El litio, según los más
aventurados reportes de analistas económicos, ocupará en la próxima década un
rol esencial como elemento conservador de la energía. Se especula que su
utilización para las baterías de los autos eléctricos e híbridos ocupará un rol
importante en la carrera por disminuir los gases que provocan el efecto
invernadero. La pregunta es a qué costo.
Rubén Armendáriz / CLAE
Los satélites, las naves
espaciales, las baterías recargables de los teléfonos móviles, las computadoras
y portátiles, los marcapasos, las cámaras digitales, los reactores atómicos,
los vehículos y las bicicletas eléctricas, los medicamentos antidepresivos...
todos tienen algo en común, el litio, un metal de color blanco plateado,
blando, y que posee una gran capacidad para almacenar energía, y que las
empresas trasnacionales quieren apoderarse.
Hoy desde Estados Unidos,
Europa y el sudeste asiático se trata de imponer el imaginario colectivo de que
los responsables de que no se ponga coto a la contaminación ambiental derivada
del consumo del combustible fósil es la “incapacidad” de los principales
productores de litio, casualmente sudamericanos.
El atasco en el
suministro de litio frena al coche eléctrico, pontifica José Ángel Plaza desde
el diario español El País. Se necesitan nuevos métodos para extraer y procesar
de manera más rápida, barata, eficiente y ecológica el metal con el que se
fabrican las baterías de estos vehículos, el litio, agrega.
Históricamente, la
extracción se ha centrado en lo que se conoce como El Triángulo del Litio, que
abarca salares de Bolivia, Chile, Argentina (y parte de Brasil) y que concentra
el 85% de las reservas mundiales (estimadas en 40 millones de toneladas). Su
procesamiento –de dos años- requiere de enormes y costosos estanques de
evaporación que dañan el medio ambiente y solo se consigue aprovechar el 40%
del litio disponible en los depósitos.
Supuestamente en defensa
del ambiente, los países centrales y las empresas trasnacionales están
dispuestos a quedarse con los bolsones de litio para garantizar su suministro
a la nueva industria de automóviles
eléctricos, obviando, claro, los problemas sociales, medioambientales y de
salud que provoca en nuestros países la extracción de otros materiales
necesarios para producir esas baterías, sobre todo grafito y cobalto.
Los vehículos eléctricos
son el futuro. Son limpios, divertidos de conducir y pueden funcionar con
energía renovable de bajo costo, pero tienen un enorme apetito que solo se
sacia con el litio, señala el consultor estadounidense David Snydacker. El enorme
apetito no es de los automóviles sino de las automotrices.
Según Goldman Sachs, la
demanda global de litio aumentó un 26% en 2016 y se prevé que crezca un 39% en
2018. Teniendo en cuenta que además de su inclusión en las baterías de
vehículos eléctricos y dispositivos móviles este metal se emplea en la
fabricación de grasas lubricantes, vidrio cerámico, aires acondicionados,
cementos o adhesivos, entre otros productos
Para el empresario
estadounidense David Syndaker, lo que sí puede desacelerar el ritmo de
fabricación de las baterías para estos automóviles son los cuellos de botella
en la cadena de distribución del litio. Los fabricantes de baterías y
automóviles buscan cerrar contratos a largo plazo para el suministro de litio,
“pero este abastecimiento se está ralentizando debido a la complejidad de
construir estanques de evaporación en partes remotas de América del Sur para
seguir obteniendo este metal, lo que además redunda en subidas de precio”,
indica.
Este metal blando y
pegajoso se utiliza para fabricar baterías de iones de litio, una de las
mejores opciones para alimentar vehículos eléctricos debido al “alto
rendimiento proporcionado tanto por su densidad energética como por sus ciclos
de carga”, según Arturo Pérez de Lucia, director de la española Asociación Empresarial para el
Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico. Estos componentes cuentan con una
segunda vida útil en el almacenamiento energético tras ser usado en el sector
automotor: conservan en torno al 80% de su capacidad, y que además pueden
reciclarse una vez que sus ciclos llegan a su fin.
Carlos Arribas, de la
española Ecologistas en Acción, considera “absolutamente inviable” convertir
toda la flota de automotores de combustión en modelos puramente eléctricos. Joe
Lowry, presidente de Global Lithium LLC, que asesora a todos los agentes
involucrados en el negocio del metal, señala que en 2025 los autos eléctricos
representarán el 5% del mercado mundial, pero para que el sector
automovilístico pueda hacer frente a esa fabricación es necesario invertir unos
6.000 millones de dólares en el suministro de litio hasta el 2020.
