Ahora, cuando la Unidad Europea parece vacilar, hay que seguir preguntándose si el continente latinoamericano podrá avanzar realmente por el camino de la unión.
William Ospina / El Espectador (Colombia)
Paul Valéry escribió que geográficamente Europa ni siquiera es del todo un continente, y la llamó con ironía “esa península que el continente asiático avanza hacia el Atlántico”. Si después de treinta siglos de civilización Europa no lograba encontrar el camino de su unidad y ni siquiera de su integración, puede parecer quimérico que hombres como Bolívar, a comienzos del siglo XIX, intentaran unir o integrar una tierra largamente dividida pero apenas formada y que es sin duda un continente: una tierra mucho más grande, compleja y difícil que Europa.
Pensar a Latinoamérica como un todo no nos autoriza a olvidar su tremenda diversidad. Un continente con verdaderos desiertos y selvas, con una cordillera desmesurada, con un mar interior casi tan complejo como el Mediterráneo. Las características geográficas no han cambiado, pero la historia ha añadido mucha leña a ese fuego y cada vez más nuestra América es un mosaico de regiones y culturas diversas. Lea el artículo completo aquí…
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