Sánchez Vázquez enunciaba que desde años atrás la filosofía y el pensamiento crítico afrontan una creciente desvinculación con la sociedad, por la manipulación que hacen los gobiernos al servicio del capital, pues hoy, la mayoría de los intelectuales se han conformado como un sector alejado del resto de la sociedad.
Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra América
Desde Yucatán, México
Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011) fue un intelectual profundamente comprometido con la realización plena del ser humano, con la construcción de un mundo mejor -concebido como socialismo-, para lo cual, dedicó su vida a reflexionar sobre la vigencia del pensamiento de Marx y la viabilidad del proyecto socialista.
Acostumbrado a remar contra la corriente, denunció las contradicciones que el “socialismo real” albergó en el seno de la URSS y asumió una postura crítica frente a la realidad cubana que él consideró inspiradora y renovadora del marxismo, sin dar cabida en ningún momento, a posiciones contrarrevolucionarias ni desviaciones estalinistas que dieron origen a la destrucción de la gran obra de la Revolución de octubre.
Una de sus disputas más celebres tuvo lugar durante el Encuentro Vuelta a principios de septiembre de 1990, cuando Sánchez Vázquez terminó con la fiesta fúnebre que del socialismo habían preparado con la participación de intelectuales renombrados como Octavio Paz. Sánchez Vázquez demostró que eso era una falacia, que lo que cayó era el “socialismo real” y no el auténtico socialismo, que éste sigue siendo posible. A decir de Fernando Belaunzarán en su escrito “El gladiador Sánchez Vázquez”, “su intervención propició un espontáneo aplauso de los periodistas en la sala de prensa” por lo que “Octavio Paz ya no le quiso dar la palabra, pero ni falta hacía: el muerto todavía se movía”. Lea el artículo completo aquí…
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