La maximización del
beneficio para las automotrices consiste justamente en asegurarse el recurso al
menor precio posible regulando así el surgimiento de rentas diferenciales. Los
países centrales son quienes consumen el litio sin excepción, no existiendo
países periféricos entre los demandantes.
La carrera del litio
Inadvertido para el
público en general, en este 2017 se ha intensificado la carrera del litio entre
Chile, Bolivia, Argentina y Brasil. Se denomina Triángulo del litio a la zona
geográfica ubicada en América del Sur, en el límite de Argentina, Bolivia,
Chile y Brasil, que conserva las mayores reservas de ese metal blando conocidas
en el planeta.
La tonelada de litio
tenía un precio de 1.670 euros en 1998, mientras que para 2017 alcanza hasta
8.600 euros. Basta multiplicar las 850 millones de toneladas que posee
Argentina por los 1670 euros por tonelada para comprender la dimensión
económica de este yacimiento. Si hacemos la misma operación con los aproximados
5,5 millones de toneladas que tiene Bolivia las cifras se vuelven asombrosas.
A diferencia del cobre y
otros metales, el litio no se cotiza en Bolsa: su precio es el resultado de
negociaciones entre productores y consumidores. Actualmente está en torno a los
seis mil dólares la tonelada y su aumento dependerá en el corto plazo de la
cantidad de actores en este mercado. Pese a ello, la demanda irá en constante
aumento debido a la conversión de automóviles desde motores de combustión a
eléctricos.
El 85% de las reservas
descubiertas de litio del mundo se encuentran en la zona denominada triángulo
del litio (también: puna plateau), comprendida por Bolivia (Salar de Uyuni),
Chile (Salar de Atacama) y Argentina (salares de la puna Jujeña y Salteña, y
norte de Catamarca), donde llama la atención la casi absoluta inactividad por
parte del Estado, mientras las empresas dominan en la desigual relación que
establecen con las comunidades locales.
La información indica que
el litio es uno de los minerales más
abundantes en la naturaleza, y ese 85% de las reservas existentes en el
territorio sudamericano constituyen las reservas de litio mundialmente
conocidas en salinas, cuya extracción es la más barata del mercado, pero
oculta, otros tipos de reservas (en roca, en arcillas, en espodumeno, e incluso
en el agua del mar) que han dejado de ser atractivas para las transnacionales
mineras debido a los costos que implica su extracción.
El litio, según los más
aventurados reportes de analistas económicos, ocupará en la próxima década un
rol esencial como elemento conservador de la energía. Se especula que su
utilización para las baterías de los autos eléctricos e híbridos ocupará un rol
importante en la carrera por disminuir los gases que provocan el efecto
invernadero. La pregunta es a qué costo.
Al menos nueve empresas
transnacionales mineras de litio exploran en la puna jujeña y salteña, con un
total de 18 proyectos que buscan comenzar su explotación en los próximos 2 a 6
años, en territorio de más de 40 comunidades indígenas de las cuales sólo 7 han
manifestado su “consentimiento” a dicha intervención territorial.
“Consentimiento” de carácter viciado ante el incumplimiento de todos los
requisitos del Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre
los Derechos de los Pueblos Indígenas.
La senadora chilena (por
la región Atacama) Isabel Allende, hija del ex presidente Salvador Allende
señala que "No podemos permitir que le suceda a Chile con el litio, lo
mismo que ocurrió con el cobre, que finalmente para 'no perder nuestro
liderazgo en el mercado internacional', lo entreguemos sin discusión mediante
su extracción a privados y no aprovechemos al máximo para nuestro país los
beneficios provenientes de este mineral.
Es uno de los minerales
industriales más interesantes, con propiedades especiales en la conducción del
calor y la electricidad. Se encuentra presente en una amplia gama de minerales,
aunque sólo algunas poseen valor económico (espodumeno, lepidolita, petalita,
ambligonita y eucriptita). Se encuentra en salmueras naturales, salmueras
asociadas a pozos petrolíferos y a campos geotermales, y también en diversas
arcillas (la hectorita es la más importante) e incluso en el agua de mar.
Si bien las fuentes de
litio pueden ser diversas, hoy solo dos procesos de obtención son
económicamente factibles: mediante salmueras y minerales.
Los productores
BOLIVIA:
El 30 de marzo último, la
Cámara de Diputados aprobó en grande el proyecto de Ley para la creación de la
empresa Yacimientos del Litio Boliviano (YLB), que será la encargada de
impulsar la industrialización de ese mineral . YLB arrancará con los recursos
económicos destinados a industrializar el litio a través de la Gerencia
Nacional de Recursos Evaporíticos, cuyo monto asciende a 700 millones de
dólares. El parágrafo III del artículo único del proyecto de ley establece que
para los procesos posteriores de semi-industrialización, industrialización y
procesamiento de residuos, la estatal YLB podrá realizar contratos de
asociación con empresas privadas nacionales o extranjeras, manteniendo la
participación mayoritaria del Estado. En este punto el ministro aclaró que para
la fase industrialización del litio se requerirá socios que aporten con tecnología,
que Bolivia no tiene.
