En EEUU la propaganda
(o ‘fake news’) ha creado un desencuentro por parte de sectores muy amplios de
la opinión pública norteamericana que creen que en Venezuela hay una
‘dictadura’ (a pesar de haber celebrado 25 elecciones en los últimos 20 años).
Pero hay sectores muy importantes que conocen la diatriba de los medios de
comunicación cuando atacan a los gobiernos latinoamericanos reformistas o
progresistas.
Marco A. Gandásegui, h. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá
El presidente Nicolás
Maduro tomo posesión por segunda vez del Ejecutivo venezolano en medio de una
crisis creada por la ofensiva del gobierno de EEUU en contra de la República
Bolivariana. Desde hace 20 años, cuando ganó las elecciones presidenciales el
comandante Hugo Chávez, Washington no descansa en sus intenciones de poner fin
a las reformas radicales introducidas por el gobierno que se autoproclama
‘socialista del siglo XXI’. Los dos grandes partidos políticos de EEUU –
Republicano y Demócrata – coinciden que los gobiernos bolivarianos no responden
a sus intereses. En primer lugar, no gustaban de la retórica del fallecido
Chávez y tampoco les agrada la persona (origen obrero) de Maduro. Más
importante, rechazan la política bolivariana de poner al servicio de la
población las enormes riquezas de Venezuela.
Para combatir esta
iniciativa, Washington – bajo gobiernos demócratas y republicanos – ha aplicado
todo tipo de sanciones económicas para crear un caos en el mercado interno de
la patria de Bolívar. A la vez, ha creado una alianza de la muerte con 12
gobiernos latinoamericanos en el ‘Grupo de Lima’ y reclutó a la Comunidad Europea. La lista no incluye los
atentados contra los principales líderes de los gobiernos bolivarianos, tampoco
las amenazas militares del Pentágono, ni el congelamiento de propiedades
venezolanas en EEUU.
A nivel popular, en
EEUU la propaganda (o ‘fake news’) ha creado un desencuentro por parte de
sectores muy amplios de la opinión pública norteamericana que creen que en
Venezuela hay una ‘dictadura’ (a pesar de haber celebrado 25 elecciones en los
últimos 20 años). Pero hay sectores muy importantes que conocen la diatriba de
los medios de comunicación cuando atacan a los gobiernos latinoamericanos
reformistas o progresistas. A las acusaciones de que son traficantes de drogas,
que asesinan a su población, que obligan a la gente a pasar hambre han agregado
una nueva: Ahora también son acusados de delitos ‘humanitarios’. Esta última
pieza se la atribuyen a Hilary Clinton cuando era secretaria de Estado del
presidente Obama.
Según un Think Tank en
Washington, “puede esperarse un escenario internacional con más presión
diplomática, con sanciones más duras y con más coordinación entre países
latinoamericanos y la Unión Europea. Hasta el momento la presión y las
sanciones no han tenido mayor impacto, por lo que no descarto la posibilidad de
que (Maduro) vaya a durar. Mucha gente ha subestimado su capacidad de resistir,
pero todavía tiene recursos para hacerlo”. Agrega que Maduro “casi no tiene
oposición porque esta tiene miedo, está agotada o se ha ido del país. Y la
cúpula militar parece que todavía es leal, por lo que su posición interna
parece segura”.
Michael Shifter, de
Diálogo Interamericano, no menciona el recurso más importante que tiene el
gobierno bolivariano que es el pueblo venezolano. Los manuales
político-militares de EEUU consideran que el arma más poderosa para someter a
un pueblo es derrotarlo por la vía de la penuria: cortarle el acceso a bienes
de consumo básico, golpear su auto-estima y desmovilizarlo. Shifter opina que
“primero (EEUU) va a tratar de formar una alianza con gobiernos afines, entre
ellos Colombia y Brasil, para intensificar las sanciones. Ya han experimentado
con varias sanciones al sistema financiero y puede haber más. Están
considerando todas las opciones, entre ellas cortar la compra de petróleo,
aunque todavía hay un debate sobre lo que eso implicaría”. No menciona la
intervención militar que, según el presidente Trump, es una opción que no
descarta. Sólo la mención de Colombia y Brasil, países que comparten extensas
fronteras con Venezuela, es un indicio que está vigente la opción militar.
Shifter reconoce que el
gobierno de Maduro tiene la fuerza necesaria para enfrentar la ofensiva de
EEUU. Propone una salida negociada aparentemente entre Washington y Caracas.
Señala que la oposición no tiene capacidad. “Hay que buscar la manera de crear
una oposición más coherente y con líderes legítimos”. ¿Se puede manufacturar un
liderazgo político donde no existe una base social?
Shifter también se
refiere a la ‘izquierda’ latinoamericana que pareciera estar retrocediendo ante
gobiernos de derecha como el que preside Jair Bolsorano en Brasil. “Los que
piensan que (la izquierda) se acabó en América Latina y que no volverá a
aparecer están equivocados. Si los gobiernos de derecha no tienen éxito, la
izquierda va a estar ahí para reemplazarlos. Si Bolsonaro o Duque son un
desastre, ¿quién cree que va a ocupar ese espacio?”
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