No ha
habido golpe palaciego ni sublevación militar. Tampoco una invasión. Cierto,
pero es innegable que la ofensiva estratégica en el conflicto que vive el país
está del lado del gobierno estadounidense.
Su eje
central es el de las sanciones, que buscan cerrar cualquier ventana a las
importaciones y exportaciones. El objetivo es multiplicar de forma exponencial
los problemas que ya existen como resultado de erradas políticas
macroeconómicas y de la ineficiencia de la gestión.
Y ahora,
con las nuevas sanciones, se propicia un colapso, luego de afectada severamente
la actividad productiva y el descenso de las importaciones, lo que podría
ocasionar "un período de sufrimiento mayor por un período de meses o
quizás años", de acuerdo con lo expresado por William Brownfield,
exembajador de Estados Unidos en Venezuela.
Ayuda
Humanitaria
Como se
acostumbra hacer en estos casos, el eje estratégico de las sanciones ha sido
acompañado por una operación de cobertura inteligente y eficaz, la de ayuda
humanitaria, que distrae y ocupa la atención, mientras avanza en profundidad la
misión destinada a cortar de forma integral las fuentes de aprovisionamiento
del país a través del embargo petrolero y el bloqueo de las cuentas al Estado
venezolano.
Sentido común
Obviamente,
el gobierno venezolano no podía autorizar el ingreso de un operativo manejado
directamente por el Estado que bloquea sus cuentas, impide importaciones y
adelanta un embargo petrolero. Sin embargo, siendo un tema tan sensible, ha
debido reencuadrar la respuesta, y no lo hizo.
Los
mensajes que van contra el sentido común no funcionan. No tiene sostén negar
que la población atraviesa por fuertes dificultades. No es "crisis
humanitaria", en el sentido de su definición jurídica internacional, pero
no se puede negar que hay graves problemas, No es un asunto jurídico, sino del
significado que se le da en lenguaje cotidiano. Para la gente, "crisis
humanitaria" es sinónimo de penurias o de una gran "peladera". Y
eso es innegable.
La chispa
Del mismo
modo, no es una respuesta adecuada dar la impresión de que se rechaza de forma
absoluta recibir donaciones. Es elemental que cualquier persona o país con
problemas económicos y de abastecimiento, solicite o reciba auxilio y
cooperación internacional. En lugar de un no generalizado a la ayuda, lo
apropiado era organizar a tiempo con las Naciones Unidas, la Cruz Roja
Internacional y países neutros el suministro de medicinas para hospitales,
farmacias y centros de salud.
La
solidaridad tiene una tradición y es distinta a los operativos de ayuda que
encubren una intervención extranjera.
Al no
haberse redimensionado el mensaje frente a esta operación de cobertura que
tiene su vitrina en Cúcuta, se facilita que sea utilizada para presionar al
sector militar o que se convierta en una chispa que escale el conflicto.
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