CHILE:
Un llamado internacional
para que se instalen en Chile empresas desarrolladoras de productos con valor
agregado a base de litio se realizó el jueves 30 de marzo de 2017. (…) Entre la
producción con valor agregado se encuentran los cátodos, componentes de
baterías de litio o sales especiales. Además de la industria automotriz, este
mineral es usado en la industria cerámica, de vidrios, lubricantes, o
dispositivos móviles como celulares o tablets . En primera instancia, el
llamado señala que la producción con precio preferente alcanzará a 16 mil
toneladas en 2023, pero podría llegar hasta 20 mil toneladas. “Esto nos permite
la instalación de varias empresas, no solo una. Hoy, la producción global de
litio para baterías no supera las 40 mil toneladas”.
Actualmente, Chile
produce el 41% del litio que se utiliza en el mundo. El dictador Augusto
Pinochet, prohibió la extracción del litio por parte de las multinacionales
pero concedió su producción monopólica a dos empresas, la Sociedad Chilena del
Litio (SCL) y la Sociedad Química y Minera de Chile (Soquimich, SQM). Hoy las
grandes compañías multinacionales, como Mitsu Sumitomo, Samsung y Bolloré,
llevan años instigando y sobornando a los políticos para lograr extraer este litio.
ARGENTINA:
La reunión del 8 de marzo en Buenos Aires,
organizada por el The Economist tuvo dos temas importantes fueron la
explotación de Vaca Muerta en Neuquén (gas y petróleo ) y el litio en Salta y
Jujuy. El encuentro contó con el auspicio del gobierno argentino, Monsanto,
Siemens, Corporación América (Eurnekián), Grupo Insud (Hugo Sigman), La Nación,
Clarín, la Cámara de Comercio Argentino-Británica y la American Chamber of
Commerce in Argentina .
Convenida ya la entrega
del petróleo y el gas de una parte importante de Vaca Muerta a las coronas
inglesa y holandesa a través de Shell, ahora los proyectos apuntan a la entrega
del litio, considerando que el consumo en la última década de este mineral se
multiplicó por 10. El mismo día se anunció la firma del acuerdo para operar las
90.000 hectáreas de las Salinas Grandes para explotar litio.
El 23 de marzo , el
gobierno argentino anunció que Orocobre invertirá U$S 160 millones en la
extracción de litio y que la canadiense Enirgi Group Corporation invertirá U$S
720 millones en la extracción del mismo mineral en Salar del Rincón, Salta,
para procesar 50.000 toneladas por año.
El Salar del Hombre
Muerto, ubicado en el límite entre Catamarca y Salta, comenzó su producción en
el año 1998 a partir de intereses de la firma minera norteamericana FMC y la
automotriz Nissan. Posteriormente se incorporó la explotación del Salar de
Olaroz, en la Puna jujeña, proyecto que asocia a la trasnacional australiana
Orocobre con la gran automotriz japonesa Toyota Tsusho, y en el que se introdujo
incluso la participación directa de la provincia jujeña al negocio a partir de
la creación de una empresa estatal (JEMSE), en el marco de los intentos
desesperados de captar mayores recursos para el fisco provincial.
En los últimos años se
multiplicaron las presiones de otras automotrices japonesas como Mitsubishi y
la autopartista Magna o la coreana Kores. Los acuerdos ente las firmas abocadas
a la extracción del litio y las firmas automotrices son un modelo de negocio
que encarnan el objetivo estratégico para las últimas de asegurarse la compra
de una determinada proporción del volumen de carbonato o cloruro de litio,
acorde a la proyección de baterías que requerirán en la fabricación de autos
eléctricos.
BRASIL:
El Proyecto de Evaluación
Potencial de litio en Brasil, coordinado por el Servicio Geológico de Brasil
(CPRM), anuncio el 31 de marzo que el país tenía un crecimiento en las reservas
mundiales de la sustancia, del 0,5% al 8%. El área experimental del proyecto de
litio-mapping en Brasil fue el Jequitinhonha Valle Medio en Minas Gerais.
Calvyn Gardner,
representante de uno de los fondos de inversión de Inglaterra anunció que
invertirá 40 millones de dólares para poner en funcionamiento una planta
industrial para producir 60.000 toneladas por año.
*Periodista y sociólogo
uruguayo. Con investigaciones del colectivo
del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico de Análisis
Estratégico (CLAE, www.estrategia.la).
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