Oscar lleva más de 33
años encarcelado por defender sus ideas libertarias. Se le acusó de tratar de
“conspirar para derrocar el gobierno de Estados Unidos por la fuerza.” ¡Un hombre sólo contra el imperio más
poderoso que ha conocido la historia de la humanidad!
Dr. Carlos Pérez Morales / Especial para Con Nuestra
América
Desde Puerto Rico
Para muchas personas,
el nombre de “Oscar” (pronunciado en idioma inglés) está relacionado con el
mundo de la cinematografía. “Se parece a Oscar” fue el comentario que dio paso
a la conocida estatuilla con la que se premia lo mejor del cine estadounidense,
así como la mejor película, asÍ como a los mejores artistas del cine
estadounidense. Para nosotros en Puerto Rico, el nombre de Oscar, (Oscar López
Rivera), es sinónimo del luchador independentista, prisionero político y
patriota.
Oscar López Rivera, es
un veterano condecorado de la guerra de Vietnam y líder comunitario que
defendía los derechos de la comunidades puertorriqueñas y latinas en la ciudad
de Chicago, Illinois. Es un fiel
creyente en la completa independencia de Puerto Rico.
Oscar lleva más de 33
años encarcelado por defender sus ideas libertarias. Se le acusó de tratar de
“conspirar para derrocar el gobierno de Estados Unidos por la fuerza.” ¡Un hombre sólo contra el imperio más
poderoso que ha conocido la historia de la humanidad! Se le acusó por sus “alegados” vínculos con
las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, (FALN), organización patriótica que
predicaba el derecho de Puerto Rico a la lucha armada contra el país que usurpa
su soberanía política (Estados Unidos)
En su lucha libertaria
y en toda su vida ejemplar, Oscar no ha matado a nadie. Nunca cometió delito alguno que atentara
contra la vida del ser humano. Durante
los primeros 11 años de encarcelamiento Oscar, fue consignado a prisión
solitaria, donde fue torturado una y mil veces.
No se le permitió tener visitas tan siquiera ni de su propia familia.
Sin embargo sus creencias libertarias y su voluntad de patriota incólume, lo
mantuvieron con vida y con salud mental.
Ante la presión del
pueblo de Puerto Rico, el cual pedía su inmediata e incondicional liberación,
el ex-presidente Bill Clinton le ofreció la libertad, pero condicional. Oscar no la aceptó, reclamando la libertad
incondicional y pidiendo la libertad de otros prisioneros políticos
puertorriqueños.
Desde entonces,
numerosas organizaciones políticas, sindicales, religiosas como las Iglesias
Bautistas, pentecostales, evangélicas, y la numerosa Iglesia Católica en Puerto
Rico, han recabado su inmediata encarcelación.
El pueblo de Puerto
Rico, su gobernador, los partidos políticos y gobiernos municipales han pedido
su liberación incondicional. Numerosos
artistas locales e internacionales han hecho lo mismo.
En años recientes,
gobiernos y organizaciones internacionales también se han unido a esta
causa. Es una petición de justicia.
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