El fin del drama humano de los cinco
héroes cubanos y sus familias es regocijante e importante. Pero más importante
es el contexto en el que dicha liberación se efectuó: el proceso de
normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos de América que
culminarían en el restablecimiento de vínculos diplomáticos.
Carlos
Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México
Los Cinco héroes cubanos finalmente en libertad . |
Escribo
estas líneas profundamente emocionado por la noticia de la liberación de
los últimos tres de los cinco cubanos
que durante años los Estados Unidos de América retuvieron en sus cárceles. En
1998 fueron detenidos y en diciembre de 2001, condenados en juicio totalmente sesgado, Antonio Guerrero Rodríguez (22 años de
prisión), Fernando González Llort (18 años), Gerardo Hernández Nordelo (dos
cadenas perpetuas), Ramón Labañino Salazar (30 años), René González Sehwerert
(15 años). René fue liberado plenamente en mayo de 2013 mientras que
Fernando lo fue en febrero de 2014. El
miércoles 17 de diciembre de 2014 fueron liberados Antonio, Gerardo y Ramón en
un intercambio con un espía de origen cubano y con otro más de nombre Alan Gross.
En su alocución frente a los medios de comunicación el
presidente de Cuba, Raúl Castro manifestó el alborozo nacional que implica la
liberación de los últimos tres de los
cinco héroes encarcelados por los
Estados Unidos de América. Acusados de espías, los cinco cubanos no
estaban buscando información que vulnerara la seguridad
estadounidense. Recababan información
sobre las actividades terroristas que la ultraderecha cubana ha fraguado
durante casi seis décadas. Y no puede sino constatarse la doble moral de
Washington cuando observamos el trato amable
y complaciente del que fue objeto Luis Osvaldo Posada Carriles, el terrorista y
agente de la CIA responsable, junto a Orlando Bosch, entre otros hechos del atentado terrorista contra el avión de cubana de Aviación en octubre de 1976, en el cual perdieron la
vida 73 personas entre ellas 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima de Cuba. Posada Carriles fue arrestado en 1998 en Panamá por intentar asesinar a Fidel Castro.
Dos años después fue amnistiado por la presidenta Mireya Moscoso. Ingresó
ilegalmente a los Estados Unidos de América y con todas las evidencias
delictivas en su contra solamente fue acusado de violar las leyes migratorias
del país por lo cual prontamente fue
liberado.
El fin del drama humano de los cinco
héroes cubanos y sus familias es regocijante e importante. Pero más importante
es el contexto en el que dicha liberación se efectuó: el proceso de
normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos de América que
culminarían en el restablecimiento de vínculos diplomáticos. Falta lo más
importante como lo ha expresado Raúl Castro: el fin del bloqueo a Cuba que
lleva ya más de medio siglo. La apertura de embajadas debería ser continuada
por el fin de dicho bloqueo, así lo exige el aislamiento mundial estadounidense
en esa materia, el nuevo contexto latinoamericano y el cambio de la mentalidad
de la comunidad cubana en Miami. Testimonios de mis familiares cubanos en Miami
me hacen pensar que en las nuevas
generaciones de emigrados, el anticomunismo es algo que no les importa. Les
importa no tener restricciones legales para enviar remesas, poder viajar
libremente a la isla y que sus familiares dejen de vivir los rigores que les ha
ocasionado el bloqueo.
¿Asistimos a una nueva etapa entre Cuba
y Estados Unidos de América?
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