Ayotzinapa
es la muestra de la dignidad y resistencia, es ejemplo de la posibilidad de que
a pesar del dolor, la rabia y la cerrazón oficial, es posible construir otra
historia, una que tenga como base la certeza y la inclusión de quienes hasta
hoy permanecen ocultos. Ayotzinapa es la esperanza ante las falsas verdades.
Cristóbal León Campos /
Especial para Con Nuestra América
Desde
Yucatán, México
Ilustración de Hernández, para LA JORNADA. |
I
Es
común en estos tiempos, escuchar a personas de toda índole, afirmar que nuestra
historia nacional está compuesta de mentiras arbitrarias, y no es para menos,
la afirmación es cierta, la idea de nación y la identidad que pretende
englobarnos a cada uno de los mexicanos, tiene su raíz en un sinfín de
inexactitudes, o en muchos casos, de arteras manipulaciones de los
acontecimientos, muy particularmente, los que están relacionados con hechos
violentos generados desde las esferas del poder. Lo que hasta hoy en día
llamamos “Historia Patria”, es en realidad una parte acotada y en buena media
manipulada de nuestro pasado. La construcción de la nación se ha basado en una
serie de mitos fundadores, que si bien, algunos tienen raíz prehispánica y son
aproximación a la explicación que algunas de las culturas mesoamericanas daban
a su origen, no pueden de ninguna forma ser la base de una historia cierta y
aglutinante de todos los sectores que componemos el México del siglo XXI.
II
La
enseñanza de la “Historia Patria” en la educación básica, media y superior,
sigue contribuyendo a la conformación de un imaginario nacionalista, cuyo fin
es la cohesión hegemónica en torno a la ideología del poder, base de nuestras
diferencias y generadora de la marginación, exclusión y discriminación que se
vive a diario en la sociedad mexicana. Es decir, la historia que hasta hoy se
enseña, no responde a nuestra realidad histórica, responde al interés sesgado
de fomentar una historia a modo, que contribuye a mantener el pensamiento, la
conciencia y el imaginario a favor del régimen capitalista que nos gobierna.
Otra sería nuestra identidad, nuestro pensamiento e imaginario sin los
programas de estudio permitieran conocer de manera más acorde a la realidad
nuestro pasado, y sí generaran de forma real la crítica como principio de la
razón entre los estudiantes. La ruptura con la vieja enseñanza y sus
contenidos, es una necesidad urgente, es la forma de contribuir a la generación
de un pensamiento crítico y anti-hegemónico que ayude a desenmascarar la
historia a modo que se imparte como única y absoluta explicación del México
nuestro.
III
La
conformación de la “Historia Patria” como historia verdadera, requiere la
utilización del sistema de enseñanza básica y media superior, pero también,
necesita su difusión y validación por los medios de comunicación masiva
(televisión, internet, radio, prensa, etc.). La repetición y difusión masiva de
forma permanente de la “Historia Patria”, es una de las herramientas del Estado
para su legitimación, siendo los medios de comunicación medios eficaces de
generación de consenso social, necesario para la consolidación de una mentira
en verdad. El Estado cuenta con un sinfín de aparatos ideológicos que
contribuyen a sesgar la opinión pública o abiertamente a manipularla, esto lo
hemos observado en diferentes situaciones y acontecimientos, tanto históricos
como contemporáneos, ejemplos sobran; Tlatelolco, Aguas Blancas, Oaxaca,
Chiapas, Atenco, o en temas como el feminicidio, la homosexualidad, el
matrimonio igualitario, la democracia, violencia, pobreza y explotación entre
muchos, pero muchos otros temas. Es importante no perder de vista un detalle
fundamental, el hecho de que la enseñanza y los medios de comunicación
contribuyan a que en el imaginario social la “Historia Patria” sea considerada como
verdadera, esto no implica que esa historia sea cierta. El grado de certeza
para cualquier historia que se difunda únicamente se lo otorga el análisis
riguroso de sus componentes, y es ahí, donde las verdades de Estado son
desenmascaradas y expuestas. La Historia Oficial no logra sobreponerse al
juicio de la mirada crítica, rigurosa y fundamentada.
IV
Ayotzinapa
es una herida abierta, es la muestra del desprecio a la vida, a la educación y
a la diversidad en nuestro país, es en sí, la muestra sumatoria de la
degeneración política y social del Estado mexicano. Los acontecimientos del 26
y 27 de septiembre de 2014, son la coyuntura más álgida de los últimos años,
han demostrado la sabida inhumanidad gubernamental, y a la vez, con toda su
carga trágica están contribuyendo a que muchos ojos y pensamientos se habrán,
juzguen, critiquen y desmitifiquen la construcción de la historia que el Estado
realiza. Ayotzinapa es la última gran falsa verdad del Estado mexicano, es la
evidencia de la manipulación y cinismo con que se pretende gobernar, imponer
verdades y controlar a la sociedad manteniendo la hegemonía sobe las
conciencias. La responsabilidad del Estado en la desaparición de los 43
estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y el asesinato de 6 personas, va
quedando cada vez más aclarada. La articulación de la mentira mediante una gran
campaña en los medios de comunicación ha fracasado, todos podemos ver las
evidencias de los acontecimientos. Los testimonios de los sobrevivientes, de
los familiares y la documentación generada por las investigaciones dan luz ante
la oscuridad oficial.
La
reciente publicación del “Informe Ayotzinapa” elaborado por el Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) designado por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para esclarecer los hechos, es una
fuente fundamental para ir poco a poco dejando atrás la Historia Oficial y
poder demostrar que las verdades del Estado no son verdades ciertas. De igual
forma, abre la posibilidad de ir desmitificando muchas otras verdades falsas
que se enseñan y difunden. Ayotzinapa es la muestra de la dignidad y
resistencia, es ejemplo de la posibilidad de que a pesar del dolor, la rabia y
la cerrazón oficial, es posible construir otra historia, una que tenga como base
la certeza y la inclusión de quienes hasta hoy permanecen ocultos. Ayotzinapa
es la esperanza ante las falsas verdades.
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