Las
fichas en el tablero del ajedrez geopolítico se están moviendo, otra vez
estamos ante la necesidad de resistir y organizar la utopía bolivariana de la
integración y unidad de los pueblos latinoamericanos a favor de su bienestar y
del mejoramiento de sus condiciones de vida: defender a Venezuela hoy, es
defender a todas nuestras naciones y su autodeterminación.
Cristóbal León Campos / Especial
para Con Nuestra América
Desde
Mérida, Yucatán. México.
El
gobierno bolivariano de Nicolás Maduro ha tomado posesión para un nuevo periodo
democráticamente electo, la mayoría del pueblo venezolano apoya el proyecto
iniciado por Hugo Chávez, los veinticinco comicios ganados desde entonces lo
demuestran. Para esta nueva etapa la República Bolivariana de Venezuela enfrenta
la intensificación de las agresiones contra la persona del presidente y contra
todo el proyecto de reformas sociales que se han implementado, el imperialismo
norteamericano prepara de manera descarada una agresión directa para derrocarlo
con el apoyo de países como Canadá, Perú, Colombia, Brasil, Argentina, Chile y
Paraguay (quien ya rompió relaciones con Venezuela) entre otros. La reciente declaración
que hicieron la mayoría de los países del Grupo Lima (con la honrosa excepción
de México y Uruguay) exigiendo que Nicolás Maduro no tomara posesión
nuevamente, fue dirigida por la Organización de los Estados Americanos (OEA)
que ahora se pronuncia públicamente y la mayoría de los países que la integran han
desconocido al gobierno venezolano, junto a la CIA y la Unión Europea (UE), preparando
el camino para la ruptura de relaciones y la intervención imperialista. En
estas fechas miembros de la Asamblea Popular venezolana buscan crear un golpe
parlamentario como se hiciera, por ejemplo, contra Manuel Zelaya en Honduras el
2009. Las formas de injerencia e intervencionismo han variado en cierta manera,
pero la intensión es la misma, regresar al colonialismo estableciendo el
dominio de los Estados Unidos y las oligarquías de la región para saquear la
riqueza natural, que en el caso venezolano es especialmente el petróleo, en el
caso de que las medidas parlamentarias fallen, la estrategia se dirige a generar
conflictos bélicos entre países hermanos que sirvan de pretexto para el
imperialismo y su permanente política Monroe.
Por
su parte los gobiernos de Cuba, Bolivia, Nicaragua, Uruguay y el Salvador han
manifestado su apoyo y solidaridad con Nicolás Maduro y el pueblo venezolano,
el proyecto bolivariano desde sus inicios se proclamó a favor de la integración
y la unidad latinoamericana, siguiendo los ideales del prócer que le da nombre:
Simón Bolívar. El nuevo capítulo de la historia latinoamericana comienza con la
política de agresión imperialista reforzada, Cuba es puesta otra vez en la
mira, incrementándose el bloqueo genocida y las campañas difamatorias en su
contra; Bolivia ha recibido las primeras hostilidades por parte del gobierno de
Brasil mediante insultos a su pueblo y a su presidente Evo Morales, los
comentarios racistas sobre el origen étnico de su población son una pequeña
muestra de la guerra que se va preparando; Nicaragua lleva tiempo siendo
agredida, con la manipulación de los medios masivos de comunicación se ha
generado una imagen negativa del gobierno de Daniel Ortega; para el caso de
Uruguay e incluso de México, su decisión de no apoyar las declaraciones e
intenciones injerencistas del Grupo Lima y la OEA, los ponen en la mira de los
gobierno regionales al servicio del imperialismo, que poco a poco, según
avancen sus gobiernos en reformas sociales y el mejoramiento de las condiciones
de sus pueblos, serán señalados y agredidos, el campo de batalla del siglo XXI
entre el imperialismo y los proyectos progresistas a favor de la humanidad será
sin duda Latinoamérica.
Las
fuerzas oligarcas de América Latina se unen en esta nueva campaña de agresión
contra la República Bolivariana de Venezuela, no descansaran hasta lograr su
objetivo o hasta ser nuevamente vencidos, sus intereses son extender sus
riquezas, controlar gobiernos títeres y establecer sus raíces conservadoras y
neofascistas en las conciencias de los pobladores latinoamericanos, para ello
usan a todos los medios de comunicación a sus disposición, la guerra mediática
lanzada al mundo para revertir la opinión pública lleva largo tiempo, con Cuba
se realiza desde el inicio de la Revolución hace sesenta años, con Venezuela
desde la toma del poder por Hugo Chávez. Las intensiones de las oligarquías es
acabar con toda manifestación progresista que atente contra sus oscuras
maniobras y empresas, el recién ascendido gobierno brasileño de Jair Bolsonaro
lo ha expresado abiertamente, al señalar que perseguirá cualquier manifestación
de pensamiento de izquierda, y en los hechos, ha reabierto el camino para la
devastación y extracción de la materia prima al firmar un acuerdo para que las
tierras del amazonas sean destruidas por las transnacionales hambrientas de
riqueza, los pueblos del amazonas tienen ante ellos una gran amenaza y deberán desplegar
una gran resistencia, la ultraderecha latinoamericana pretende regresar al
poder y destruir todo avance realizado por los gobierno progresistas y
movimientos sociales. El imperialismo norteamericano enfrenta una crisis
estructural y global, sus cimientos se tambalean, pero eso lo hace mucho más
agresivo e impredecible, por eso buscan mediante estos nuevos ataques
fortalecer su poder.
Las
fichas en el tablero del ajedrez geopolítico se están moviendo, otra vez
estamos ante la necesidad de resistir y organizar la utopía bolivariana de la
integración y unidad de los pueblos latinoamericanos a favor de su bienestar y
del mejoramiento de sus condiciones de vida: defender a Venezuela hoy, es
defender a todas nuestras naciones y su autodeterminación. Es tiempo de ondear
la bandera de Nuestra América para hacer frente a las agresiones imperialistas venideras.
Integrante
del Colectivo Disyuntivas
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