposa Angel, intentó hacer cine e incluso
integró un grupo musical en tanto
que siempre le había gustado la música.
Pero como él mismo lo dijo, estaba “demasiado atrapado en una guerra para estar en paz. Demasiado
dañado para estar en guerra”. Lo atormentaban los recuerdos de las
atrocidades cometidas en las que fue activo participante. Fue
diagnosticado con daño cerebral como
consecuencia de un traumatismo sufrido en alguna de sus tantas misiones de
combate, tenía también un desorden de traumatismo post-stress y fibromialgia.
La vida se le hizo insoportable a Somers, además de que se sintió abandonado
por el Departamento de Asuntos Veteranos
en lo que se refiere a su tratamiento médico y provisión de medicamentos.
Así las cosas el 10 de junio de 2013, Daniel Somers escribió una carta
acusatoria al establishment estadounidense y se suicidó. En la carta escribió
que la humanidad estaría mejor sin él. Su autoestima había llegado al suelo.
La tragedia de Daniel Somers no es un hecho aislado. En un artículo
publicado por Salvador Capote (“El
suicidio de los Rambos”,
Alai-Amlatina, 10/6/2013), se nos ofrecen datos estremecedores ofrecidos por el
Departamento de Defensa y el Departamento de Asuntos Veteranos de los Estados
Unidos de América: en 2012 se suicidaron en Afganistán 349 soldados mientras
que murieron en combate 310. Más suicidios que bajas y en 2013 se augura un
nuevo record de suicidios estadounidenses en Afganistán. El Cuerpo de Infantes
de Marina registró un aumento de suicidios de 50% con respecto a 2011. Y esta
tragedia no termina cuando los soldados estadounidenses regresan a casa: cada
65 minutos un veterano de guerra se suicida en los Estados Unidos de América,
lo que significa que diariamente se suicidan 22 veteranos de guerra como lo
denunció el propio Daniel Somers en su carta.
El imperialismo estadounidense recluta a sus fuerzas de ocupación
entre los blancos pobres, la población afroamericana más desvalida y por
supuesto los llamados hispánicos, entre los cuales se encuentran migrantes en
busca de una mejor vida. Los hijos de los blancos republicanos, de los
conspicuos miembros del “Tea Party”, la ultraderecha guerrerista estadounidense
por supuesto no van a la guerra. Fiel a la concepción neoliberal, al parecer
los soldados que han ido a Irak o que van a Afganistán, o que van a cualquier
otra parte del mundo para mantener la decadente hegemonía estadounidense, son
tratados como desechos humanos al regresar a su país. La atención de los
veteranos de las guerras al parecer está
siendo vista como costosa por el Departamento de Asuntos Veteranos. Los costos
de atención médica, psiquiátrica, medicamentos, podrían estar siendo
considerados como gastos inútiles. Solamente en marzo de 2013, un servicio de
atención a veteranos atendió 814 mil llamadas desesperadas, 94 mil “chats” y
7,200 mensajes de textos que lanzaron más de 28 mil veteranos que estaban en
inminente peligro de suicidio.
Las invasiones estadounidenses
son también tragedia para su propio pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario