Se ha abierto un proceso que apunta hacia la autonomía política y económica de la región latinoamericana y caribeña, debido a las luchas de los movimientos sociales y la activación de las sociedades civiles, la renovación de las elites políticas partidarias y la constitución de un ciclo político de gobiernos de izquierda moderada.
América Latina y el Caribe (ALC), desde los años sesenta, es una región en proceso de formación y, ahora, desde inicios de los años 2000 es una región en proceso de autonomización. El progreso en el proceso de integración regional, sobre todo desde el año 2000, ha puesto por delante la promoción del proceso de autonomización de ALC. Esto es, cuando se plantea en serio la integración de la región, como modo de alcanzar el desarrollo económico-social y la unidad, ésta tiende a desplegarse, configurarse y posicionarse en el mundo.
En la actualidad, la integración regional se nos presenta como la vía para alcanzar la autonomía de la región. Ahora bien, esta realidad regional se encuentra atravesada por dos procesos opuestos y en disputa, se trata del ciclo político neoliberal y el del ciclo político de izquierda moderada; el primero cuenta con más de 30 años y declina y el segundo con solo 10 años emerge y se emplaza.
El ciclo político de izquierda moderada se hizo manifiesto desde el arribo al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela en 1998, seguido por la instalación de otros gobiernos semejantes en numerosos países de la región, hasta el triunfo de Mauricio Funes en El Salvador en 2009. Así, este proceso trajo como consecuencia el retroceso de los gobiernos neoliberales en toda la región, aunque todavía permanece un “núcleo duro” neoliberal formado por los gobiernos actuales de México, Colombia y Perú. Además, en la confrontación entre las fuerzas políticas neoliberales y las fuerzas políticas de izquierda moderada se encuentra una contradicción de fondo: neolatinoamericanismo vs neopanamericanismo, en donde las ideas regionalistas y autonomistas (integración regional alternativa y autónoma) se contraponen a las ideas continentalistas (integración continental neoliberal y heterónoma).
Este es un momento histórico extraordinario, pues lo que está en curso es un proceso inédito de reinvención regional que busca alcanzar la unidad y autonomía de la región latinoamericana-caribeña.
Ahora bien, el momento histórico que experimenta la región fue favorecido por un contexto mundial donde se ha dado el encadenamiento de varios procesos internacionales. En primer lugar situaremos la crisis del neoliberalismo y del Consenso de Washington, así como del neopanamericanismo multilateral (versión ALCA) y del Consenso de las Cumbres de las Américas. Esto implicó que se rompieran las dos ataduras (la ideológico-política-económica y la geopolítica-geoeconómica) que mantuvieron la dependencia de la región con los EE.UU., con toda nitidez, desde los años setenta (la primera) y desde los años noventa (la segunda) del Siglo pasado.
En segundo lugar, el alejamiento de los EE.UU. de la región, debido a la dedicación del gobierno de George W. Bush a las guerras de Afganistán y de Irak, seguido de su posicionamiento en el Medio Oriente y el despliegue militar contra Al Qaeda.
En tercer lugar, el declive de los EE. UU. en tanto superpotencia económica mundial y su coexistencia con los otros polos económicos mundiales tradicionales como Alemania, Francia y Japón, y también con los nuevos polos económicos emergentes como China, India, Rusia, Brasil y Sudáfrica. Una situación de multipolaridad económica que favorece el inicio de nuevas relaciones geoeconómicas (y geopolíticas) de la región con China, Rusia, Irán y Francia, por ejemplo.
En cuarto lugar, el estancamiento de la globalización económico-comercial, debido a la imposibilidad de un consenso en la Ronda de Doha de la OMC. A la cual se añade la crisis económico-financiera global, que se generó en los EE.UU. y se extendió a todo el mundo.
En quinto lugar, tenemos el arribo al gobierno de los EE.UU. del demócrata Barack H. Obama, quien ha comenzado por modificar el modelo de desarrollo económico neoliberal y relativamente la política exterior para ALC. En este contexto ALC logra tomar distancia de los EE.UU. y también logra aflojar las viejas ataduras del sistema mundo moderno-colonial. ¿Es esta una situación histórica propicia para la región latinoamericana-caribeña? Leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario